Luis R. Conriquez rompe el silencio: ¿por qué no cantó corridos bélicos en Texcoco?

Luis R. Conriquez explica por qué no interpretó corridos bélicos en Texcoco y revela cómo adaptará sus letras para seguir cantando legalmente.

AL MOMENTO

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La noche en que el silencio dijo más que mil corridos

La expectativa era altísima. Texcoco vibraba, y los fanáticos esperaban con ansias escuchar los temas que han hecho de Luis R. Conriquez el “rey de los corridos bélicos”. Pero esa noche, algo cambió. No sonaron sus clásicos. No hubo “El Buho”, ni “El 27”. El silencio se volvió escándalo.

Unos días después, el cantante sonorense rompió el silencio: no fue por miedo, ni censura voluntaria. Fue por cumplir con la ley.

¿Qué pasó en Texcoco? El contrato que lo cambió todo

Una cláusula inesperada

Durante una entrevista con Ciro Gómez Leyva, Luis R. Conriquez reveló que los organizadores del evento en Texcoco le pidieron a su equipo firmar una cláusula legal. En ella se estipulaba prohibición explícita de cantar corridos bélicos.

“Hicieron firmar a uno de nuestro equipo que por ley no se podía cantar corridos o iba a haber una penalización”, explicó el cantante.

La orden era clara: si se interpretaban narcocorridos, el sonido sería apagado, y habría consecuencias legales y económicas.

Cumplir o decepcionar

Lejos de un acto de censura voluntaria, Luis R. Conriquez decidió respetar la norma, aunque eso implicara decepcionar a sus fans esa noche. Según sus propias palabras:

“Donde yo los pueda cantar yo los canto. Donde me digan no, pues no”.

¿Por qué están prohibidos los corridos bélicos en algunos estados?

Contexto legal y social

En distintos municipios y estados de México, se han endurecido las normativas contra los narcocorridos, bajo el argumento de que glorifican la violencia y el crimen organizado.

Este tipo de música, que ha ganado popularidad en plataformas como YouTube y Spotify, ha sido relacionada por algunas autoridades con el aumento de la cultura narco en sectores juveniles.

Ejemplos recientes

  • Sinaloa: en varios eventos públicos, se han aplicado multas por interpretar canciones que hagan apología del delito.
  • Chihuahua y Zacatecas: han promovido leyes locales que prohíben expresamente los narcocorridos en espectáculos masivos.
  • Texcoco, donde ocurrió este incidente, parece seguir la misma línea.

“Donde me lo permitan, yo los canto”: el dilema de Luis R.

Entre la fama y la ley

Luis R. Conriquez no es solo un fenómeno musical. Es parte de una corriente cultural que conecta con miles de jóvenes en México y Estados Unidos. Pero sabe que su éxito no puede estar por encima de la legalidad:

“De esto comemos todos… es más que nada para no tener problemas”.

El artista reconoce la decepción de sus seguidores, pero también prioriza el futuro de su carrera y la seguridad de su equipo.

Adaptarse para sobrevivir

Lejos de rendirse, el cantante propone una estrategia inteligente: modificar letras o frases clave de sus canciones para poder interpretarlas sin violar normativas.

“Yo como artista acomodaría las letras para que nos permitan cantar… yo me adapto”.

Los fans: entre la frustración y el respaldo

Boletos que no sonaron

Muchos asistentes al concierto de Texcoco expresaron su molestia en redes sociales. Para ellos, pagar por ver a Luis R. Conriquez es sinónimo de escuchar sus éxitos bélicos, no versiones censuradas.

Sin embargo, otros usuarios defendieron su decisión, reconociendo que es preferible cumplir con la ley que arriesgarse a sanciones que podrían afectar sus futuras presentaciones.

El dilema del artista moderno

Luis R. dejó claro que no se meterá en problemas para complacer a su audiencia. En sus palabras más honestas:

“Por mí yo canto corridos, pero si no se puede y me afecta, pues no vamos a entrar en eso”.

Corridos bélicos: ¿arte o apología?

¿Qué los hace tan polémicos?

Los corridos bélicos son una evolución del narcocorrido tradicional. A menudo incluyen referencias explícitas a armas, cárteles y enfrentamientos. Están cargados de jerga militarizada y personajes reales o ficticios de alto impacto.

La defensa de los intérpretes

Artistas como Luis R. argumentan que solo retratan una realidad social. Para ellos, el corrido es un vehículo cultural y no necesariamente una apología del crimen.

“Esa música me dio a conocer”, recordó Luis R. Conriquez.

¿Qué sigue para Luis R. Conriquez?

Nuevas reglas, nuevas estrategias

El episodio de Texcoco podría ser un parteaguas. En adelante, muchos artistas del género podrían optar por versiones modificadas de sus canciones, para adaptarse a las regulaciones locales.

Luis R. ya ha dejado claro que seguirá cantando sus éxitos donde le sea permitido, pero que ajustará su repertorio cuando la ley lo exija.

¿Autocensura o evolución?

La pregunta queda abierta: ¿estamos ante una forma de autocensura o ante la evolución de un género musical que se rehúsa a desaparecer?

Entre el escenario y la ley

Lo ocurrido en Texcoco pone sobre la mesa un debate más amplio: ¿hasta dónde puede llegar un artista sin cruzar los límites legales? Luis R. Conriquez eligió obedecer la ley, y con ello, abrió una nueva conversación sobre la libertad artística en tiempos de violencia.

Su decisión, lejos de ser una rendición, parece ser una apuesta por la permanencia y la adaptación. Porque como él mismo dijo: “Donde yo los pueda cantar, lo haré”.

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