Budapest, Hungría — El Gran Premio de Hungría de 2025 ha comenzado de la peor manera posible para Max Verstappen y el equipo Red Bull. Lejos de la dominante actuación de McLaren, el vigente campeón del mundo se vio relegado a una preocupante novena posición en la Práctica 1 y a una alarmante decimocuarta plaza en la Práctica 2. Un análisis de las sesiones revela que la introducción de mejoras, lejos de solucionar problemas, ha sumido al RB21 en una crisis de equilibrio, dejando a Verstappen con un coche que él mismo calificó de “inconducible”.
La jornada del viernes en el Hungaroring se convirtió en una lucha constante para el piloto neerlandés, no contra el cronómetro, sino contra su propio monoplaza. La estrategia de Red Bull para el fin de semana pasaba por evaluar un nuevo paquete de mejoras, incluyendo un nuevo alerón delantero, diseñado específicamente para corregir los problemas de balance que ya habían lastrado su rendimiento en carreras anteriores. Sin embargo, el plan se torció dramáticamente desde los primeros compases.
Práctica 1: Primeros síntomas de un problema grave
En la primera sesión de entrenamientos, mientras los McLaren marcaban el ritmo, Max Verstappen se encontraba a casi nueve décimas de la cabeza. Su programa se centró en tandas cortas y en la recopilación de datos aerodinámicos con el nuevo alerón. La estrategia era clara: entender si las nuevas piezas proporcionaban la estabilidad y la confianza necesarias en el tren delantero en un circuito de alta carga aerodinámica como el húngaro.
Los resultados iniciales no fueron nada alentadores. Verstappen luchó visiblemente con el coche, reportando una falta de consistencia y una imprevisibilidad en el comportamiento del RB21 que le impidieron acercarse a los tiempos de referencia. La novena posición final fue un reflejo de estos problemas fundamentales.
Práctica 2: La crisis se confirma
La segunda sesión de libres fue aún más reveladora y preocupante para el equipo de Milton Keynes. Con la pista en condiciones más representativas para la clasificación y la carrera, los problemas de Red Bull se magnificaron. Verstappen terminó a 1.1 segundos del tiempo de Lando Norris, una eternidad en términos de Fórmula 1.
Durante esta sesión, se pudo ver a los mecánicos de Red Bull trabajando intensamente en la parte delantera del coche, realizando cambios de configuración drásticos en un intento desesperado por encontrar una solución. La estrategia de la sesión se desvió de las habituales simulaciones de carrera a un ejercicio de resolución de problemas en tiempo real.
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La frustración de Verstappen se hace palpable
Los mensajes de radio de Verstappen a su ingeniero fueron contundentes y reflejaban su frustración: “No sé qué está pasando. Es inconducible. No puedo encontrar nada de equilibrio”. Más tarde, compararía la sensación de pilotaje con “conducir sobre hielo”, quejándose de una falta de agarre tanto en el eje delantero como en el trasero. Esta falta total de confianza en el coche impidió cualquier intento de realizar tandas largas representativas, ya que la prioridad absoluta era intentar encontrar una ventana de funcionamiento mínima para el monoplaza.
Además de los problemas de rendimiento, Verstappen protagonizó un incidente inusual al arrojar una toalla desde el *cockpit* en la curva 3, lo que le ha valido una investigación por parte de los comisarios. Aunque anecdótico, el gesto fue una muestra palpable de la inmensa frustración del piloto.
Here's the moment during FP2 🎥#F1 #HungarianGP pic.twitter.com/gL8acbirpP
— Formula 1 (@F1) August 1, 2025
Estrategias de contingencia para Red Bull
Ante este desolador panorama, la estrategia de Red Bull para el resto del fin de semana ha pasado a ser de control de daños. El equipo se enfrenta a una noche de intenso trabajo analizando la ingente cantidad de datos recopilados para entender por qué las nuevas mejoras han tenido un efecto tan negativo.
Las opciones estratégicas incluyen:
- Reversión a una especificación anterior: Es muy probable que el equipo considere volver a una configuración aerodinámica conocida y más estable, sacrificando el potencial teórico de las nuevas piezas por un comportamiento más predecible.
- Análisis profundo de la puesta a punto: El equipo explorará cambios radicales en la suspensión y el balance mecánico para intentar compensar los problemas aerodinámicos.
- Objetivos realistas para la clasificación: Dada la situación, el objetivo principal para la clasificación del sábado será asegurar una posición en el Top 10 y evitar una eliminación prematura.
Te puede interesar:McLaren y Oscar Piastri: la supremacía hacia el Gran Premio de …En resumen, la estrategia de Max Verstappen y Red Bull en las prácticas de Hungría se vio completamente desbaratada por un coche fundamentalmente desequilibrado. Lo que debía ser una sesión de validación de mejoras se convirtió en una lucha por la supervivencia. Ahora, el equipo se enfrenta a una carrera contrarreloj para darle a su piloto estrella un coche con el que, al menos, pueda competir. ¿Podrá Red Bull revertir esta alarmante situación para la clasificación del sábado?