El incidente: una disputa por un lugar de estacionamiento
El 27 de febrero, un trabajador del Poder Judicial estacionó su vehículo en la vía pública, frente al Colegio Loreto en Puebla. Al regresar, encontró su auto vandalizado con volantes pegados con pegamento corrosivo y rayones en el cofre.
Molesto, ingresó al colegio para pedir una explicación. Una trabajadora admitió haber colocado los volantes, justificándolo con el argumento de que el espacio era para padres de familia y que el hombre estaba acosando a las mujeres al estacionarse allí, a pesar de no haber ninguna señalización.
La falsa acusación de acoso
Cuando el joven se percató de los daños y comenzó a grabar, una de las empleadas del colegio lo acusó públicamente de acoso, gritando: “El señor acosador, aquí está todavía, acosando mujeres”. Además, su imagen fue difundida en grupos escolares con la misma acusación.
Este acto de difamación afectó la reputación del afectado y puso de manifiesto cómo algunas personas pueden utilizar falsas denuncias para evadir responsabilidades.
La respuesta del Colegio Loreto
Ante la viralización del caso, el Colegio Loreto emitió un comunicado ofreciendo disculpas por la conducta de sus empleadas, reconociendo que “no estuvieron apegadas a los valores y principios de la institución”. Sin embargo, la respuesta no fue suficiente para calmar la indignación en redes sociales.
Indignación en redes sociales
Las redes estallaron en críticas, exigiendo justicia para el afectado y el despido de las trabajadoras. La presión social llevó al Colegio Loreto a eliminar su página de Facebook ante la avalancha de comentarios negativos.
Algunos usuarios expresaron su preocupación sobre el uso irresponsable de las acusaciones de acoso, mientras que otros cuestionaron la profesionalidad de las trabajadoras.
Marco legal del acoso en México
El acoso es un delito tipificado en el Código Penal Federal. El artículo 259 Bis sanciona a quienes “con fines lascivos asedien reiteradamente a una persona”. Además, la Ley Olimpia castiga la difusión de contenido sin consentimiento.
En este caso, las trabajadoras podrían enfrentar consecuencias legales por difamación y daños materiales al vehículo.
La importancia de la educación y los protocolos
Este incidente subraya la necesidad de protocolos claros en instituciones educativas para evitar falsas acusaciones y garantizar un debido proceso. También pone en evidencia la urgencia de educar sobre la seriedad de las denuncias de acoso.
El caso de Lady Loreto muestra cómo las redes pueden exponer conductas inapropiadas y exigir rendición de cuentas. La falsa acusación de acoso no solo daña la reputación de una persona inocente, sino que también resta credibilidad a víctimas reales.
Las instituciones deben implementar medidas que prevengan estos abusos y promuevan una cultura de respeto y justicia.