Cada noche, Martín duerme sobre cartones a unas cuadras de la Glorieta de Insurgentes. Tiene 29 años y una historia marcada por el abandono. Su mayor lucha no es contra las drogas, sino contra un sistema que ha normalizado su caída. La ayuda para personas con adicciones en México existe, pero no siempre llega.
El rostro oculto de una crisis nacional
Una emergencia de salud pública silenciada
Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) 2021, más de 2.9 millones de mexicanos presentan algún tipo de dependencia a sustancias psicoactivas. Sin embargo, menos del 15% recibe tratamiento formal.
“México enfrenta una epidemia silenciosa de adicciones que sigue creciendo sin control”, señala el psicólogo clínico Arturo Becerra, experto en salud pública.
La falta de presupuesto, la fragmentación de programas estatales y el estigma social agravan una situación que ya de por sí es compleja. A esto se suma el cierre de múltiples centros públicos de atención, en especial tras la eliminación del Seguro Popular.
¿Qué tipo de ayuda existe realmente?
Centros de atención gubernamentales
El principal referente es la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), encargada de coordinar acciones de prevención y tratamiento a nivel nacional. Esta opera:
- CAPA (Centros de Atención Primaria en Adicciones): más de 300 unidades en todo el país.
- CIJ (Centros de Integración Juvenil): ofrecen tratamientos ambulatorios y apoyo familiar.
Problema: muchos centros enfrentan desabasto de personal, escasez de medicamentos y baja cobertura territorial. En estados como Oaxaca o Chiapas, hay zonas donde no existe ni un solo CAPA activo.
ONG’s y asociaciones civiles
Frente al abandono estatal, organizaciones como:
- Fundación Ser Humano
- Casa Nueva Vida
- Pastoral de Adicciones de la Iglesia Católica
…han tomado un rol protagónico. Estas ofrecen desde terapias psicológicas hasta albergue y acompañamiento espiritual. No obstante, operan con fondos limitados y en condiciones muchas veces precarias.
“El 80% de nuestras operaciones se sostiene con donaciones particulares. No tenemos apoyo del gobierno”, denuncia María López, directora de Casa Nueva Vida.
Internamientos y anexos: ¿solución o abuso?
En zonas urbanas y rurales proliferan los “anexos”, espacios no regulados donde supuestamente se rehabilita a personas con adicciones. Sin embargo, muchos funcionan bajo condiciones inhumanas, con denuncias de:
- Violencia física y psicológica
- Retención forzada
- Ausencia de personal médico
En 2022, la CNDH documentó más de 170 denuncias contra estos centros.
El factor clave: el abandono institucional
Una política pública sin continuidad
El cambio de sexenio trajo consigo una transformación radical del sistema de salud pública, pero las adicciones no fueron prioridad. El desmantelamiento del Seguro Popular y la creación del INSABI, ahora también desaparecido, dejó vacíos que aún no se llenan.
Además, los recortes al presupuesto de salud mental y adicciones han ido en aumento:
- En 2018, CONADIC recibió 320 millones de pesos.
- En 2023, el monto bajó a menos de 190 millones.
La prevención también se detuvo
Las campañas nacionales de prevención, como “Vive sin drogas” o “Yo Decido”, desaparecieron de los medios. La visibilidad se perdió y, con ella, la oportunidad de evitar que miles de jóvenes inicien el consumo.
Historias que merecen ser contadas
“Yo me salvé gracias a un desconocido”
Luis tenía 17 años cuando probó metanfetaminas por primera vez. A los 21, vivía en la calle y había sido expulsado de su casa. Una tarde, un desconocido lo llevó a un grupo de ayuda de la comunidad cristiana local. Hoy, es técnico en enfermería y guía a otros jóvenes en proceso de recuperación.
“No fue un centro del gobierno, fue una persona con voluntad. Eso me salvó la vida.”
Estas historias existen, pero no deberían depender del azar. La ayuda para personas con adicciones debe ser un derecho garantizado, no una excepción afortunada.
¿Qué se necesita para cambiar?
5 pasos urgentes para transformar la atención a las adicciones
- Reactivar campañas de prevención en medios
- Regular y supervisar todos los centros de internamiento
- Garantizar tratamiento gratuito y de calidad en todo el país
- Integrar salud mental y adicciones como prioridad en política pública
- Eliminar el estigma social y familiar mediante educación
Cada persona atrapada en una adicción tiene nombre, historia y posibilidades. Pero si el sistema no ofrece salidas reales, seguiremos culpando al individuo por una falla colectiva. ¿Hasta cuándo vamos a ignorar esta emergencia? La respuesta está en nuestras políticas, pero también en nuestra empatía.