Recientemente, Netflix ha estrenado la primera parte de la quinta y última temporada de Stranger Things, la famosa serie que ha capturado a la audiencia mundial con su mezcla exitosa de humor, terror, misterio y profunda nostalgia ochentera. Si bien se sabe que los hermanos Matt y Ross Duffer se inspiraron en producciones de antaño, pocos conocen la oscura teoría conspirativa que fundamentó su universo.
El origen real de la narrativa de Hawkins: Proyecto Montauk
La serie, antes de ser titulada Stranger Things, estuvo a punto de llamarse simplemente “Montauk”. Esto se debe a que el programa fue conceptualizado directamente sobre la base del llamado “Proyecto Montauk”, una teoría conspirativa que ganó una fuerte popularidad en Estados Unidos durante la década de los ochenta y que, según declaraciones de los propios creadores, se convirtió en una gran obsesión para los hermanos Duffer en su adolescencia.
La base militar de Camp Hero: el Área 51 de la costa Este
El “Proyecto Montauk” es la denominación dada a los supuestos experimentos ultra confidenciales que el gobierno de los Estados Unidos habría llevado a cabo en un periodo crucial, entre 1982 y 1987. Estos experimentos, según la teoría, tuvieron lugar en la base militar de Camp Hero, ubicada específicamente en Long Island, Nueva York. La ubicación era tan misteriosa que era comúnmente conocida como el “Área 51 de la costa Este“.
Los objetivos que supuestamente perseguía este proyecto secreto eran múltiples y de alto impacto:
- Desarrollar herramientas de control mental.
- Crear portales interdimensionales.
- Lograr viajes en el tiempo.
- Dotar de habilidades psíquicas a seres humanos.
Para alcanzar estas metas, los sujetos de prueba principales, según la teoría, eran niños e indigentes.
La evidencia bibliográfica de 1992
La teoría conspirativa cobró mayor credibilidad y fuerza mediática en 1992 tras el lanzamiento de un libro clave: The Montauk Project: Experiments In Time. Este volumen, escrito por Preston B. Nichols y Peter Moon, narró un evento que resonó con la teoría: la desaparición de un joven en Mountak, Nueva York, durante los años setenta.
El libro hacía referencia directa a la existencia de un famoso laboratorio secreto donde se experimentaba con humanos para conferirles poderes sobrenaturales. Entre las habilidades que se buscaban, se incluía la capacidad de mover objetos o de hacer que estos aparecieran de la nada usando únicamente el pensamiento.
La innegable huella en Stranger Things
Los hermanos Duffer tomaron elementos cruciales de esta narrativa conspirativa para construir la trama de la primera temporada de Stranger Things. Es evidente el paralelismo entre la teoría y la ficción:
- Laboratorio secreto del gobierno: El Laboratorio de Hawkins es una réplica funcional de la premisa de Camp Hero.
- Experimentos con niños: El caso de “Eleven” (Once) es el ejemplo más claro, al ser sometida a experimentos para desarrollar sus poderes psíquicos.
- Poderes sobrenaturales y portales: Los poderes de Eleven y la creación del “Upside Down” se conectan directamente con los objetivos reportados en el Proyecto Montauk.
- La desaparición de un joven: La búsqueda de Will Byers actúa como el motor inicial de la trama, reflejando las narrativas contenidas en el libro de Nichols y Moon.
Con la llegada de la última temporada, el análisis riguroso de estas conexiones revela que la serie no es solo un homenaje a la década de 1980, sino una profunda inmersión en una de las teorías de conspiración más oscuras de la vida real en Estados Unidos.
La fascinación de los creadores por una supuesta historia de experimentos gubernamentales con niños transformó una oscura leyenda de Long Island en el fenómeno cultural de Stranger Things. ¿Qué tanto de lo que vemos en la ficción refleja los temores profundos de la sociedad ante los proyectos clasificados del Estado?




