Brenda Agüero, acusada por la muerte de 5 bebés en Córdoba, enfrenta juicio mientras defiende su inocencia con una sonrisa que desconcierta.
Cinco bebés murieron en una sola jornada en un hospital de Córdoba. Una enfermera sonriente se convirtió en el rostro del horror. ¿Culpable o chivo expiatorio?
Una jornada trágica en Córdoba
El 18 de marzo de 2022, el Hospital Materno Neonatal de Córdoba se convirtió en el epicentro de una tragedia sin precedentes. Cinco bebés recién nacidos murieron en circunstancias aún no esclarecidas, mientras que otros ocho sufrieron graves descompensaciones. Ese día marcó el inicio de uno de los casos más impactantes en la historia médica reciente de Argentina.
“Todavía no lo puedo creer. Todo este tiempo por algo que no cometí”, declaró Brenda Agüero, la enfermera detenida por los hechos.
Brenda Agüero: la señalada
La única imputada por homicidio
Brenda Agüero, quien trabajaba como enfermera en el área de neonatología, fue acusada formalmente del asesinato de cinco bebés y de intentar matar a otros ocho. Desde entonces, lleva casi tres años en prisión preventiva, esperando el avance de un juicio que ha despertado más dudas que certezas.
El caso de Francisco Calderón
Uno de los episodios más inquietantes fue el del bebé Francisco Calderón Cáceres. Nació sano, pero murió apenas 11 horas después. Solo estuvo 10 a 15 minutos solo en la sala de incubadoras, y en ese corto tiempo, algo cambió. Brenda estaba a pocos metros, según los registros. Esa coincidencia bastó para que la fiscalía fijara su atención en ella.
“La sonrisa la hago porque viene mi mamá. Quiero que sepa que estoy bien”, explicó Brenda sobre su actitud durante las audiencias.
Las pruebas y las dudas
¿Sobredosis de potasio e insulina?
En dos de los bebés fallecidos se encontraron niveles elevados de potasio, lo que llevó a sospechar de una posible inyección intencional. Sin embargo, una pericia posterior descartó la manipulación externa, indicando que no había pinchazos ni rastros de intervención forzada en sus cuerpos.
Además, los niveles de insulina detectados eran normales, lo cual refuerza la duda sobre la hipótesis inicial de envenenamiento.
Síntomas ignorados por el equipo médico
Agüero declaró que advirtió síntomas alarmantes en una de las bebés, como manchas moradas en las manos y uñas, pero que los médicos no atendieron su reporte. Esa bebé también falleció. En otro caso, señaló que una rotura de bolsa en la incubadora pudo haber causado una infección, otro punto que tampoco fue tomado en cuenta por los especialistas.
“Me mataron en vida. Aunque salga, mi vida está arruinada”, afirmó entre lágrimas Brenda Agüero.
Una sonrisa que genera controversia
Desde el inicio del juicio, la imagen de Brenda sonriendo se volvió viral. Algunos lo interpretan como frialdad, otros como una muestra de nervios o esperanza. Según sus propias palabras, es una manera de tranquilizar a su madre, única visitante constante durante los largos meses en prisión.
Ese gesto, sin embargo, ha sido usado en su contra en la narrativa pública, convirtiéndola en el rostro visible del caso, sin una sentencia definitiva que confirme su culpabilidad.
¿Culpable o víctima del sistema?
Un juicio que aún no concluye
A pesar de la gravedad de las acusaciones, el juicio sigue en curso sin pruebas concluyentes. La defensa insiste en que Brenda fue la primera en alertar anomalías y que sus observaciones médicas fueron ignoradas sistemáticamente.
Los resultados periciales tampoco han logrado demostrar cómo murieron exactamente los bebés, ni quién fue responsable. Esta falta de certezas genera un ambiente cargado de sospechas, pero carente de evidencia contundente.
¿Por qué ella?
La pregunta que resuena en redes sociales y medios de comunicación es simple pero poderosa: ¿Por qué Brenda Agüero fue la única detenida? ¿Por qué no hay otros médicos o personal bajo investigación formal?
La respuesta aún no es clara. Lo cierto es que su caso se ha convertido en un ejemplo paradigmático de cómo opera la justicia en contextos de presión mediática y dolor social.
El impacto social de un caso sin cierre
Confianza quebrada en la salud pública
Este caso no solo puso en tela de juicio a una profesional de la salud, sino que socavó la confianza de miles de familias en el sistema neonatal argentino. El Hospital Materno Neonatal, que debería ser un lugar de esperanza, ahora es recordado por el peor episodio de muertes infantiles en su historia reciente.
Debate sobre derechos y garantías judiciales
También ha despertado un debate profundo sobre el debido proceso. ¿Se está respetando la presunción de inocencia? ¿Es justo que una persona pase años detenida sin pruebas concluyentes ni condena?
La respuesta a estas preguntas podría definir no solo el destino de Brenda Agüero, sino también la forma en que la justicia actúa frente a tragedias colectivas.
El juicio contra Brenda Agüero es más que un proceso penal: es un espejo de cómo tratamos el dolor, la culpa y la incertidumbre. A falta de pruebas sólidas, queda el impacto emocional, el escarnio público y una enfermera que, con su sonrisa, interpela a una sociedad que aún no sabe si está juzgando a una asesina o a una víctima. ¿Y si el verdadero crimen es que todavía no tenemos la verdad?