El lobo gigante fue recreado con ingeniería genética. No es clonación, es evolución. ¿Qué significa esto para el futuro de las especies?
En una reserva escondida de América del Norte, nacieron criaturas que parecen salidas de una leyenda. Son lobos, sí, pero no cualquiera: llevan en su código genético la huella del lobo gigante.
Un experimento que reescribe la evolución
Colossal Biosciences ha logrado lo que parecía fantasía: crear lobos con genes del extinto Canis dirus, el mítico lobo gigante que dominó América hace más de 13.000 años.
Pero no se trata de clonación. Estos lobos no existieron nunca tal cual. Son una nueva creación basada en la ingeniería genética, fruto de la combinación entre el ADN antiguo y el conocimiento científico actual.
“Tomamos ADN de un diente de 13.000 años y un cráneo de 72.000, y creamos crías de lobo sano”, afirmó Ben Lamm, CEO de Colossal.
Del fósil al genoma: una reconstrucción milimétrica
El proceso comenzó con dos hallazgos clave:
- Un diente fosilizado en Ohio (13.000 años)
- Un hueso del oído de Idaho (72.000 años)
A partir de estos restos, los científicos extrajeron y secuenciaron ADN, alcanzando una cobertura genómica 500 veces superior a cualquier intento anterior. Luego, compararon este material con el del lobo gris actual, identificando 15 variantes genéticas cruciales para replicar las características del lobo gigante.
¿Cómo nacieron los nuevos lobos?
El proceso implicó:
- Edición genética de células de lobo gris.
- Uso de transferencia nuclear de células somáticas.
- Implantación en lobas sustitutas.
Así nacieron tres cachorros: Rómulo, Remo y Khaleesi, entre octubre de 2024 y enero de 2025.
No es desextinción, es creación evolutiva
A pesar del entusiasmo, los científicos aclaran: no se ha revivido al lobo gigante como tal. El resultado es un híbrido con características similares, pero con una configuración genética inédita.
“No es una clonación, sino una reinterpretación genética cuidadosamente calculada”, explican los investigadores.
Este método representa una nueva frontera: modificar el pasado genético para crear seres con base en lo extinto, sin replicarlo exactamente.
¿Qué sigue después del lobo gigante?
Los lobos viven hoy en una reserva de más de 2.000 acres, protegidos de la intervención humana. Pero no son el único proyecto de Colossal.
El mamut lanudo, próximo objetivo
Colossal planea revivir al mamut en 2028 mediante técnicas similares, usando células madre de elefante asiático.
Otros experimentos ya han dado lugar a ratones con pelaje adaptado al frío, inspirados en genes del mamut.
El dilema ético y ecológico
Las preguntas clave persisten:
- ¿Debe el ser humano traer de vuelta especies extintas?
- ¿Cuál será el impacto ecológico de estos nuevos animales?
Aunque la comunidad científica está dividida, lo que está claro es que la biotecnología ha cruzado una frontera sin retorno.
Si hemos logrado recrear al lobo gigante, ¿qué otras criaturas podrían seguir? ¿Estamos ante el renacimiento del pasado o la creación de un nuevo futuro? La respuesta, más allá de la ciencia, nos obliga a mirar de frente los límites de nuestra propia evolución.