Una respiración entrecortada, sudor frío, pensamientos que se aceleran sin freno. Estás frente a alguien que sufre un ataque de ansiedad severa, y no sabes qué hacer. ¿Cómo ayudar sin empeorar la situación?
¿Qué es la ansiedad severa y por qué debe tomarse en serio?
La ansiedad severa no es “nerviosismo normal”, es una condición incapacitante que puede paralizar a una persona tanto física como mentalmente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 280 millones de personas en el mundo sufren trastornos de ansiedad.
Principales síntomas
- Palpitaciones, mareos o falta de aire
- Pensamientos catastróficos
- Incapacidad para concentrarse o hablar con claridad
- Llanto incontrolable o parálisis emocional
Consecuencias de no actuar con cuidado
Ayudar mal a alguien con ansiedad puede agravar sus crisis o generar fobias asociadas. Frases como “tranquilízate” o “no es para tanto” invalidan su experiencia.
“La ansiedad severa no es una exageración: es una emergencia emocional. Requiere empatía, no juicio”, explica la psicóloga clínica Carla Vélez.
Primeros auxilios emocionales: qué hacer (y qué evitar)
Estar junto a alguien que sufre ansiedad severa puede ser angustiante también para ti. Pero hay formas de actuar con impacto positivo.
Cómo actuar de forma inmediata
- Habla en voz baja y pausada. Tu tono puede regular el suyo.
- Ofrece presencia, no soluciones. Solo estar ahí, disponible.
- Valida su experiencia. Frases como “estoy contigo” son poderosas.
Evita estas frases dañinas
- “Cálmate ya”
- “Estás exagerando”
- “Tienes que pensar en cosas positivas”
Usa la técnica de anclaje
- Pide que nombre 5 cosas que puede ver
- 4 cosas que puede tocar
- 3 cosas que puede oír
- Esta técnica de “enraizamiento” ayuda a conectar con el presente
El rol clave del entorno familiar y afectivo
Una red de apoyo compasiva puede marcar la diferencia en la recuperación.
Aprende sobre la ansiedad
Infórmate a través de fuentes confiables. Cuanto más comprendas el trastorno, mejor podrás acompañar sin sobreproteger.
“Ayudar no es salvar, es caminar al lado”, afirma el psiquiatra José Luis Barrera, del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Crea un entorno seguro
- Disminuye ruidos, gritos o interrupciones
- Evita confrontaciones o bromas sobre su condición
- Respeta si necesita estar a solas un momento
Acompaña sin invadir
- Ofrece ayuda concreta: “¿Te acompaño al terapeuta?”
- No fuerces conversaciones si no quiere hablar
- Pregunta: “¿Cómo puedo ayudarte hoy?”
Herramientas prácticas para el día a día
Más allá del momento crítico, hay rutinas que pueden facilitar la vida cotidiana.
Respeta su ritmo
La ansiedad severa no se supera en una semana. El proceso es cíclico y requiere paciencia.
Fomenta pequeños logros
Celebrar avances diarios como salir de casa o completar una tarea ayuda a construir autoestima.
Promueve el autocuidado
- Ejercicio suave: caminatas, yoga o baile libre
- Alimentación regular y sueño reparador
- Practicar respiración diafragmática o mindfulness
“Cada persona con ansiedad tiene su propio manual. La clave es escuchar con intención y sin expectativas”, dice Vélez.
Cuándo buscar ayuda profesional urgente
Hay momentos donde la contención emocional no es suficiente.
Signos de alarma
- Crisis repetidas en poco tiempo
- Aislamiento social extremo
- Autolesiones o pensamientos suicidas
Cómo facilitar el acceso a terapia
- Sugiere una consulta sin presionar
- Ofrece transporte o ayuda a buscar especialistas
- Comparte testimonios de personas que mejoraron
En América Latina, solo 1 de cada 5 personas con trastornos mentales recibe atención adecuada, según datos de la CEPAL.
Acompañar a alguien con ansiedad severa es un acto de amor que exige paciencia, educación emocional y empatía constante. No está en ti “curarlo”, pero sí puedes ser un punto de apoyo seguro en su camino. ¿Estamos listos, como sociedad, para entender que la salud mental también se cuida en casa?