Encuentran osamenta en campamento de migrantes en CDMX

Encuentran restos humanos en ex campamento de migrantes en CDMX. La víctima sería un colombiano desaparecido. Investigación en curso.

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Encuentran restos humanos en ex campamento de migrantes en CDMX. La víctima sería un colombiano desaparecido. Investigación en curso.

El hallazgo que destapó un pasado oscuro

Eran las 11 de la mañana cuando el bullicio del Eje Central Avenida de los 100 Metros se detuvo. La movilización policial irrumpió la rutina de la colonia Defensores de la República, en la alcaldía Gustavo A. Madero. El hallazgo de una osamenta enterrada en el camellón reabrió las heridas de un lugar que por meses fue refugio, frontera y también infierno para decenas de migrantes.

La palabra clave “encuentran osamenta” ya no solo es un titular. Es el eco de una historia que muchos quisieron olvidar.

El hallazgo en el camellón: entre tierra y silencio

Excavaciones con propósito

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX) había abierto una carpeta de investigación tras la desaparición de un migrante colombiano el 25 de febrero. No había pistas, hasta que algunos conocidos hablaron: su último paradero había sido un campamento de migrantes desmantelado en marzo pasado.

Las declaraciones activaron una diligencia ministerial. A cargo del operativo estuvieron peritos forenses, agentes de la Policía de Investigación y el Grupo Especializado de Apoyo a la Búsqueda Inmediata. Con maquinaria ligera y herramientas manuales, iniciaron la excavación del camellón que divide el tráfico de norte a sur en esa zona.

Embalado y enterrado

Las horas pasaron y el colado de tierra reveló lo que muchos temían: restos humanos envueltos y enterrados. Un cuerpo embalado. Una osamenta. Un testimonio silente.

El sitio fue acordonado de inmediato. Nadie podía acercarse. La tierra había hablado.

Un campamento marcado por la violencia

El origen del refugio

Durante meses, ese punto del Eje Central fue refugio improvisado para migrantes de Haití, Colombia, Venezuela, El Salvador y otras nacionalidades. Ahí buscaban un lugar donde sobrevivir, lejos de las violencias de sus países.

Pero la promesa de seguridad se convirtió rápidamente en una trampa.

Extorsión, riñas y muerte

En diciembre de 2024, el campamento fue escenario de un crimen atroz: un migrante fue calcinado tras una disputa interna. Las autoridades detuvieron a dos personas. Solo un mes antes, en noviembre, una riña había dejado a otro herido.

Los reportes apuntaban a extorsión sistemática dentro del campamento. Según vecinos y algunos testigos, había cobros por protección, disputas entre grupos y ausencia de autoridad.

Finalmente, en marzo, el campamento fue desalojado por las autoridades. Pero lo que quedó enterrado fue más que basura: fue una historia sin cerrar.

La desaparición del migrante colombiano

Una denuncia que encendió la búsqueda

El 25 de febrero, familiares y amigos de un migrante colombiano acudieron a las autoridades. La denuncia fue clara: había desaparecido sin dejar rastro.

Sus conocidos apuntaron al campamento de migrantes. Lo había frecuentado varias veces. Su última comunicación fue desde esa zona.

Con esa pista, los investigadores decidieron buscar en el lugar.

¿Es él?

Aunque las autoridades aún no han confirmado oficialmente la identidad del cuerpo hallado, la coincidencia temporal y geográfica sugiere que se trataría del migrante reportado.

Pruebas forenses, análisis de ADN y cotejos dentales serán determinantes en los próximos días.

La CDMX como frontera interna

Migración y abandono

La Ciudad de México, especialmente las zonas del norte como Gustavo A. Madero, se han convertido en puntos de tránsito y estancamiento para migrantes que buscan llegar al norte del país o establecerse en la capital.

Faltan refugios formales, protocolos de protección y vigilancia real. En su lugar, surgen campamentos improvisados, muchas veces dominados por lógicas de supervivencia y violencia.

Vulnerabilidad en todos los frentes

Los migrantes, especialmente los que no tienen documentación regular, viven en un estado de invisibilidad institucional. Son blanco fácil de extorsionadores, traficantes, abusadores y hasta autoridades corruptas.

Lo que ocurrió en el Eje Central es un reflejo extremo de una realidad cotidiana: la migración en México no solo es tránsito, también es tragedia.

¿Quién responde por los que desaparecen?

Impunidad y falta de atención

Este caso reabre preguntas incómodas:

  • ¿Cuántos desaparecidos más yacen bajo tierra en antiguos campamentos?
  • ¿Por qué no hubo monitoreo oficial constante en un punto tan conflictivo?
  • ¿Qué protocolos se activan cuando se desmonta un campamento?

La Fiscalía capitalina debe responder. Pero también lo deben hacer el Instituto Nacional de Migración, la Secretaría de Gobernación y el Gobierno de la CDMX.

Urge una política de refugio digna

El desmantelamiento no puede ser la única respuesta. Se necesita una estrategia integral:

  • Albergues seguros
  • Vigilancia permanente
  • Canales de denuncia accesibles
  • Atención médica y psicológica
  • Rutas de regularización

Lo que la tierra reveló, el Estado no puede ignorar

Lo que empezó como la desaparición de un migrante terminó siendo una señal de alerta roja. El hallazgo de una osamenta enterrada en un ex campamento no sólo conmueve: acusa.

Nos obliga a mirar de frente la crisis humanitaria que se vive en nuestra propia ciudad.

¿Qué más tiene que aparecer bajo tierra para que haya cambios reales?

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