Rancho Izaguirre: La peor escena del crimen en México, según criminóloga

Criminóloga denuncia irregularidades forenses en Rancho Izaguirre y lo califica como una escena del crimen “peor que Ayotzinapa y San Fernando”.

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Criminóloga denuncia irregularidades forenses en Rancho Izaguirre y lo califica como una escena del crimen “Peor que Ayotzinapa y San Fernando”.

La escena del crimen que “Nos rebasa”: El caso Rancho Izaguirre

El dolor tiene coordenadas. En México, el horror suele aparecer en la forma de terrenos baldíos, casas abandonadas o ranchos ocultos entre montañas. Pero lo que ocurrió o dejó de ocurrir en Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, no solo vuelve a sacudir el alma de un país herido por la desaparición forzada, sino que también destapa la ineficacia institucional en la investigación de atrocidades.

Lo que debió ser un sitio clave para entender la maquinaria de exterminio del crimen organizado, se convirtió, según la criminóloga Yuriria Rodríguez Castro, en “La vergüenza criminológica más grande de la historia mexicana”.

¿Qué es el Rancho Izaguirre y por qué es importante?

Ubicado en las inmediaciones de Teuchitlán, el Rancho Izaguirre ha sido señalado por autoridades estatales y federales como un posible centro de entrenamiento y exterminio operado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Pero lejos de convertirse en una escena investigada con rigurosidad forense, el lugar ha sido objeto de omisiones, alteraciones y simulación institucional.

Durante una visita reciente, organizada con la presencia de prensa, colectivos de familiares de desaparecidos y autoridades, se esperaba encontrar un operativo serio. En su lugar se halló una escena maquillada, pintada, barrida. El horror fue silenciado con brochas y restricciones de acceso.

Una visita que dolió más que sanó

El dolor de las madres buscadoras ignorado

Una de las imágenes que más conmocionaron en redes sociales fue la de una madre golpeando el suelo con desesperación. “Mira, está hueco”, gritaba. Era su forma de exigir que excavaran ese punto. No lo hicieron. No quisieron. No les importó.

Tiempo limitado y recorrido simulado

Los colectivos solo pudieron recorrer el predio durante 20 minutos. No pudieron excavar. No pudieron tocar. Solo observé lo que las autoridades quisieron mostrar. Patricia Sotelo, madre de Fanny Areli, lo resumió con crudeza: “Esto es un circo. Una burla para nuestro dolor”.

Una escena del crimen ilegible, contaminada y vacía

La criminóloga Yuriria Rodríguez Castro fue de las primeras en llegar al lugar. Su relato no deja dudas: lo que debía preservarse fue intervenido, alterado y vaciado de valor probatorio.

Sin planimetría ni marcadores forenses

“Las banderas delimitaban zonas, pero sin ningún criterio científico”, explica Rodríguez. No hubo marcadores numéricos ni mapeo. “No hay manera de reconstruir los hechos. No hay narrativa posible.

Escenarios múltiples sin análisis profundo

El predio no es solo una fosa. Es un conjunto de escenas del crimen superpuestas:

  • Crematorio clandestino con cenizas.
  • Centro de adiestramiento con pintura de gotcha.
  • Espacio de adoración a la Santa Muerte.
  • Presencia de productos químicos corrosivos.
  • Posibles laboratorios improvisados.

Cada uno de estos elementos exige un enfoque distinto. Pero nada fue preservado ni estudiado como debía.

Comparaciones inevitables: Ayotzinapa y San Fernando

En México, mencionar Ayotzinapa o San Fernando es evocar dos de las investigaciones más emblemáticas y polémicas sobre violencia extrema y desapariciones.

Rodríguez Castro, sin embargo, afirma que Rancho Izaguirre los supera. Y no en cantidad de víctimas, sino en el nivel de impunidad y negligencia institucional.

Ayotzinapa: Múltiples escenas, una narrativa

En el caso Ayotzinapa, aunque con muchas dudas y críticas, se construyó una línea temporal. Las distintas escenas fueron enlazadas: desde la persecución hasta el basurero de Cocula.

San Fernando: Cadáveres con historia

En San Fernando, los cuerpos tenían ubicación, orientación, señales de violencia. Se podían formular hipótesis. En Rancho Izaguirre, ni siquiera hay cadáveres visibles. Solo cenizas. Solo vacío.

El espectáculo del encubrimiento

Una escena “Limpia” para la prensa

Para cuando los colectivos y medios llegaron al lugar, todo estaba pintado, barrido, arreglado. El olor a cloro competía con el de la muerte. Las huellas fueron borradas por brochas y mangueras.

Rodríguez asegura que no es casualidad. Es parte de una estrategia deliberada de ocultamiento.

“Nos mostraron ceniza para evitar mostrar cuerpos. No quieren excavar”, sentencia.

¿Por qué es tan grave este caso?

La principal denuncia es clara: México no tiene protocolos adecuados para investigar escenarios de exterminio masivo.

Sin protocolos, no hay verdad ni justicia

“No estamos listos para una escena que nos rebasa”, dice Rodríguez. Y tiene razón. Mientras las fosas se multiplican en el país, las herramientas para investigarlas siguen estancadas en el siglo pasado.

¿Qué se debería hacer? El llamado urgente a actuar

La especialista propone crear protocolos específicos para escenarios criminales complejos. No basta con aplicar la norma general cuando nos enfrentamos a lo que parece ser una arquitectura del horror organizada.

Se necesitan:

  • Equipos interdisciplinarios con criminólogos, antropólogos, médicos forenses, químicos.
  • Preservación inmediata de la escena.
  • Coordinación entre niveles de gobierno.
  • Apoyo real a colectivos de búsqueda.
  • Cadenas de custodia estrictas desde el primer hallazgo.

Rancho Izaguirre: ¿Escenario simbólico o evidencia clave?

Rodríguez alerta que Rancho Izaguirre podría no ser la única ni la principal escena del crimen. Menciona otras rancherías como La Vega y El Carmen, posibles extensiones de este caso.

Lo que sí es seguro es que la oportunidad de hacer historia con una investigación ejemplar ya se perdió.

El dolor sin nombre de las familias

Mientras las instituciones maquillan, las madres siguen buscando. Golpean la tierra, escuchan los huecos, lloran por una pala. Lo único que exigen es dignidad para sus hijos.

Y en Rancho Izaguirre, ni eso se les dio.

México frente a sus fantasmas

La violencia en México tiene rostros. Pero también tiene estructuras, complicidades, y omisiones. Rancho Izaguirre es un espejo incómodo. Y es también una advertencia:

“Estos escenarios se volverán cada vez más comunes”, dice Rodríguez.
¿Estamos listos para investigarlos?

Una escena de crimen que es también escena nacional

Rancho Izaguirre no solo es un terreno intervenido por el crimen organizado. También lo es por el abandono estatal. Su vacío, su ceniza, su simulacro hablan de algo más profundo:El miedo a descubrir lo que realmente ocurre en los rincones oscuros del país.

La escena ya fue arruinada. Las pruebas se perdieron. Pero el deber de recordar y exigir no ha prescrito.

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