Damaris Rojas explota contra Imelda Garza: robo de canción y escándalo en vivo

Damaris Rojas acusa a Imelda Garza de usar su voz sin permiso en homenaje a Selena. ¿Robo, plagio o usurpación? Escándalo en Monterrey.

AL MOMENTO

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Durante un homenaje a Selena Quintanilla en Monterrey, una voz familiar estremeció a Damaris Rojas: la suya. Así comenzó un escándalo que encendió a las redes.

El homenaje que desató una tormenta

Lo que prometía ser una emotiva noche en honor a la reina del tex-mex, Selena Quintanilla, terminó convirtiéndose en un campo de batalla mediático. En pleno escenario, Imelda Garza Tuñón, viuda de Julián Figueroa, interpretaba un medley musical… pero algo no cuadraba. Damaris Rojas, cantante y miembro de “Las Bandidas”, reconoció su propia voz en los coros.

“¡Nosotros tenemos el original!”, aseguró Damaris, visiblemente molesta.

La pista utilizada, según ella, fue grabada el 26 de noviembre para el lanzamiento oficial del grupo. Aquel material, afirma, era exclusivo y no debía ser difundido sin autorización.

¿Robo, plagio o usurpación?

La incertidumbre legal de un reclamo legítimo

En entrevista con TV Notas, Damaris confesó que no sabe cómo catalogar lo ocurrido.

“No sé si se le llame robo, plagio o usurpación. No tengo el término correcto legalmente. Lo que sí sé es que no se podía utilizar. Es nuestro material”.

Su testimonio refleja una realidad frecuente en la industria musical mexicana: la falta de claridad en la protección de derechos de autor en producciones independientes o en desarrollo.

La situación no solo afectó emocionalmente a la cantante, sino que echó por tierra el lanzamiento planeado de “Las Bandidas”, quienes incluso tenían listos vestuarios y cronogramas.

El enojo detrás de la voz

Una carrera construida sobre los cimientos de otras

Para Damaris, lo más grave es la manera en que Imelda, aparentemente, construye su imagen artística usando recursos ajenos:

“Estoy decepcionada. No se vale que quiera pisar el trabajo de otras personas. Nosotras no queremos ching4r a nadie”.

Más allá del escándalo, hay un reclamo legítimo de respeto por el esfuerzo artístico. Damaris enfatiza que si Imelda tiene los medios económicos, debería invertir en material original, no aprovecharse del trabajo de otros.

Imelda Garza bajo la lupa: ¿artista o oportunista?

Críticas al profesionalismo y ética de la viuda de Julián Figueroa

Damaris no solo criticó el uso indebido del audio, también apuntó a la falta de preparación y compromiso escénico por parte de Imelda.

“Yo no me subo al escenario a mover las nalgas solo porque tengo un escándalo. Es una arribista”.

Con esa frase, la artista definió lo que muchos en redes ya empezaban a comentar: la falta de autenticidad de algunas figuras que buscan fama acelerada tras una tragedia personal o un apellido reconocido.

El trasfondo: la industria musical y sus zonas grises

El dilema de la autoría en una era de colaboraciones digitales

Lo ocurrido con Damaris y su grupo no es un hecho aislado. En el mundo del entretenimiento, los límites entre colaboración, uso legítimo y plagio son cada vez más difusos, especialmente en géneros como el pop regional, donde los proyectos suelen compartir productores, pistas y hasta coristas.

Sin contratos formales, muchos artistas independientes quedan vulnerables ante este tipo de situaciones.

El caso plantea preguntas de fondo:

  • ¿Qué tipo de acuerdos existen en este tipo de colaboraciones?
  • ¿Hay respaldo legal para materiales previos al lanzamiento?
  • ¿Es suficiente la indignación pública para frenar estas prácticas?

¿Quién controla la narrativa?

El rol de los medios y las redes en la construcción del escándalo

En pocas horas, el tema se viralizó en redes, catapultando a ambas artistas a las principales tendencias. Mientras los fans de Damaris pedían justicia, los seguidores de Imelda defendían su homenaje a Selena.

Esta disputa mediática refleja la importancia de la narrativa: quien domina el discurso, suele inclinar la opinión pública. Por eso, muchas figuras públicas buscan reaccionar rápido, ya sea con entrevistas o comunicados, para posicionar su versión.

En este caso, Imelda no ha dado una declaración oficial al respecto. Su silencio ha sido interpretado por algunos como una admisión tácita, y por otros, como una estrategia.

Lecciones para la escena musical mexicana

Este conflicto entre Damaris Rojas e Imelda Garza Tuñón pone sobre la mesa varios temas relevantes:

  • La urgencia de contratos claros y protección de derechos en cada etapa de un proyecto musical.
  • El riesgo de que la fama se use como palanca para saltarse procesos éticos.
  • La necesidad de que artistas emergentes se capaciten en aspectos legales, de marketing y posicionamiento digital.

Para Damaris, el camino ahora será más desafiante, pero también puede capitalizar el momento para reforzar la identidad de “Las Bandidas” y reposicionar su proyecto como uno auténtico y profesional.

Más allá del escándalo, este caso deja una pregunta abierta: ¿puede sobrevivir el talento en un entorno donde el poder mediático parece valer más que el esfuerzo artístico?
La industria musical debe decidir si quiere seguir premiando la inmediatez o comenzar a proteger, de verdad, a quienes crean desde el corazón.

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