El periodista de investigación y el círculo rojo deben detenerse hoy para reconocer la partida de un gigante musical. Chris Rea, el aclamado cantante y guitarrista británico, falleció a los 74 años. Su muerte, tras una breve enfermedad, deja un vacío inmenso en el panorama del soft rock global.
El adiós al poeta de la carretera
El lunes 22 de diciembre, la familia del cantante y compositor británico Chris Rea confirmó su fallecimiento a los 74 años. La noticia fue distribuida a través de la agencia británica de noticias Press Association (PA), especificando que Rea murió ese mismo día en un hospital tras haber padecido una “breve enfermedad”, rodeado de sus seres queridos.
Sus parientes, incluyendo a su esposa y sus dos hijos, honraron su memoria mediante un comunicado:
- “Con inmensa tristeza anunciamos la muerte de nuestro querido Chris.”
- “Falleció pacíficamente en el hospital rodeado de su familia”, agregaron al recordar al también guitarrista.
El artista, conocido por su distintivo estilo al tocar la guitarra y su voz grave, era internacionalmente reconocido por éxitos atemporales como On The Beach y el ineludible clásico de la temporada festiva, Driving Home For Christmas.
Una vida ligada a la carretera y la música
Christopher Anton Rea nació en 1951 en Middlesbrough, al norte de Inglaterra. Su origen era culturalmente rico: su padre, Camillo, era italiano, y su madre era irlandesa. Siendo uno de siete hermanos, pasó su adolescencia colaborando en la heladería familiar. Su amor por la conducción comenzó temprano, ya que incluso se sacó el carné manejando la furgoneta de venta de helados de su padre.
Su pasión por la música y la guitarra se despertó en su juventud al comprar su primer instrumento, una Hofner V3 de 1961. Los expertos siempre destacaron cómo su gusto por la conducción y los viajes influyó directamente en la composición de muchas de sus canciones.
Su álbum de debut, Whatever Happened To Benny Santini?, se publicó en 1978. La canción Fool (If You Think It’s Over) obtuvo una nominación a un premio Grammy. El músico alcanzó la fama definitiva en las décadas de los setenta y ochenta, cosechando éxitos internacionales como Let’s Dance y The Road to Hell.
A lo largo de su prolífica carrera grabó 25 discos en solitario. Dos de ellos lograron alcanzar el número uno en las listas británicas:
- The Road to Hell (1989).
- Auberge (1991).
El clásico navideño que casi no ve la luz
Lanzado originalmente en 1986, el tema Driving Home For Christmas es, hasta la fecha, un clásico indiscutible de la Navidad, no solo en el Reino Unido, sino también en el extranjero. Su popularidad reciente se mantuvo alta, al figurar en el puesto 30 de las listas de éxitos del periodo festivo la semana anterior, y al ser incluido en la campaña publicitaria navideña de los grandes almacenes británicos M&S.
Rea explicó en su página web que la canción, ideada mientras viajaba en coche con su mujer, relata “la historia de un viajero cansado que regresa a casa, un momento de calidez, humor y espíritu festivo que ha conservado su encanto con el paso de los años”.
Paradójicamente, el artista no deseaba que su discográfica la publicara inicialmente, ya que en ese momento su principal objetivo era labrarse una reputación por su habilidad técnica con la guitarra.
> “En ese momento, lo último que necesitaba era tener una canción navideña dando vueltas. Hice todo lo posible para que no publicaran ese disco. ¡Por suerte, lo hicieron!”, reconoció posteriormente.
Las batallas por la salud del artista
La salud de Chris Rea fue motivo de preocupación durante las últimas dos décadas. En el año 2000 fue diagnosticado con cáncer de páncreas, enfermedad por la cual se sometió a una operación al año siguiente. Posteriormente, en 2016, sufrió un ictus. A pesar de estos severos desafíos médicos, el fallecimiento ocurrió tras una “breve enfermedad”, según el reporte familiar.
La pérdida de Christopher Anton Rea no solo apaga una de las voces más distintivas del Reino Unido, sino que nos obliga a reflexionar sobre el impacto duradero de melodías que, nacidas casi por accidente, como Driving Home For Christmas, se vuelven inmortales. Su discografía permanece como el mapa sonoro de un viaje que, por fortuna para sus oyentes, nunca terminará.




