La Placa de Nazca es una de las principales protagonistas de la actividad sísmica en la costa occidental de Sudamérica. Su interacción con la Placa Sudamericana mediante el proceso de subducción genera constantes terremotos y actividad volcánica. En los primeros meses de 2025, un incremento en los movimientos telúricos ha generado interrogantes sobre su comportamiento. ¿Estamos ante una “reactivación” o es parte del ciclo geológico natural?
A continuación, analizamos los eventos recientes, las opiniones de los expertos y los posibles escenarios futuros.
Eventos Sísmicos Recientes (Finales de 2024 – Principios de 2025)
Sismos significativos
- 8 de marzo de 2025: Un terremoto de magnitud 6.1 en Sierra Gorda, Chile, catalogado como “atípico” al originarse dentro de la Placa de Nazca.
- 3 de marzo de 2025: Un sismo de magnitud 5.0 frente a la costa de Chilca, Perú, a una profundidad de 34 km.
- Serie de sismos en marzo: Se registraron diversos eventos en Perú con magnitudes entre 4.3 y 5.6, reflejando la actividad normal en la zona de subducción.
Estos sismos, aunque moderados, refuerzan la necesidad de monitoreo constante y preparación ante eventos mayores.
Tabla de sismos recientes
Fecha | Hora (UTC) | Ubicación | Magnitud | Profundidad (km) |
08/03/2025 | 18:00 | Sierra Gorda, Chile | 6.1 | N/D |
03/03/2025 | Mañana | Costa de Chilca, Perú | 5.0 | 34 |
14/03/2025 | 01:06 | Tacna, Perú | 4.3 | 157.98 |
13/03/2025 | 23:04 | Cusco, Perú | 4.8 | 82.91 |
11/03/2025 | 09:36 | Pucallpa, Perú | 4.3 | 129.04 |
El incremento de actividad en la zona puede ser indicativo de una redistribución de esfuerzos en la Placa de Nazca, algo que debe ser analizado en profundidad por la comunidad científica.
Perspectiva de los Expertos
¿Existe una “activación” de la Placa de Nazca?
Según geólogos como Cristian Farías y Christian Salazar, la Placa de Nazca siempre ha estado activa. La subducción bajo la Placa Sudamericana ocurre a una velocidad de aproximadamente 7 cm por año, lo que genera liberaciones de energía en forma de sismos.
Para considerar una actividad inusual, debería registrarse un “enjambre sísmico” en varias localizaciones, lo que hasta el momento no ha ocurrido.
Riesgo de megaterremoto en Chile y Perú
- Chile: Se estima un 65% de probabilidad de un terremoto de magnitud 8 o superior en el norte del país antes de 2026.
- Perú: La zona entre Chilca y el norte de Ica no ha experimentado un gran sismo en décadas, lo que sugiere un alto potencial de liberación de energía.
La acumulación de tensión en ciertas regiones podría derivar en un evento sísmico de gran magnitud en los próximos años.
Relación con la Actividad Volcánica
La subducción de la Placa de Nazca también alimenta la actividad volcánica en los Andes. Algunos volcanes activos incluyen:
- Sabancaya (Perú): En erupción desde 2016.
- Ubinas (Perú): Historial eruptivo reciente (2013-2017, 2019).
- Misti (Perú): Potencialmente activo.
El monitoreo de estos volcanes es clave para predecir posibles erupciones relacionadas con cambios en el movimiento de la Placa de Nazca.
Impacto en la población
Las cenizas y gases emitidos por estos volcanes pueden afectar la salud respiratoria de las personas y generar problemas en el tráfico aéreo. Es fundamental que las autoridades mantengan un monitoreo constante y alerten a la población ante cualquier anomalía en la actividad volcánica.
Esfuerzos de Monitoreo y Preparación
Redes de vigilancia sísmica
Organismos como el Instituto Geofísico del Perú (IGP) y el Centro Sismológico Nacional de Chile (CSN) realizan estudios constantes para evaluar la actividad tectónica y reducir los riesgos asociados.
Medidas de preparación recomendadas
La actividad reciente de la Placa de Nazca no representa una “reactivación”, sino un fenómeno normal dentro del contexto tectónico de Sudamérica. Sin embargo, los expertos advierten sobre el riesgo de megaterremotos en el norte de Chile y el sur de Perú debido a la acumulación de tensión en la zona de subducción.
El monitoreo continuo, la investigación científica y la preparación de la población son clave para minimizar el impacto de futuros eventos sísmicos en la región.