La transmisión en vivo que se volvió pesadilla
Valeria Márquez estaba en vivo por TikTok cuando fue asesinada en su salón. María José Estupiñán, “La Mona”, recibió tiros en su casa. Dos feminicidios separados por 48 horas. Una escalofriante coincidencia con patrones comunes que encienden alertas sobre la seguridad de las mujeres influencers en América Latina.
Dos vidas públicas, dos crímenes planeados
Jóvenes, visibles, vulnerables
Valeria y María José eran más que influencers. Eran emprendedoras, estudiantes, creadoras de contenido. Ambas vivían de su imagen pública, y esa visibilidad se volvió su condena.
- Valeria Márquez, 23 años, influencer de belleza y dueña del salón Blossom en Zapopan, México.
- María José Estupiñán, 22 años, estudiante de Comunicación y modelo en Cúcuta, Colombia.
Tenían aspiraciones, comunidades que las seguían y apoyaban, y una presencia creciente en el entorno digital. Sin embargo, esa exposición pública, esencial para su desarrollo profesional, fue utilizada como arma por quienes las acechaban.
El mismo engaño: el “regalo” fatal
Los asesinos usaron un truco inquietantemente similar:
- Valeria recibió a un “repartidor” con un paquete que no logró entregarle. Luego, un atacante entró preguntando: “¿Sos Valeria?” y le disparó tres veces.
- María José fue abordada por un hombre que le llevó chocolates. Al salir de casa, fue asesinada de un disparo en el rostro.
Ambas fueron víctimas de una emboscada. Un modus operandi replicado en países distintos con letal precisión. El uso del disfraz de repartidor no es casual: apela a la confianza cotidiana y normaliza la presencia del agresor en espacios seguros, como el hogar o el trabajo.
Exparejas violentas y móviles cruzados
Amenazas ignoradas por el sistema
Valeria publicó mensajes amenazantes de su expareja días antes del crimen. Aunque no denunció formalmente, sus temores eran evidentes: “A lo mejor me iban a matar”.
María José sí denunció violencia en 2018. Su ex debía pagarle 30 millones de pesos por una sentencia reciente. Fue asesinada un día después del fallo.
Ambas historias revelan cómo el sistema judicial muchas veces llega tarde o actúa de forma ineficiente. En el caso de María José, incluso con antecedentes y una resolución judicial, no se brindó una protección efectiva. En el de Valeria, la falta de denuncia oficial refleja el miedo o la desconfianza en las instituciones.
Feminicidios con agravantes
- En México, se investigó un posible vínculo entre la expareja de Valeria y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
- En Colombia, el móvil financiero tras la sentencia por violencia doméstica fue clave en la investigación.
Estas conexiones agravan la violencia y muestran cómo el feminicidio no siempre es un acto aislado, sino parte de estructuras más complejas donde el control, la impunidad y la misoginia se entrelazan.
La espectacularización del crimen
La muerte en vivo
El asesinato de Valeria fue visto por miles. TikTok se volvió escenario del crimen. La exposición digital ya no solo es fuente de ingresos; también puede ser el canal del horror.
La transmisión en vivo no solo documentó el crimen, sino que convirtió a la audiencia en testigo involuntario, generando un trauma colectivo. Esta dimensión pública plantea interrogantes éticos y tecnológicos sobre el rol de las plataformas.
Redes sociales: ¿plataformas o armas?
Las plataformas deben actuar:
- Eliminar transmisiones violentas rápidamente
- Ofrecer canales de denuncia para figuras públicas
- Preservar evidencia digital útil para las investigaciones
Además, es fundamental repensar la responsabilidad de estas empresas cuando su tecnología facilita indirectamente la difusión de violencia. ¿Qué mecanismos de prevención pueden aplicarse? ¿Cómo se equilibra la libertad de expresión con la protección ante riesgos extremos?
Influencers: nuevas víctimas de un viejo sistema
Una profesión sin blindaje
Ser influencer implica compartir. Rutinas, ubicaciones, emociones. Esa apertura es rentable, pero peligrosa. La falta de protocolos de seguridad específicos deja a estas mujeres expuestas.
No existen manuales institucionales de seguridad para influencers. Las agencias de representación, marcas y plataformas tampoco contemplan con seriedad este riesgo. La autoexposición es una moneda de doble filo, que el sistema aún no reconoce ni protege.
Riesgos de alto perfil
El consultor David Saucedo advierte: las influencers pueden ser blanco de crimen organizado o parejas violentas. Lo que antes vivieron actrices o cantantes, hoy lo padecen las creadoras digitales.
A medida que la economía de la atención se expande, también lo hacen las amenazas. La necesidad de regulación, protección y acompañamiento institucional se vuelve urgente para este nuevo grupo vulnerable.
El rostro legal de la impunidad
Leyes, pero sin aplicación eficaz
- En México, el feminicidio puede sancionarse con hasta 60 años de prisión.
- En Colombia, se reconoce como crimen autónomo desde 2015.
Sin embargo, la impunidad supera el 90% en México. En Colombia, la reactivación judicial es lenta, incluso cuando hay antecedentes claros como en el caso de La Mona.
La existencia de marcos legales sólidos no es suficiente. Las deficiencias en la implementación, la falta de perspectiva de género en la justicia y los vacíos de protección institucional permiten que estas tragedias se repitan.
¿Coincidencia o patrón criminal?
¿Un caso imitó al otro?
Ambos crímenes ocurrieron con 48 horas de diferencia. Ambos usaron la táctica del “regalo”. ¿Se trata de una imitación? ¿Un patrón que circula en redes? ¿Una alerta de violencia contra mujeres visibles?
Las similitudes no solo inquietan, sino que también podrían indicar una nueva forma de violencia adaptada a la era digital. La rapidez con la que se replica un modus operandi exige atención e investigación transnacional.
Comparativa rápida
Elemento | Valeria Márquez (México) | María José Estupiñán (Colombia) |
Edad | 23 años | 22 años |
Profesión | Influencer de belleza | Influencer y estudiante |
Lugar del crimen | Salón de belleza | Entrada de su casa |
Fecha del crimen | 13 de mayo | 15 de mayo |
Modus operandi | Supuesto repartidor | Supuesto repartidor |
Sospechoso | Expareja, presunto narco | Expareja con denuncia previa |
Móvil | Crimen organizado | Sentencia económica |
¿Y ahora qué? Reflexión final
La muerte de Valeria y María José no puede ser una estadística más. Son símbolos de una violencia de género que evoluciona con la tecnología. De una impunidad que permite que la amenaza se cumpla. De una sociedad que aún no sabe proteger a sus mujeres públicas.
¿Qué pasará la próxima vez que una influencer reciba un “regalo” en su puerta?
El silencio no es opción. Los estados deben actuar, las plataformas deben responsabilizarse y la sociedad debe exigir garantías. Porque cada vez que una mujer muere por ser visible, es un fracaso colectivo.