El grito que nadie escuchó: el testimonio que desnuda una tragedia anunciada
La noche del 8 de mayo, la Universidad del Valle se convirtió en escenario de una tragedia. Un ataque a tiros dejó a dos estudiantes heridas. Una de ellas, Sirley Vanessa López Loaiza, de 23 años, falleció días después. Su novio, testigo y protagonista del drama, habla por primera vez.
La noche del horror: qué pasó en la cafetería
En plena jornada nocturna, Sirley conversaba con su pareja Michel Muñoz en la cafetería del campus de Palmira. Sin previo aviso, un hombre armado abrió fuego contra ella y otra estudiante, María José. Luego se suicidó. Era Brayan Tovar, expareja de María José y exalumno de la universidad.
Michel recuerda: “cuando sucedió el tiroteo preguntaban si había un médico, pero ya se habían ido”. Sin ambulancias ni personal médico, cargó a Sirley y la llevó en su auto al hospital. “Si esperábamos, Sirley moría allí mismo“, declaró a los medios.
Un feminicidio dentro de la universidad: contexto y reacciones
Las autoridades confirmaron que el ataque fue un acto de violencia de género. La relación previa entre el agresor y una de las víctimas revela una motivación clara. Este crimen se suma a la preocupante estadística de feminicidios en Colombia, donde más de 600 mujeres fueron asesinadas por motivos de género en 2023, según cifras del Observatorio de Feminicidios.
La Universidad del Valle emitió un comunicado contundente: “Este hecho es una manifestación clara de violencia de género, de intolerancia y del desprecio por la vida”. Docentes y estudiantes han exigido medidas urgentes de seguridad, incluyendo presencia médica constante y protocolos de emergencia.
La voz de Michel: “Sirley era un solecito”
Michel Muñoz, pareja de Sirley, se ha convertido en portavoz del dolor y la indignación. Asegura que no conocían al agresor, pero sabía que “no era un externo, había sido estudiante”.
Sobre Sirley, la describe como “una persona aplicada para el estudio, muy inteligente y siempre con una sonrisa hermosa”. Sus amigas la llamaban “un solecito”, por la calidez que irradiaba.
Seguridad universitaria: un sistema que falló
Este caso ha puesto en evidencia la fragilidad de los protocolos de seguridad en las universidades públicas colombianas. El hecho de que no hubiera atención médica disponible ni vigilancia suficiente ha despertado críticas. Entre las demandas más urgentes:
- Presencia permanente de personal de salud
- Mejor control de acceso a los campus
- Capacitación en prevención de violencia de género
- Apoyo psicológico a las víctimas
Reflexión final: ¿qué se necesita para actuar antes del horror?
Sirley no murió sólo por una bala, sino por la indiferencia institucional. Este feminicidio en la Universidad del Valle es un llamado urgente a repensar la seguridad en los espacios académicos. ¿Cuántas alertas más necesitamos antes de actuar?.