Todos conocemos a alguien a quien no le gusta bailar o no disfruta salir a bailar. Según un grupo de investigadores, existen ciertos factores detrás de esta decisión de no bailar: la genética, la autoestima y la historia personal.
Factores detrás de la decisión de no bailar
Para muchas personas, bailar es sinónimo de felicidad y diversión. Sin embargo, no todo el mundo disfruta de esta actividad, y mucho tiene que ver con un gusto personal.
Según expertos en psicología, las personas que no disfrutan del baile no necesariamente tienen rasgos de personalidad negativos. Su decisión puede ser un reflejo de diferentes experiencias personales.
La influencia genética en la coordinación
Un estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour y realizado por expertos de la Universidad de Tennsesse, Estados Unidos, reveló que existe un componente genético que influye en la capacidad de sintonizar el cuerpo con la música.
Este estudio demostró que hay personas que nacen con una mayor facilidad y habilidad para aprender a coordinar los movimientos corporales con los ritmos.
Los investigadores revelaron que no se hereda genéticamente un ‘gusto’ por bailar. Es posible que lo que proviene de factores genéticos sea una falta de habilidad. Si al practicar no se coordina, esto puede generar inseguridad y, en consecuencia, llevar a no bailar.
Generalmente, esto sucede si el entorno no es favorable y la persona cree que pueden burlarse de ella. En esos casos, prefieren evitar el baile para proteger su autoestima.
Beneficios revelados por la investigación
Diferentes investigaciones han revelado que bailar ofrece una serie de beneficios para quienes lo realizan. El baile es una actividad de esparcimiento que puede ofrecer varios beneficios al cuerpo y la mente de quien lo practica.
¿Conocías estas razones por las que algunas personas eligen no bailar? La ciencia parece tener algunas respuestas.