La Fiscalía de Jalisco ha escalado la polémica contra los géneros musicales al citar formalmente a Antonio “N”, conocido artísticamente como Junior H. La imputación, por presunta apología del delito, tras interpretar “El Azul”, ha encendido las alarmas en el “círculo rojo” sobre los límites de la libertad artística y el control cultural en México.
La judicialización del corrido tumbado en Jalisco
El reciente citatorio emitido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de Jalisco en contra del cantante Junior H (Antonio “N”) marca un precedente en la creciente confrontación entre las autoridades y la música popular que aborda la temática del narcotráfico.
La controversia se originó tras la presentación de Junior H durante las Fiestas de Octubre, donde el artista interpretó el sencillo conocido como “El Azul”. Según los informes de la Fiscalía, la cita a comparecer se basa en la presunta participación del cantante en el delito de apología del delito, un cargo grave que ha puesto al artista en el ojo del huracán.
El origen específico de la imputación radica en que el corrido tumbado “El Azul” está explícitamente inspirado en la figura del narcotraficante Juan José Esparragoza.
Natanael Cano defiende a su colega y advierte sobre la censura
Ante la acción legal emprendida por las autoridades de Jalisco, su amigo y colega, Natanael Cano, el máximo exponente de los corridos tumbados, reaccionó de manera contundente en redes sociales para dar su postura.
Cano utilizó su cuenta oficial de Instagram, donde mantiene una base de seguidores superior a los 11 millones de usuarios, para manifestar su desaprobación a la medida. El cantante aseguró que la acción de la Fiscalía era excesiva, argumentando que los artistas únicamente estaban dedicados a cantar su música.
Las declaraciones de Natanael Cano: “Quieren que cantemos lo que ellos dicen”
El intérprete de éxitos como “Mi bello ángel”, “Madonna” y “O me voy o te vas” fue directo en su crítica, sugiriendo que las autoridades intentan coartar la libertad creativa:
- “Todo por cantar música. Ahora quieren que cantemos lo que ellos dicen, por Dios”, escribió Cano en una de sus historias.
- El cantante defendió que la medida impuesta al colega es muy severa.
Posteriormente, Natanael Cano intensificó su advertencia, señalando que este tipo de regulaciones podría ser el inicio de controles más profundos sobre la vida cotidiana de los ciudadanos, pidiendo a sus seguidores no caer en la complacencia ante las medidas contra los corridos tumbados.
> “Primero es eso, que nos digan qué cantar, luego que nos digan qué vestir, qué escuchar, en qué trabajar; así empiezan hasta que se te meten a la cocina. No siempre estén de acuerdo, ni aplaudan; luego les va a ir peor a ustedes, ojo”, sentenció el artista.
La reacción del cantante Natanael Cano subraya una profunda división en el debate público mexicano: ¿dónde termina la libertad de expresión y dónde comienza la responsabilidad social, especialmente cuando la apología del delito amenaza con convertirse en un instrumento de control cultural? La cita de Junior H, Antonio “N”, por la interpretación de “El Azul” no es solo un caso legal, sino una prueba de fuego para los límites de la expresión artística en el país.




