El Patrón, también conocido como Alberto del Río, se ha consolidado como favorito en La Granja VIP. Lejos del cuadrilátero, el exintegrante de la WWE recordó el polémico incidente en Venga La Alegría. Ante La Bea, Kim Shantal y Teo, el luchador potosino contó la verdad que se escondía detrás de la aparente pérdida de control.
El origen del caos: La furia planeada de Alberto del Río
Durante una guardia en La Granja VIP, Alberto del Río fue cuestionado directamente por La Bea, Kim Shantal y Teo sobre el recordado momento en que “destruyó” el foro de Venga La Alegría (VLA). La comediante recordó algunas de las frases que dijo el potosino cuando se encontraba “fuera de sus casillas” en el matutino.
Tras un poco de risas, el luchador fue cuestionado sobre si fue planeado o realmente se salió de control. El Patrón no tuvo reparos en recordar un poco lo vivido y dejar claro que todo fue planeado. Sin embargo, la verdad que desveló es que la producción cometió un error crucial que hizo que la reacción de los conductores fuera genuina.
La sorpresa que no se comunicó a los conductores
Alberto del Río aseguró que, si bien la producción sí sabía que el altercado iba a ocurrir al ingresar el padre de su rival, esa información nunca se compartió con el talento frente a cámaras.
El luchador potosino relató la confusión que esto generó:
- “Mi papá también, el día de lo de Venga la Alegría, me dijo: ‘Hombre —me dijo— es que… pues te ves, pero como un destroyer, un destructor, terminator. Tenías a todos cag*&$ de miedo’. Yo no sabía, pues si yo no sabía que a ellos no les habían dicho a ellos [los conductores]”, comenzó El Patrón.
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El miedo de Kike Mayagoitia y el resto de los conductores era, por lo tanto, real.
Las indicaciones de seguridad previas a la destrucción
El Patrón confirmó que antes de comenzar con la destrucción había dado algunas indicaciones precisas sobre lo que haría en el foro. Esto fue parte de la planeación para evitar que alguien saliera lastimado. Lo que no sabía era que la producción no pasó el comentario a la gente frente a cámaras.
“Ese segmento se armó y yo les dije: ‘Para que tengan seguridad y todo, yo necesito ir a bajar…’. Me bajaron y estaba el Kike [Mayagoitia] y todos haciendo otro segmento. Y yo: ‘Ok, mire, aquí necesito así y así, y voy a hacer pa’ allá y voy a mover…’. O sea, para que no se lastimara nadie en el momento que si yo giraba o jalaba o algo. Imagínate, el Kike es mi amigo y ni él sabía. Entonces, esa fue la cosa…”, dijo Alberto del Río.
El recuento del ataque: La ira desatada en VLA
Alberto del Río fue llevado al matutino para hablar sobre su título de Triple A y el compromiso que tenía con El Hijo del Vikingo. El Patrón fue sorprendido con la presencia de Vikingo, el padre de su rival, lo que desató la supuesta ira del luchador. Después de ponerlos cara a cara, el potosino no pudo contenerse y comenzó a atacarlo en pleno foro.
Los momentos de tensión que escalaron el incidente incluyeron:
- Kike Mayagoitia intentó separar a El Patrón al ver a Vikingo en el suelo, lo que desató la ira del luchador todavía más.
- El staff apareció en el set para separarlo, momento en que el potosino comenzó a empujar a la gente que lo separó.
- Alberto amenazó a los integrantes de la producción, diciendo que no lo tocaran para después soltarle una patada a Vikingo, quien seguía en el piso retorciéndose del dolor.
La productora gritó que no quería ese tipo de conductas en el matutino y Del Río se retiró, indicando que le habían hecho una falta de respeto al llevar al papá de su rival.
Antes de salir del foro, El Patrón reventó una mesa contra el piso y señaló a los culpables de la “falta de respeto” que le habían cometido. Aunque gente de la producción intentaba llevarlo a la salida del set, cuando lo tocaron comenzó a “agredirlos”. Tras abandonar el foro, la productora mandó a corte comercial y Sergio cumplió la orden, deseando que el Vikingo se encontrara bien tras el ataque sufrido a manos del potosino.
El relato de Alberto del Río desde La Granja VIP pone en evidencia la compleja línea entre la realidad y el espectáculo televisivo. ¿Hasta qué punto es legítimo usar el miedo genuino del elenco para crear un momento viral, y cuál es el costo ético de convertir la tensión real en un producto de entretenimiento?
