Asesinato de activista en Teocaltiche expone colapso del Estado ante CJNG

El asesinato de Juan Pablo Alonzo revela el dominio del CJNG en Jalisco y la inacción estatal. La violencia escala sin freno en Teocaltiche.

AL MOMENTO

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Juan Pablo Diego Alonzo Estrada sabía que alzar la voz lo ponía en riesgo. Aun así, lo hizo. Ahora está muerto. Su historia expone un drama nacional: el abandono estatal ante el crimen organizado.


La ejecución de un activista incómodo: ¿Quién mató a Juan Pablo Alonzo?

Un crimen con mensaje

El pasado 30 de marzo, Juan Pablo Alonzo fue ejecutado dentro de su casa en Teocaltiche, Jalisco. Los asesinos actuaron con precisión, en pleno día, a escasos metros de un filtro de seguridad estatal. Nadie intervino. Nadie fue detenido.

Su hermana Hilaria, herida en el ataque, lo denunció en redes:

“Mataron a mi hermano Juan Pablo. Pidan por él. Me dieron un balazo en la pierna. Todo bien, gracias a Dios.”

El parte forense reveló impactos en el pecho, rostro y muslo. El arma: una pistola calibre 9 mm, característica de células criminales en la región.

Operativo sin respuesta

La ejecución ocurrió mientras supuestamente operaba un despliegue policial en la zona. ¿Cómo es posible que los asesinos huyeran impunes, rumbo a Apulco, territorio del CJNG? Esta pregunta sigue sin respuesta.

Teocaltiche: tierra de nadie bajo control del CJNG

Contexto de guerra silenciosa

Desde hace años, Teocaltiche se encuentra en disputa territorial entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y otras organizaciones. El resultado es un tejido social roto, instituciones infiltradas y población aterrada.

  • Toques de queda informales desde las 16:00 horas

  • Comercios cerrados por miedo

  • Niños sin clases por amenazas

  • Privaciones ilegales de la libertad

  • Jóvenes desaparecidos

Violencia en aumento

En solo 24 horas —entre el 31 de marzo y el 1 de abril— se registraron al menos cinco homicidios. Uno de ellos: una joven asesinada dentro de su papelería sin que mediara robo alguno. Su crimen, según reportes, estaría ligado a la desaparición de un familiar policía.

Videos en redes muestran a encapuchados patrullando las calles, como si fueran la autoridad real.

El Frente Teocaltiche y la lucha por ser escuchados

¿Quién era Juan Pablo Alonzo?

Juan Pablo era vocero del Frente Teocaltiche por Nuestra Gente A.C., un colectivo ciudadano formado ante el vacío institucional. El 3 de marzo, viajó a la Ciudad de México a entregar personalmente una solicitud de auxilio ante la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

“No nos vamos hasta que nos escuchen”, dijeron entonces.

La SEGOB recibió la petición y prometió acciones. Ninguna se concretó.

Amenazas sistemáticas

Tras la protesta en la capital, los activistas comenzaron a recibir amenazas. En un comunicado emitido el 2 de abril, el Frente denunció:

“El crimen organizado ha comenzado a tomar represalias… junto con elementos de la Policía Estatal.”

El asesinato de Juan Pablo fue la primera represalia letal. Pero la organización teme que no sea la última.

Omisión estatal: entre ineficiencia y complicidad

¿Dónde están las instituciones?

A pesar de la gravedad del caso, no hay detenidos, no hay avances y no hay protección para los sobrevivientes. La alcaldesa Silvia Villalobos pidió ayuda pública:

“Nuestro municipio está siendo violentado cada día más… necesitamos resultados.”

La SEGOB, por su parte, no ha emitido un posicionamiento formal tras el asesinato. La inacción gubernamental alimenta la sospecha de una complicidad estructural, o al menos, una negligencia sistémica.

México y la criminalización del activismo

Patrón nacional de violencia

El asesinato de Alonzo no es un caso aislado. Según datos de la organización Front Line Defenders:

  • 31 activistas fueron asesinados en México durante 2023

  • La mayoría por defender territorio o derechos humanos

  • Solo el 6% de los casos tiene una sentencia firme

Juan Pablo se suma a una lista creciente de líderes comunitarios ejecutados por incomodar al poder criminal… y estatal.

La doble vulnerabilidad

Activistas como Juan Pablo no solo enfrentan a cárteles. También lidian con la indiferencia (o colusión) de autoridades que deberían protegerlos.

¿Cómo exigir justicia si el Estado es parte del problema?

El silencio como estrategia de control

Medios locales amordazados

Periodistas en Jalisco han documentado cómo medios locales optan por callar ante el crimen organizado. Las amenazas son directas: si informas, mueres.

Este cerco informativo permite que hechos como el asesinato de Juan Pablo no alcancen la atención nacional que merecen.

Redes sociales: el último canal libre

Fue la hermana de Juan Pablo, Hilaria, quien rompió el silencio desde su cuenta personal. Hoy, Facebook y X (antes Twitter) se han convertido en plataformas clave para denunciar violencias que los grandes medios evitan.

¿Hay salida para Teocaltiche?

Propuestas que urgen

Organizaciones civiles, periodistas y líderes sociales coinciden en al menos tres medidas inmediatas:

  1. Intervención federal con supervisión ciudadana

  2. Protección efectiva para activistas y periodistas

  3. Desmantelamiento de redes criminales dentro de las policías locales

Justicia con rostro comunitario

Más allá de operativos militares, los habitantes de Teocaltiche exigen algo más difícil: reconstruir la confianza.

Sin eso, ningún helicóptero, convoy ni “mesa de seguridad” servirá.

¿Y si el Estado ya perdió el control?

El caso de Juan Pablo Alonzo es un parteaguas. Si un activista asesinado frente a un operativo no merece siquiera un comunicado oficial, ¿qué le queda al ciudadano común?

La pregunta es incómoda, pero necesaria:

¿Cuántos Juan Pablo más deben morir para que México despierte?

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