Una familia, un escenario, una ruptura
Alex Sirvent camina entre luces y gritos de miles de fans cada noche, pero cuando baja del escenario, lo espera el silencio más doloroso: el de su familia.
El cantante de Mercurio, conocido por éxitos noventeros como Explota corazón, hoy enfrenta uno de los momentos más difíciles de su vida: sus padres y su hermana le dejaron de hablar tras unirse al 90s Pop Tour.
¿Cómo un reencuentro musical puede romper una familia? ¿Qué heridas del pasado se abrieron con su decisión?.
El origen del conflicto: ¿Por qué la familia Sirvent se rompió?
Una decisión que lo cambió todo
Alex Sirvent decidió unirse al 90s Pop Tour, un proyecto encabezado por Ari Borovoy que reúne a los íconos del pop noventero. Lo que parecía una celebración de nostalgia y música terminó convirtiéndose en un punto de quiebre con su familia.
“Me dejaron de hablar en Navidad. Un mes. En mi casa”, confesó el artista.
Detrás de esta reacción familiar hay más que emociones: hay historia, contratos, poder y heridas no cerradas.
La historia detrás de JNS y el papel de los Sirvent
Para entender la fractura familiar, hay que retroceder al origen del grupo Jeans, hoy conocido como JNS. Paty Sirvent, hermana de Alex, fue su fundadora. Su padre, propietario legal del nombre y del concepto original, estuvo involucrado directamente en la gestión del grupo.
Cuando Borovoy buscó revivir al grupo para el 90s Pop Tour, firmó un acuerdo con el padre de los Sirvent. Sin embargo, la relación se deterioró, y el grupo cambió su nombre a JNS. Este giro alimentó viejos resentimientos, sobre todo porque varias exintegrantes denunciaron públicamente malos tratos, manipulación y abuso emocional durante su etapa con Jeans.
¿Quién es Alex Sirvent y por qué su decisión fue tan polémica?
Más que un cantante: una figura atrapada en un drama familiar
Alex Sirvent no es solo un integrante de Mercurio: es actor, compositor, y parte de una familia clave en la historia del pop mexicano de los 90. Su unión con el 90s Pop Tour fue vista por su familia como una traición, dado que implicaba compartir escenario con JNS y participar en un proyecto liderado por Borovoy, figura con la que han tenido conflictos legales y personales.
“Cada vez que me paro ahí, mis papás o mi misma hermana sienten que soy cruel…”, expresó Alex visiblemente afectado.
Entre la nostalgia del escenario y la soledad del camerino
Mientras el público corea sus canciones, Alex vive una dualidad emocional. “Estoy feliz en el escenario… pero llego a mi cuarto y lloro solo”, confesó. Esta frase no solo resume su estado emocional, sino que refleja la tensión entre la vida pública y la vida privada, entre el ídolo y el hijo.
La voz de las JNS: denuncias, toxicidad y silencio mediático
Las denuncias públicas de las exintegrantes
Integrantes como Melissa López, Regina Murguía y Angie Taddei han hablado abiertamente sobre el ambiente tóxico que vivieron en Jeans. Han señalado directamente al padre de los Sirvent como una figura autoritaria y manipuladora.
“Había control absoluto. No podíamos opinar. No era sano”, dijo una de ellas en entrevista pasada.
Estas declaraciones, aunque nunca han derivado en acciones legales públicas, han sido suficientes para marcar una narrativa de conflicto y abuso de poder. La familia Sirvent, hasta ahora, ha guardado silencio.
¿Por qué importa este conflicto? Claves para entender su trasfondo social y cultural
1. El lado oscuro del pop noventero
La industria del entretenimiento juvenil en América Latina ha sido históricamente opaca, autoritaria y centrada en el control de la imagen. Grupos como Menudo, Timbiriche o Jeans no estuvieron exentos de dinámicas abusivas. El caso de Alex Sirvent revive ese debate.
2. Familias que son empresas
Cuando una familia también es una estructura empresarial —como los Sirvent—, los conflictos familiares se complican. Los lazos afectivos se entrelazan con contratos, regalías y egos, generando situaciones como la que vive hoy Alex.
3. Masculinidad y salud emocional
La vulnerabilidad mostrada por Alex Sirvent es poco común en el medio artístico masculino. Su testimonio aporta al debate sobre salud mental, presión emocional y estigmas en figuras públicas.
El silencio que duele más que los gritos
El intento de reconciliación que no llegó
Alex asegura que ha intentado acercarse a sus padres y a Paty. Sin embargo, las conversaciones han sido tensas o inexistentes. El conflicto ha llegado a tal punto que ni la enfermedad de su padre ha logrado tender puentes sólidos.
“Yo he hecho todo lo que está en mis manos para que haya una reconciliación. Pero estoy en medio…”, lamentó.
¿Hay un camino de regreso?
No está claro si este distanciamiento podrá resolverse. Lo cierto es que el éxito del 90s Pop Tour contrasta con una intimidad fracturada, donde las heridas personales se sienten más profundas que los aplausos.
Más allá del escándalo: ¿Qué dice esto de la industria?
Falta de regulación y protección emocional
La industria del pop juvenil sigue careciendo de estructuras claras que protejan a sus integrantes, especialmente cuando las dinámicas de poder son familiares.
Casos como el de Alex abren la puerta a una reflexión sobre cómo se gestionan los talentos adolescentes en América Latina.
La necesidad de contar otras historias
La narrativa del éxito musical pocas veces deja espacio para los conflictos internos. Lo que vive Alex Sirvent podría ser la punta del iceberg de muchos más casos silenciados, tanto en México como en otros países de la región.
Un hombre, una voz, una herida abierta
Alex Sirvent sigue cantando, pero su historia ya no es solo la del joven galán noventero. Hoy es también la de un hijo que quiere reconciliarse, de un artista que llora en silencio y de una figura que nos obliga a mirar más allá del escenario.