La tarde del 14 de mayo de 2025, la influencer Valeria Márquez fue asesinada en vivo mientras transmitía desde su salón de belleza en Zapopan. Su caso revela una mezcla escalofriante de tecnología, violencia de género e impunidad.
Una vida de redes y emprendimiento
Valeria Márquez, de 23 años, no era solo una influencer. Era una emprendedora con miles de seguidores en TikTok (@v___marquez) e Instagram. Su contenido variaba entre consejos de belleza, humor, y fragmentos personales que la conectaban emocionalmente con su audiencia. También era dueña de “Blossom The Beauty Lounge”, su salón ubicado en la colonia Real del Carmen, Zapopan.
- TikTok: entre 90,000 y 112,000 seguidores
- Instagram: entre 73,000 y 87,000 seguidores
- Videos con hasta 800,000 vistas
Su autenticidad y cercanía le permitieron construir una comunidad fiel. Compartir su vida, incluyendo una “traumática ruptura amorosa”, la hacía relatable, pero también vulnerable.
El modelo de vida pública digital que Valeria representaba pone en evidencia cómo la visibilidad puede convertirse en riesgo.
Además, como empresaria, su capacidad para montar un salón de belleza propio a los 23 años refleja determinación, ambición y una visión clara de lo que quería construir. En un país donde el emprendimiento femenino enfrenta múltiples obstáculos, su historia también era símbolo de empoderamiento.
El crimen en directo
El martes 14 de mayo, entre las 17:00 y 18:30 hrs, un hombre ingresó al salón fingiendo ser repartidor. Algunos testigos afirman que ya había intentado localizarla horas antes. La premeditación del ataque es innegable.
Durante una transmisión en TikTok, Valeria comentó: “Ya viene”, justo antes de que el agresor preguntara: “¿Eres Valeria?”. Tras su afirmación, fue asesinada con disparos en el pecho y la cabeza. La transmisión fue cortada por una empleada tras los disparos.
Impactante y cruel, su muerte fue presenciada por miles.
Este hecho ha sido catalogado por analistas digitales como uno de los crímenes más perturbadores del año, al mezclar brutalidad, exposición pública y la banalización del horror a través del consumo masivo de contenido.
La investigación: feminicidio como primera línea
La Fiscalía del Estado de Jalisco inició la investigación bajo el protocolo de feminicidio. Esto implica analizar si su género fue un factor clave en el crimen, algo fundamental en un país donde cada día mueren mujeres por violencia machista.
No se descartan otras hipótesis: su ruptura sentimental, posibles amenazas, o su exposición en redes. Hasta el 14 de mayo no se había detenido al responsable.
La falta de respuestas rápidas y transparentes alimenta la desconfianza ciudadana.
Las autoridades recabaron testimonios, analizaron grabaciones de seguridad y llevaron a cabo peritajes en la escena. La comunidad espera que estos esfuerzos no se diluyan en el tiempo.
Reacciones y el espejo social
La muerte de Valeria desató una ola de indignación. Fragmentos del video circularon en redes, abriendo el debate sobre ética, revictimización y consumo de violencia digital.
La violencia traspasó la pantalla, dejándonos frente a una realidad brutal.
Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo y exigencias de justicia. Influencers, celebridades y ciudadanos comunes unieron su voz. El caso también provocó protestas espontáneas en Zapopan y otras ciudades del país.
Cifras como los 59 feminicidios en enero de 2025 o más de 700 al año muestran que el asesinato de Valeria no es un hecho aislado. Su caso se suma a otros, como la ejecución del exdiputado Luis Armando Córdoba el mismo día en Zapopan.
Este contexto de violencia múltiple revela un patrón de inseguridad estructural y falta de prevención.
Una pregunta sin respuesta
¿Por qué mataron a Valeria Márquez? Hasta hoy, el caso permanece sin resolución clara. La investigación sigue, pero la sociedad exige justicia.
Valeria es ahora símbolo de la vulnerabilidad de las mujeres, de los peligros de la vida pública digital y del horror de una violencia que no respeta muros ni pantallas.
Los interrogantes son muchos:
- ¿Fue atacada por su contenido en redes?
- ¿Tuvo enemigos personales o profesionales?
- ¿Fue víctima de una violencia dirigida al azar en una ciudad cada vez más insegura?
Valeria Márquez fue más que una influencer: fue una joven con sueños truncados brutalmente. Su muerte exige respuestas, pero también una reflexión urgente: ¿hasta cuándo toleraremos la violencia como parte del paisaje digital y cotidiano?
¿Qué mecanismos necesitamos para proteger a quienes viven en la exposición constante?
Este crimen no solo nos duele. Nos obliga a actuar.