Desde los años 70, Lyn May ha sido un icono del espectáculo mexicano, una figura de irreverencia y glamour. Sin embargo, detrás de las luces, la vedette ha vivido experiencias profundamente humanas y estremecedoras. Recientemente, en el podcast *Creepypastas Everywhere*, reveló un secreto guardado por años, que evidencia la magnitud de su amor y sufrimiento: la exhumación de su esposo, Antonio Chi-Xuo, para poder dormir junto a él una vez más.
La historia de amor que desafió la muerte
Liliana Mendiola Mayanes, mejor conocida como Lyn May, sigue siendo una figura emblemática del espectáculo mexicano. Su nombre evoca luces de cabaret, bailes exóticos y una personalidad irreverente que aún hoy desafía los límites del espectáculo nacional. En medio del glamour, la actriz ha pasado por experiencias estremecedoras que hoy salen a la luz.
Antonio Chi-Xuo, empresario restaurantero e ícono en su sector como propietario de la cadena “Siete Mares”, fue el gran amor de Lyn May. Compartieron un matrimonio de 25 años, iniciado a fines de los 80 y concluido por su muerte en 2008.
“Después de 25 años de casados le vino el cáncer de próstata y se me murió. Y yo sufrí muchísimo porque ya teníamos muchos años juntos”, dijo seriamente la vedette. “Yo quería mucho a mi marido, estaba muy acostumbrada… era un hombre como ninguno, un hombre muy bueno […] era un excelente hombre y pues no quería que se fuera”, afirmó.
La batalla contra el cáncer y el adiós inevitable
A Pesar de los esfuerzos de Lyn May para mejorar la salud de su esposo y erradicar el cáncer, estos fueron en vano. Después de un año de tratamiento en un famoso hospital de la Ciudad de México, los médicos le recomendaron llevarlo a casa porque ya no había nada más que hacer por él.
La actriz narró que los médicos le dieron tan solo dos semanas más de vida a Antonio Chi-Xuo, pero ella no fue capaz de decírselo: “los médicos me dijeron le quedan dos semanas, denle lo que él quiera”. Poco a poco el empresario fue perdiendo sus capacidades físicas, pero Lyn May continuó diciéndole que todo estaría bien.
El momento de su muerte sucedió mientras él dormía. May narra que su respiración cambió y en ese momento supo que su amado ya no despertaría. “Yo sabía que ya era el momento, cerró los ojos y se quedó dormido pero yo ya sabía que era el final […] Empezó a respirar raro… fue muy triste para mí porque yo tenía sus manos agarradas cuando comenzó a agonizar […] Duró unos cuantos minutos y ya de repente dejó de respirar”, dijo visiblemente conmovida.
El dolor inaguantable: La decisión de no dejarlo ir
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Después de este sufrimiento, la actriz narró cómo comenzó a gritar para pedir ayuda, pero ya no había nada más que hacer. Así, inició los trámites para darle un eterno descanso a su amado. Sin embargo, el dolor era tan grande que la llevó a hacer algo inimaginable.
“No quería que se lo llevaran”, ese fue el sentir de Lyn May en aquel devastador momento. A este dolor se sumó la insistencia de algunos medios para tomar sus declaraciones, lo que terminó por afectarla aún más. Aunque la vedette afirmó que preparó todo para que el cuerpo de Antonio fuera cremado, ella se arrepintió al último momento y optó por un entierro en un panteón.
Cuatro días junto a él en casa
No obstante, el dolor era tanto que Lyn May optó por dejarlo en su casa durante cuatro días más antes de finalmente sepultarlo. “Lo mandé a que lo arreglaran para tenerlo en mi casa. Lo tuve en la casa cuatro días y medio… yo no comía, no tomaba nada y nada más estaba abrazada a él”, contó. Su madre, todo el tiempo, le decía: “déjalo descansar, él debe de estar en su lugar”.
La exhumación: Un acto desesperado de amor
Pero la peor parte llegó luego de sepultarlo, ya que tan solo un día después buscó a quienes pudieran exhumar el cuerpo para poder llevarlo con ella otra vez. Entre lágrimas, la famosa recordó que tuvo que pagarle a alguien para hacer esto, ya que no era capaz de realizarlo ella sola.
“Yo pagué y me ayudaron. Tú sabes que cuando hay dinero se prestan a todo, se consigue todo lo que uno quiere y sí lo tuve”, recordó la actriz.
De vuelta en casa: “Enferma de la cabeza” por el sufrimiento
Después de desenterrar el cuerpo, Lyn May solo podía estar acostada junto a él, abrazándolo. Su familia pensaba que estaba “enferma de la cabeza”, pero ella afirma que todo esto fue producto del dolor que sentía. Su madre, una vez más, la convenció: “no lo puedes tener aquí, los vecinos van a empezar a protestar”.
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La despedida final y el mensaje del más allá
“Mi mamá me convenció de que lo dejara ir […] Lo tuve cuatro días después de traerlo y entonces ya lo mandé a cremar… sus cenizas las regué por toda la casa”, detalló. Durante estos cuatro días que el cuerpo estuvo en su casa, Lyn May pudo sentir la presencia de su amado. Narró que en dos ocasiones distintas, mientras se encontraba dormida, pudo sentir cómo el cuerpo se sentaba a su lado o salía de la habitación.
Estas manifestaciones fueron el detonante para que la actriz decidiera finalmente dejar ir el cuerpo de Antonio Chi-Xuo. “Lo sentí conmigo, sentí lo calientito de su cuerpo, sentí que estaba durmiendo conmigo […] Sentí que se sentó, me besó y se salió entonces yo dije ‘algo me está diciendo’ […] Pensé que era un mensaje de él para dejarlo ir”, concluyó.
La historia de Lyn May y Antonio Chi-Xuo es un testimonio crudo y conmovedor de cómo el amor y el Duelo pueden empujar los límites de la razón, revelando la profunda complejidad de las emociones humanas frente a la pérdida. ¿Hasta dónde serías capaz de llegar por un amor tan inmenso?