Una noche que terminó en tragedia
Lo que comenzó como una reunión social se convirtió en una pesadilla. Alejandra Judith Medina, una joven chihuahuense, fue brutalmente asesinada por su pareja sentimental, Édgar Alonso. El caso conmociona a Chihuahua y reabre la conversación sobre los feminicidios encubiertos y la violencia de género en México.
El falso asalto: una coartada que no resistió
La madrugada del viernes 16 de mayo, Alejandra fue vista con vida por última vez. Había asistido a una reunión en la colonia Vistas del Norte, en la ciudad de Chihuahua, de donde se retiró acompañada por su novio.
Horas después, Édgar Alonso apareció en un hospital con lesiones menores y una historia que sonaría falsa desde el inicio:
- Alegó que ambos habían sido víctimas de un asalto
- Dijo que unos desconocidos los atacaron, golpeándolo y llevándose el auto y a Alejandra
- Se activó una ficha de búsqueda oficial por desaparición
Sin embargo, su versión presentaba inconsistencias que encendieron las alertas de las autoridades.
La confesión: un giro inesperado
El intento de encubrimiento no duró mucho. Al día siguiente, consumido por la culpa o presionado por los hechos, Édgar confesó el crimen a sus padres. Posteriormente se entregó de forma voluntaria a las autoridades.
Gracias a su declaración, se localizó el cuerpo de Alejandra el domingo 18 de mayo. Su cadáver fue hallado dentro del vehículo Sentra parcialmente calcinado, en un predio de la colonia Granjas del Valle.
Las lesiones revelaron la brutalidad del ataque:
- Dos heridas con arma blanca: una en el tórax y otra en el cuello
- Evidencias de intento de incineración para destruir pruebas
La sentencia: 30 años por feminicidio
El caso avanzó con rapidez gracias a la confesón. Édgar Alonso fue vinculado a proceso y aceptó un juicio abreviado. La audiencia se llevó a cabo el domingo 18 de mayo, día en que se dictó su sentencia:
30 años de prisión por feminicidio.
Esta condena representa una de las respuestas más rápidas del sistema judicial en casos de violencia de género, aunque para muchas activistas, la justicia llega tarde: Alejandra ya no está.
Chihuahua y la sombra del feminicidio
Este crimen se suma a una larga lista de feminicidios en el estado de Chihuahua, una región marcada por una historia de violencia contra las mujeres desde los casos de Ciudad Juárez.
Contexto alarmante:
- Chihuahua es uno de los estados con mayor número de feminicidios en México.
- La impunidad en estos casos supera el 90%, según organizaciones civiles.
- Muchos feminicidas intentan disfrazar el crimen, como en este caso, bajo la apariencia de asaltos o desapariciones accidentales.
Urge repensar la prevención y la justicia
Este feminicidio expone fallas estructurales en la detección temprana de violencia doméstica. Alejandra, como muchas otras mujeres, salió de fiesta sin saber que su vida estaba en peligro junto a quien creía amar.
Preguntas clave que deja el caso:
- ¿Había señales previas de violencia en la relación?
- ¿Podría haberse evitado el crimen con una denuncia oportuna?
- ¿Qué mecanismos fallaron para proteger a Alejandra?
Justicia parcial
Aunque la justicia actuó rápido, Alejandra no volverá. Su historia debe servir como llamada de atención. La violencia feminicida no se detiene con sentencias, sino con educación, prevención y sistemas de alerta temprana.
¿Cuántas Alejandras más deben morir para que actuemos a tiempo?