Una escena cotidiana: estás almorzando, deslizando el dedo por la pantalla, riendo con un video o respondiendo un mensaje. Parece inofensivo. Pero usar el celular al comer no es tan inocente como crees. Este hábito, ya normalizado, está afectando tu cuerpo y tu mente más de lo que imaginas.
El celular en la mesa: un enemigo silencioso
¿Por qué nos cuesta dejar el celular al comer?
Hoy, las comidas sin pantallas son la excepción. La conectividad constante ha borrado los límites entre ocio, trabajo y alimentación. La Universidad de Columbia Británica encontró que la presencia del celular disminuye el disfrute de compartir la comida, reduciendo la calidad del momento.
Comer distraído se ha vuelto el nuevo normal. Pero esta nueva normalidad viene con un precio oculto.
Comer distraído: efectos en tu salud física
Aumenta el riesgo de engordar
Cuando estás mirando el celular, no prestás atención a cuánto comés. Las señales de saciedad del cuerpo pasan desapercibidas. Según la Universidad de Bristol, la distracción impide que registres cuándo estás lleno, llevando a porciones más grandes y más ingestas durante el día.
“Al no prestar atención a la comida, obviamos esos avisos […] y es probable que comamos más”, explicó la nutricionista Juana María González a La Vanguardia.
Problemas digestivos y malestar estomacal
Cristina Ríos, del Ministerio de Salud del Perú, advierte que la distracción impide masticar adecuadamente. Esto provoca que la comida llegue mal triturada al estómago, dificultando la digestión y causando pesadez, gases y distensión abdominal.
“Lo cual produce una excesiva ingesta de aire que ocurre cuando no masticamos de manera adecuada”, informa el Minsa.
Riesgo de atragantamiento
Comer sin mirar lo que hacemos no solo ralentiza la digestión, también puede ser peligroso. Aunque suene exagerado, el riesgo de atragantamiento aumenta cuando no se mastica correctamente.
“La mayoría de accidentes que ocurren durante acciones cotidianas es, precisamente, por falta de atención”, explicó El Comercio.
Impacto en el sistema nervioso y metabolismo
El rol de la luz azul
Estudios de Lyfas Life Care señalan que mirar pantallas durante las comidas altera el sistema nervioso autónomo. La exposición a la luz azul activa la grelina, la hormona del hambre, cuando no debería estar activa.
Esto provoca:
- Metabolismo más lento
- Mayor tendencia a comer de más
- Reducción de la eficiencia en la digestión y absorción de nutrientes
Fatiga y confusión mental
El mismo informe de Lyfas alerta que el uso del celular durante la comida genera fatiga mental, interfiriendo con la función cerebral y provocando una sensación de cansancio persistente.
“Provoca fatiga y confusión mental debido a la deficiencia de energía en el cerebro”, señala el estudio.
Efectos emocionales y sociales del celular en la mesa
Se pierde calidad en el vínculo humano
La comida es, por naturaleza, un espacio de encuentro. Pero el celular interrumpe esa conexión emocional. El estudio de la Universidad de Columbia Británica lo confirma: las personas disfrutan menos la compañía cuando hay pantallas de por medio.
Cristina Ríos lo resume así:
“Pones en un segundo plano el momento con esas personas y disfrutas menos dicha ocasión”.
Se incrementa el estrés
Revisar correos, redes o mensajes laborales mientras se come impide que el almuerzo o cena sean una pausa mental. Más bien, activa el estrés.
“No separar los momentos y utilizar el teléfono durante la comida hará que esta sensación aumente”, advierte El Comercio.
Además, esto afecta directamente el rendimiento posterior: el cuerpo no recupera energía como debería, lo que se traduce en menor productividad y más agotamiento.
Consecuencias visuales: un daño silencioso
La fatiga visual digital, otro enemigo de las pantallas
Usar el celular incluso durante las comidas prolonga el tiempo frente a las pantallas, lo que puede causar:
- Ojos secos
- Visión borrosa
- Dolores de cabeza
- Sensibilidad a la luz
Según Lyfas Life Care, la prevalencia de la fatiga visual digital alcanza al 49 % de los usuarios frecuentes de pantallas.
Comer sin celular: el acto revolucionario que tu cuerpo agradece
Comer con atención plena mejora la salud
La llamada alimentación consciente o mindful eating propone algo tan simple como poderoso: comer sin distracciones, prestando atención a los sabores, texturas y señales del cuerpo.
Esto permite:
- Regular el apetito
- Mejorar la digestión
- Disfrutar más la comida
- Conectarse con el momento presente y con los demás
¿Y si el cambio empieza hoy?
No se trata de satanizar la tecnología, sino de recuperar el espacio sagrado de la comida como momento de conexión: contigo mismo, con tu entorno, con tu salud.
Comer frente a una pantalla parece inofensivo, pero sus efectos son profundos y acumulativos. Desde engordar sin darte cuenta, hasta estresarte más o romper vínculos humanos, este hábito cotidiano mina silenciosamente tu bienestar.
Quizás sea momento de hacernos una pregunta poderosa:
¿Qué tanto estamos dispuestos a sacrificar por no soltar el celular, ni siquiera mientras comemos?