El ocaso de los Vengadores, el ascenso de los “perdedores”
Yelena está al borde del abismo. Su hermana Natasha, la Viuda Negra, ha muerto. Su pasado sangriento la atormenta. Pero cuando una misión secreta la pone frente a un grupo de inadaptados con un historial igual de sombrío, algo cambia.
En un universo Marvel desgastado por fórmulas repetidas, Thunderbolts ofrece un nuevo camino: el de los antihéroes.
¿Una película más de superhéroes? No, una corrección de rumbo
Marvel y la fatiga de sus fans
Durante más de una década, Marvel dominó la taquilla. Pero entre pandemias, exceso de títulos y tramas previsibles, la llamada fatiga de superhéroes se convirtió en un síntoma palpable. Películas recientes como Eternals o Quantumania no lograron encender la chispa del público.
La crítica fue dura: falta de alma, exceso de efectos, guiones predecibles.
Thunderbolts como antídoto
En ese contexto, Thunderbolts no pretende ser la solución definitiva, pero sí marca una dirección distinta. Dirigida por Jake Schreier (Bronca) y escrita por Eric Pearson y Joanna Calo, la película apuesta por un relato más humano, cargado de emociones, sin perder el espectáculo visual que define al género.
“Los personajes están rotos, pero reales. Y eso los vuelve interesantes” — Crítica de Cinemanía.
Los personajes: de villanos y fracasados a protagonistas
El alma: Yelena Belova
Florence Pugh brilla como Yelena. No solo lidera el equipo, sino que marca el tono emocional de la película. Su interpretación ofrece una mezcla justa de vulnerabilidad, cinismo y poder, convirtiéndola en una antiheroína memorable.
La mente: Valentina Allegra de Fontaine
Julia Louis-Dreyfus mantiene el ritmo cómico con su papel de Valentina. Su estilo recuerda a la sarcástica Selina Meyer de Veep, pero adaptada al universo Marvel. Con ella, la CIA entra en juego como una fuerza ambigua y manipuladora.
El músculo: Alexei y Bucky
David Harbour (Alexei) y Sebastian Stan (Bucky Barnes) aportan peso emocional y físico. Alexei ofrece alivio cómico, pero también dolor no resuelto. Bucky, por su parte, continúa su redención como el Soldado del Invierno.
Las sorpresas: Fantasma, Taskmaster y Bob
- Fantasma (Hannah John-Kamen): reintroducida con más profundidad.
- Taskmaster (Olga Kurylenko): silenciosa pero letal, con un pasado por explorar.
- Bob (Lewis Pullman): la gran revelación. Su historia conecta con los cómics y ofrece un nuevo eje moral al grupo.
“Pullman roba escenas incluso al lado de Florence Pugh” — The Hollywood Reporter
Trama: acción, traumas y treguas
Un grupo roto en un mundo post-Avengers
La historia se desarrolla tras la disolución de los Avengers. Yelena es enviada a una misión suicida por Valentina. Allí se encuentra con Fantasma, Taskmaster y John Walker (el fallido Capitán América). La misión se convierte en una lucha por la supervivencia, que obliga a una tregua incómoda.
De enemigos a equipo disfuncional
Lo que comienza como enfrentamientos entre exvillanos y agentes deshonrados, se transforma en una alianza por necesidad. La evolución de sus relaciones —a veces cargadas de tensión, otras de camaradería— le da profundidad al relato.
Humor y dolor en dosis medidas
La película equilibra momentos de acción con escenas introspectivas, a veces demasiado explicativas, pero que reflejan la carga psicológica de cada personaje. Hay humor, sí, pero también culpa, duelo y búsqueda de redención.
¿El inicio de una nueva fase Marvel?
Una apuesta por lo imperfecto
Marvel ya no puede depender solo de los efectos especiales. Lo entendieron aquí: los Thunderbolts no son héroes perfectos, ni lo intentan ser. Son humanos, fallidos, contradictorios. Justamente eso los hace interesantes.
Referencias al pasado, visión hacia el futuro
Thunderbolts conecta con eventos anteriores —la caída de los Avengers, el legado de la Viuda Negra, el experimento fallido de Walker—, pero abre la puerta a una nueva generación de personajes menos idealizados.
“Una película entretenida por sí misma, pero también un puente narrativo hacia el futuro” — Variety
¿Marvel está escuchando al público?
Parece que sí. Esta película responde a las críticas: menos ruido, más historia. Menos dioses, más humanos. Y aunque no tiene el impacto de un Endgame, su valor está en el intento de recuperar la conexión emocional con el espectador.
Lo mejor y lo que aún falta
Aciertos de Thunderbolts:
- Florence Pugh domina cada escena.
- El humor no sabotea la emoción.
- El desarrollo de personajes está por encima de los efectos.
- Introduce un equipo fresco sin olvidar el canon.
Áreas a mejorar:
- Algunas escenas se tornan excesivamente explicativas.
- El ritmo decae en el segundo acto.
- La narrativa sigue dependiendo de fórmulas conocidas.
¿Podrán los antihéroes salvar a Marvel?
Thunderbolts no salva el universo Marvel, pero sí lo sacude y lo reanima. Es un recordatorio de que el poder no está solo en los puños, sino en las historias que emocionan.
En tiempos de desgaste narrativo, Marvel acierta al mirar hacia los márgenes: ahí donde los “perdedores” tienen algo nuevo que contar.
¿Será este el primer paso hacia una era de antihéroes más humanos? ¿O solo un paréntesis antes de volver a lo mismo? El público tiene la última palabra.