Amandititita preocupa a fans al cantar sentada: ¿problemas de salud?

Amandititita reapareció en concierto sentada y sin aliento. Fans temen por su salud. ¿Qué pasa con la reina de la anarcocumbia?

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La Feria del Libro en Nuevo León prometía un reencuentro vibrante con Amandititita, pero su presentación dejó más preguntas que aplausos. La artista cantó sentada, sin energía visible, y sus fans están preocupados.

El regreso que encendió las alarmas

Después de años de bajo perfil, Amandititita reapareció en público durante la Feria Nacional del Libro en Nuevo León. Lo que debía ser una celebración terminó en incertidumbre. La cantante ofreció su show sentada en una silla deslizable, visiblemente fatigada y, según varios asistentes, con dificultad para respirar incluso sin realizar movimientos intensos.

Videos de la presentación se viralizaron rápidamente, y los comentarios en redes sociales no tardaron en aparecer:

“Me parte el alma verla así, se nota que algo no está bien”, escribió una usuaria en X (antes Twitter).

“Siempre tan energética… verla apagada así me dolió”, comentó otro fan.

Una artista marcada por el desgaste

Del auge a la pausa creativa

Amandititita, cuyo nombre real es Amanda Lalena Escalante Pimentel, fue un fenómeno musical a finales de los 2000. Su estilo irreverente y letras satíricas definieron la anarcocumbia, un subgénero que rompía con lo establecido y se convertía en la voz de una generación crítica y sarcástica.

Sin embargo, desde hace algunos años su ritmo de trabajo se ha reducido. Su último álbum, Pinche Amor, fue lanzado en 2019, y desde entonces no ha producido discos completos, solo algunos sencillos esporádicos.

Un retiro silencioso de los escenarios

Aunque nunca ha anunciado un retiro oficial, su presencia en festivales y conciertos ha disminuido drásticamente. En la década de 2010 era habitual verla en múltiples escenarios; hoy, sus apariciones son más bien excepcionales y breves.

Ella misma ha expresado en entrevistas pasadas el impacto emocional y físico de estar en la industria musical:

“La música me ha dado mucho, pero también me ha quitado cosas que no sabía que necesitaba: tiempo, salud, estabilidad”, declaró en una charla de 2021.

La dualidad entre redes y vida pública

A pesar de su bajo perfil artístico, Amandititita se mantiene muy activa en redes sociales. Interactúa con sus seguidores, comparte reflexiones, momentos cotidianos y mantiene un tono honesto, sin máscaras. Este contraste entre su vida digital y su presencia física debilitada desconcierta a muchos.

Para algunos, su concierto sentada fue solo una elección logística. Pero para otros, fue una señal visible de deterioro físico o emocional.

¿Qué hay detrás de su estado actual?

¿Problemas de salud ocultos?

La especulación sobre una posible enfermedad crónica, desgaste emocional o condición médica no se ha hecho esperar. Sin embargo, la artista no ha emitido declaraciones oficiales al respecto.

Lo que sí se sabe es que el ritmo de vida del espectáculo, combinado con presiones externas y personales, puede cobrar facturas invisibles. Y más aún cuando se trata de artistas que, como ella, han cargado con etiquetas, estigmas y exigencias de originalidad constante.

Una industria que devora a sus voces disidentes

La anarcocumbia no fue solo un estilo musical: fue una declaración política, cultural y estética. Amandititita se enfrentó a burlas, estereotipos y una industria que muchas veces la redujo a una caricatura.

Hoy, verla vulnerable genera una reflexión profunda: ¿cuánto le exigimos a los artistas sin considerar sus límites humanos?

La memoria de una voz incómoda y necesaria

Su legado musical no solo se mide por números. Se mide por la forma en que conectó con miles de personas que se reconocieron en sus letras, que encontraron en su ironía una forma de resistir la realidad. Canciones como La Muy Muy, Metrosexual o La Criada siguen siendo himnos para quienes ven en ella una figura incómoda pero necesaria.

Amandititita nos recuerda que los artistas no son solo productos: son personas. Verla vulnerable no debería ser motivo de morbo, sino de empatía. Su historia abre una conversación necesaria sobre la salud mental, el desgaste en la industria y la urgencia de crear espacios más humanos para quienes nos regalan su arte.

¿Estará lista para volver con fuerza o estamos viendo el inicio de su adiós silencioso?

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