El regreso que nadie esperaba
“Otra peli de Marvel”, piensan muchos. “Pero bueno, ¿esto qué es?”. Así arranca la crítica de Alejandro G. Calvo, quien, como tantos otros, había perdido la fe en el universo cinematográfico de Marvel. Sin embargo, Thunderbolts, dirigida por Jake Schreier, ha logrado lo imposible: reconciliar a una audiencia agotada con una franquicia sobreexplotada.
Con una duración justa, sin escenas interminables ni batallas previsibles, esta película se siente fresca, precisa y, sobre todo, sorprendente.
Una nueva Marvel: más modesta, más efectiva
El desgaste del género de superhéroes
Durante años, Marvel dominó el cine con sus espectáculos visuales y su narrativa interconectada. Pero tras una larga serie de fracasos y producciones desiguales, el público empezó a alejarse. Incluso los fans más fieles pedían un descanso.
“Ya estamos en otras cosas”, dice G. Calvo, reflejando el sentir colectivo. Las expectativas eran bajas. Thunderbolts no tenía nada que perder, y eso la hace peligrosa en el mejor sentido.
Una estructura diferente, un ritmo inusual
Thunderbolts no apuesta por el clásico clímax de una hora de explosiones. En lugar de eso, propone una narrativa que avanza rápido, sin relleno innecesario. Según el crítico, la película sorprende al “buscar otras soluciones” en momentos donde se esperaban combates espectaculares. Esto es, justamente, uno de sus mayores aciertos.
“Por primera vez en la historia del cine de superhéroes, no todo se va a resolver a base de tortas”
Personajes descartados, carisma inesperado
Un elenco sin nombres principales
Florence Pugh, David Harbour, Sebastian Stan, Wyatt Russell, entre otros, integran un reparto compuesto por secundarios reciclados de otras películas. Pero es justamente esta elección la que permite que Thunderbolts funcione. Es una suerte de “Escuadrón Suicida” a la Marvel, con personajes que no deberían brillar, pero lo hacen.
“Han cogido a los secundarios de otras películas para hacer una especie de El Escuadrón Suicida de James Gunn”
Florence Pugh: el alma de la película
El gran acierto está en darle el protagonismo a Florence Pugh. Su interpretación es magnética y su presencia sostiene toda la trama. Sin ella, Thunderbolts no funcionaría. Su carisma y talento hacen que el espectador se enganche con una historia que, de otro modo, podría haber sido irrelevante.
“Todo en la película avanza y funciona gracias a ella. Está increíble”
Marvel exploitation: una jugada desde los despachos
Cine de oficina, pero bien hecho
Thunderbolts se siente como una película hecha desde el departamento de marketing. Pero eso no es necesariamente malo. De hecho, es un ejemplo de cómo se pueden tomar decisiones frías y calculadas y aun así lograr algo vibrante y genuino.
No hay grandes batallas. No hay superpoderes deslumbrantes. Pero hay una película que funciona porque sabe exactamente lo que quiere ser.
Superhéroes sin poderes
Uno de los elementos más llamativos es que muchos de los protagonistas no tienen poderes reales o son francamente antipáticos. Como John Walker, el “Capitán América de marca blanca”. Y aún así, la película logra que te intereses por ellos, que les sigas el juego.
Esta “Marvel exploitation” recuerda a los tiempos en que los estudios hacían cine de serie B con creatividad e ingenio. Y eso, en un universo tan saturado, se agradece.
Un final diferente para una película diferente
La batalla final que cambia las reglas
La película guarda su mejor carta para los últimos 30 minutos. No daremos spoilers, pero según G. Calvo, es un “mega acierto brutal”. No por lo que muestra, sino por lo que evita. Thunderbolts rompe la expectativa y reescribe el manual de los finales de Marvel.
No hay cataclismos, ni portales dimensionales, ni villanos invencibles. Hay decisiones. Hay humanidad. Y eso, viniendo de Marvel, es revolucionario.
Cuando menos esperas, aparece una buena idea
Thunderbolts no es una película que cambiará el cine. Pero sí es una película que demuestra que Marvel todavía puede sorprender, si se atreve a salirse del molde.
Puede que este experimento haya nacido desde los despachos, pero el resultado final tiene alma. Y eso, en estos tiempos, vale oro.
El futuro: ¿es Thunderbolts un nuevo modelo?
Marvel se encuentra en una encrucijada. Las franquicias tradicionales están agotadas, y la audiencia exige algo distinto. Thunderbolts podría ser el inicio de una nueva etapa: producciones más contenidas, más humanas, menos grandilocuentes.
La pregunta es: ¿seguirá Marvel por este camino, o fue esta película solo un golpe de suerte? Lo cierto es que, al menos por esta vez, el experimento ha salido bien. Y ha devuelto la esperanza a muchos espectadores que ya habían cerrado la puerta.