El transporte público en Yucatán enfrenta una crisis de 1,860 millones. ¿Negocio privado o derecho social? El gobernador Díaz Mena responde.
“El camión no pasó otra vez”, repite una madre en una comisaría de Yucatán mientras intenta llevar a sus hijos a la escuela. La crisis del transporte público es real. Joaquín Díaz Mena, gobernador del estado, ha lanzado una dura advertencia: el transporte no será más un negocio para unos cuantos. Y el plan ya está en marcha.
El transporte público como derecho, no como negocio
Un sistema colapsado desde su origen
La declaración del Gobernador Díaz Mena no llegó por casualidad. Durante un live con la ciudadanía, reconoció que el modelo actual del transporte en Yucatán fue diseñado para beneficiar a unos pocos. La situación es tan crítica, que la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY) advierte que se necesita una inyección de hasta 1,860 millones de pesos para 2025, solo para mantener la operación.
“No vamos a permitir que se juegue con las necesidades de las familias yucatecas.” – Joaquín Díaz Mena
Este monto, si se aplicara sin revisión, podría quitar recursos clave a programas de salud, educación e infraestructura. La pregunta es clara: ¿cómo llegamos a esto?
¿Qué es el Va y Ven y por qué está en la mira?
El sistema que no se detendrá, pero sí se transformará
El Va y Ven es el sistema de transporte público más moderno implementado en el estado. Aunque representa avances tecnológicos, también carga con modelos financieros poco claros y una gestión criticada por la falta de transparencia.
“Por supuesto que no vamos a quitar el Va y Ven, pero tenemos que ir mejorándolo.” – Díaz Mena
Las unidades seguirán operando, pero el gobernador anunció una auditoría urgente que buscará revisar cómo se gastó el dinero, cómo se diseñaron los contratos y a quién realmente benefició el modelo original.
Auditoría y transparencia: las claves del nuevo enfoque
Se investigará desde lo técnico hasta lo financiero
El gobernador será enfático con Jacinto Sosa Novelo, titular de la ATY: debe realizarse una auditoría profunda, tanto del sistema de movilidad como de los esquemas financieros que lo soportan.
Este tipo de revisión es inédito en el estado. La auditoría incluirá:
- Contratos y concesiones
- Rutas, frecuencias y tiempos de espera
- Asignaciones presupuestales
- Ingresos operativos y subsidios ocultos
Además, la gestión apunta a recuperar la confianza pública, integrando a la ciudadanía a través de mecanismos de diálogo y transparencia.
Un modelo insostenible heredado
1,860 millones en déficit: el dato que encendió las alarmas
Según el informe presentado por el titular de la ATY ante el Congreso del Estado, el sistema de movilidad dejará un déficit de casi dos mil millones de pesos en 2025.
Esto implica que:
- Cada día de operación genera más gasto que ingreso
- El modelo actual está orientado al lucro, no al servicio
- Los recursos públicos son insuficientes para sostenerlo
En ese sentido, Díaz Mena ha sido claro: “no se puede tomar una decisión de apoyo financiero sin entender claramente lo que está pasando.”
Lo que exige la gente: rutas dignas, camiones puntuales
El clamor ciudadano como motor del cambio
Durante sus recorridos por colonias y comisarías, el gobernador ha escuchado una y otra vez las mismas quejas:
- Los camiones no pasan a tiempo
- Las rutas no llegan a zonas vulnerables
- El servicio no es digno
Estas demandas sociales son prioridad en la nueva visión gubernamental.
“Mi compromiso es con ustedes.” – Díaz Mena, en su mensaje a las familias
¿Qué sigue para el transporte público en Yucatán?
Cinco principios para recuperar el rumbo
El gobernador ha definido una hoja de ruta basada en valores y objetivos concretos:
- Orden: Rediseño de rutas y planificación técnica.
- Responsabilidad: Revisión del gasto público asignado al transporte.
- Diálogo: Escucha activa a usuarios, choferes y especialistas.
- Transparencia: Auditorías públicas con acceso ciudadano.
- Honestidad: Eliminar favoritismos y contratos corruptos.
Implicaciones sociales de una movilidad justa
Mucho más que camiones: acceso, salud y desarrollo
Un transporte público digno no es un lujo, es una herramienta esencial de igualdad. Cuando un sistema de movilidad falla, los más pobres pierden oportunidades: acceso a la escuela, a trabajos, a centros de salud.
Además:
- Incrementa la desigualdad territorial
- Limita la productividad laboral
- Aumenta el estrés y desgaste social
Una reforma profunda no solo es necesaria, es urgente.
¿Y si no se hace nada?
El costo de la inacción
Mantener el modelo actual significa seguir drenando recursos públicos sin resolver la raíz del problema. A largo plazo, podría derivar en:
- Colapso del sistema
- Privatizaciones encubiertas
- Aumento de tarifas para los usuarios
“Tenemos que recuperar el rumbo del transporte público para todos los yucatecos.” – Joaquín Díaz Mena
La batalla por un transporte público justo apenas comienza en Yucatán. Lo que está en juego no son solo rutas o camiones, sino el derecho de miles de personas a moverse dignamente por su propio estado. ¿Será esta la administración que transforme el sistema o solo otra que maquille el problema?