México niega vínculo con sicarios en Ecuador: Sheinbaum responde con fuerza

México rechaza acusaciones de Ecuador sobre traslado de sicarios. Sheinbaum defiende soberanía y exige pruebas contundentes.

AL MOMENTO

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La tensión diplomática volvió a encenderse. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, respondió con firmeza a una grave acusación desde Ecuador: la supuesta llegada de sicarios mexicanos para atentar contra el presidente Daniel Noboa. Sin pruebas claras, la polémica se intensifica.

¿De dónde surge la acusación contra México?

Un mensaje militar enciende la polémica

Todo comenzó con una filtración militar ecuatoriana, datada el 17 de abril, según medios de comunicación locales. El mensaje advertía que tras las elecciones presidenciales, se detectó un presunto traslado de sicarios desde México y otros países hacia Ecuador, con la intención de perpetrar atentados terroristas contra el presidente Noboa y su equipo más cercano.

“Se ha iniciado el traslado de sicarios desde México y otros países hacia el Ecuador, con la finalidad de realizar atentados terroristas contra el Presidente de la República”, se leyó en el informe.

Una narrativa sin evidencia clara

El principal problema, según Sheinbaum, es la ausencia total de pruebas:

“No dice ni siquiera de dónde venía la información o cuáles son sus pruebas”, subrayó la mandataria mexicana durante su conferencia matutina del 21 de abril.

Ni el documento filtrado ni las fuentes oficiales ecuatorianas han presentado evidencias verificables o pistas claras de inteligencia que sustenten semejante denuncia.

México reacciona: negación rotunda y principio de no intervención

Comunicado oficial de la Cancillería mexicana

La Secretaría de Relaciones Exteriores de México fue categórica:

“Rechazamos tajantemente la reiterada e inescrupulosa creación de narrativas […] que aludan a México como fuente de supuestos actos delictivos.”

En su postura, el gobierno mexicano denunció la utilización de filtraciones como instrumentos políticos, que pueden fomentar desinformación y dañar vínculos internacionales.

México se apega al derecho internacional

Sheinbaum recordó que México mantiene una postura firme de no intervención en asuntos internos de otras naciones:

“Nuestro país se guía y se guiará siempre bajo el principio de no intervención”, enfatizó, retomando la tradición diplomática mexicana basada en el respeto y el derecho internacional.

El trasfondo: tensiones entre México y Ecuador tras el asalto a la embajada

Una crisis diplomática sin precedentes recientes

La relación entre ambos países atraviesa uno de sus peores momentos. El 5 de abril de 2024, fuerzas policiales ecuatorianas irrumpieron violentamente en la embajada de México en Quito, un hecho que violó flagrantemente la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

Ese acto provocó la ruptura total de relaciones diplomáticas entre los dos países, lo que ya sentó un precedente de desconfianza mutua.

Ecuador bajo presión interna

Diversos analistas consideran que el gobierno de Noboa enfrenta crecientes desafíos internos, especialmente por la inseguridad. En ese contexto, las acusaciones hacia agentes externos podrían representar una estrategia para desviar el foco interno o justificar medidas de seguridad extremas.

Sheinbaum marca línea: defensa institucional y soberanía nacional

Un liderazgo que busca diferenciarse

Como presidenta electa tras el proceso electoral de 2024, Claudia Sheinbaum ha mostrado un tono firme y diplomático, pero inflexible cuando se trata de proteger la imagen internacional de México.

Este episodio representa un punto clave donde su administración busca afirmar autoridad y claridad diplomática, sin caer en escaladas innecesarias.

¿Qué significa esto para la región?

En América Latina, las tensiones diplomáticas suelen ser volátiles. El caso México-Ecuador muestra cómo las narrativas de seguridad pueden convertirse en armas políticas, especialmente cuando hay contextos de crisis interna.

Además, este tipo de acusaciones sin pruebas:

  • Dificultan el trabajo conjunto contra el crimen organizado.
  • Generan desconfianza entre países vecinos.
  • Abren la puerta a mayor injerencia internacional.

¿Crisis o oportunidad para redefinir la diplomacia regional?

Lo ocurrido entre México y Ecuador no es solo una disputa bilateral, sino un espejo de las fracturas políticas y narrativas que recorren América Latina. La pregunta de fondo es: ¿qué tanto pueden las democracias resistir la tentación de usar el miedo como herramienta de poder?

En lugar de aumentar las fricciones, este momento podría servir para repensar un nuevo pacto diplomático regional basado en evidencia, cooperación y respeto mutuo. De lo contrario, los intereses electorales y narrativas sin sustento seguirán saboteando la integración latinoamericana.

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