La política del espectáculo rara vez revela las grietas detrás de la pantalla. Lola Cortés, figura central de La Granja VIP, rompió el protocolo al anunciar su retiro el pasado domingo 9 de noviembre de 2025. Su salida voluntaria, motivada por una severa crisis de ansiedad y diagnósticos de claustrofobia, expone la dura realidad de la salud mental en el ojo público.
La salida voluntaria que impactó la gala de eliminación
Lolita Cortés, una de las participantes más prominentes de La Granja VIP, decidió concluir su participación en el proyecto el domingo 9 de noviembre de 2025. El catalizador de esta drástica medida fue una crisis de ansiedad que, según el propio testimonio de la artista, estuvo ligada a diagnósticos mentales previos, entre ellos la claustrofobia, sumados a otros problemas de salud que actualmente atraviesa.
Fue durante la gala de eliminación cuando Cortés hizo pública su decisión de retirarse de la competencia. Argumentó que, dado que posiblemente el público la había salvado previamente, no deseaba correr más riesgos y prefería retirarse por voluntad propia.
Ante esta solicitud, el conductor Adal Ramones y la producción del programa accedieron a su petición. Lo siguiente fue hacer sus maletas, despedirse de sus compañeros y, por fin, salir de la competencia.
El reencuentro emotivo: Lo que no se vio en televisión
Mientras Cortés se dirigía a la puerta principal de La Granja VIP, las cámaras captaron el primer y más emotivo reencuentro: su hija la recibió con un fuerte abrazo, entre lágrimas, y llena de melancolía por el regreso de su madre a la realidad.
Sin embargo, las pantallas de televisión de México no mostraron el cuadro completo de la bienvenida. Afuera del set, una comitiva la esperaba para brindarle apoyo incondicional. El recibimiento incluyó grandes abrazos, mucho cariño y un amor incondicional. La comitiva que la recibió estaba integrada por:
- Su hijo, Mariano Romo.
- Andrea, quien funge como la manager de Lolita Cortés.
- Otras personas importantes en su carrera.
Mariano Romo le dio un gran abrazo y fue el encargado de entregarle un objeto muy significativo: su tiburón, uno de los grandes regalos que le mandaron por su cumpleaños, mismo que vivió la actriz ahí dentro.
Tras el efusivo recibimiento, Cortés fue inmediatamente puesta a disposición de personas especializadas que la asistirán con sus problemas médicos, emocionales o mentales.
“No estoy mal, simplemente soy diferente”
Al salir de la competencia, Lolita Cortés emitió sus primeras palabras, haciendo un reconocimiento público a su situación de salud:
> “Les pido una disculpa, me he estado tratando y nunca pensé que fuera tan difícil para una persona que tiene esto. No estoy mal, simplemente soy diferente, pero estoy bien.”
La exconcursante agradeció el apoyo, señalando que si no llegó a la final, aún puede hacer otras cosas: bailar, cantar y actuar.
Además, aseguró que si algo extrañará mucho de su estancia es la vaca Jacinta, pero también sus queridas Gallinas.
Por el momento, se desconoce cuál será el momento en que Lola Cortés regrese a la televisión nacional, pues tendrá que dar algunas cuantas entrevistas de su participación.
El abandono de Lola Cortés, en la cúspide de un reality, obliga a la esfera pública a confrontar un tema largamente evadido: la presión extrema que enfrentan las figuras mediáticas y la necesidad de priorizar la salud mental por encima de los compromisos de producción. ¿Qué tan responsables son estos formatos de entretenimiento de la salud de sus participantes?




