El testimonio de Margarita que remueve el caso Paloma-Josué
“Nunca los vi de la mano”. Esa frase, dicha con la voz quebrada por Margarita, la niñera de Paloma Gallardo, resuena como un eco que amenaza con derrumbar una de las teorías más difundidas del brutal asesinato de los adolescentes Paloma y Josué. Con 16 y 14 años respectivamente, sus muertes estremecieron a Argentina. Ahora, una mujer clave en sus vidas revela información que podría cambiarlo todo.
Una segunda madre con una versión distinta
Margarita no es una testigo cualquiera. No solo cuidó a Paloma desde que era una niña: se siente su segunda madre. Su cercanía con la familia del pastor Omar Gallardo y Alicia Pita le da una perspectiva interna del entorno donde creció la adolescente.
Desde los medios nacionales, Margarita decidió hablar para limpiar el nombre de su propia hija, Estefanía, y de paso, arrojar luz sobre las verdaderas relaciones entre los jóvenes asesinados.
Desmintiendo el romance oculto
Uno de los relatos más repetidos en torno al crimen sugiere que Paloma y Josué tenían una relación sentimental secreta, lo que habría generado celos o venganzas fatales. Margarita lo niega de forma tajante:
“Nunca los vi de la mano. Solo iban y venían juntos del colegio”.
Ese pequeño pero poderoso detalle cuestiona toda una línea de investigación. Para ella, Paloma y Josué eran sólo amigos, incluso cuando empezaron a coincidir en el gimnasio en los últimos meses.
El punto de quiebre: la parada de trenes
La niñera también desmintió una supuesta declaración de su hija Estefanía. Según algunos medios, ella habría visto a los adolescentes en una estación de tren poco antes de su muerte, lo que alimentó sospechas por parte de la familia de Josué. Margarita respondió con firmeza:
“Nada que ver. Nunca declaró. Dicen cosas de mi familia que no me gustan”.
El señalamiento, basado en una supuesta declaración sin sustento, podría haber alterado el curso de la investigación. El silencio roto de Margarita es, en ese sentido, un llamado a no perder el foco.
Hipótesis abiertas y verdades pendientes
El doble homicidio ocurrió el 30 de enero y, según fuentes oficiales, los cuerpos mostraban signos de haber sido atacados con una piedra. Las investigaciones apuntan a un posible robo con connotaciones sexuales, pero ninguna teoría ha sido confirmada.
La versión de Margarita introduce una nueva capa de complejidad al caso: ¿fue todo un malentendido basado en rumores? ¿Se estará desviando la búsqueda de los responsables por culpa de versiones distorsionadas?
Una voz que interpela a la opinión pública
En contextos donde las emociones nublan el juicio, declaraciones como la de Margarita son fundamentales. No solo aportan datos, también humanizan el proceso judicial. ¿Cuántas veces las versiones “oficiales” son moldeadas por el rumor y la presión mediática?
La niñera pone en tela de juicio cómo se construyen las narrativas en torno a un crimen. Y también cómo pueden destruir reputaciones sin pruebas.
La verdad está en los detalles
El caso de Paloma y Josué sigue abierto, pero el testimonio de Margarita invita a revisar cada pieza del rompecabezas. A veces, una frase simple como “nunca los vi de la mano” puede ser suficiente para reconstruir toda la escena.