Una nueva amenaza climática mantiene en vilo a más de 55 millones de personas en Estados Unidos. Tras el caos generado por el primer sistema tormentoso, se anticipa la llegada de una nueva tormenta invernal en Estados Unidos que impactará a siete demarcaciones del noreste. Las autoridades han advertido sobre la posible conversión del fenómeno en una “bomba ciclónica” con consecuencias potencialmente severas.
El contexto de la alerta climática masiva
Reportes emitidos desde el martes indicaron que más de 55 millones de ciudadanos en Estados Unidos se encuentran bajo alerta climática invernal. Este estado de precaución se debe a un sistema tormentoso inicial que afectó a gran parte del país, concentrándose principalmente en el noreste.
La primera tormenta invernal, que ya impactó a los mismos siete estados bajo nueva alerta, generó una acumulación máxima de nieve de hasta 30 centímetros, lo que provocó un significativo caos vial.
El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS) informó que los efectos de esta primera irrupción persistieron hasta la mañana del miércoles y se espera que persistan hasta este fin de semana, manteniendo la necesidad de extremar precauciones.
La amenaza de la “bomba ciclónica” y los estados en riesgo
Las autoridades climáticas han elevado la alerta ante la inminente llegada de una segunda tormenta que, según los pronósticos, azotará a siete estados. La preocupación central radica en la intensificación de las nevadas, pues el fenómeno podría evolucionar hacia lo que los expertos denominan una “bomba ciclónica” acompañada de vientos fuertes que avanzan en diversas demarcaciones.
Demarcaciones afectadas
Los siete estados identificados como los más afectados por esta nueva tormenta invernal, y que ya experimentaron el impacto de la primera, son:
- Virginia
- Virginia Occidental
- Maryland
- Delaware
- Pensilvania
- Nueva Jersey
- Nueva York
Pronósticos de acumulación de nieve y la irrupción de aire frío
AccuWeather, en línea con las proyecciones oficiales, anticipó que esta nueva tormenta invernal ingresará al país a partir del jueves por la noche.
Aunque no se ha precisado la cantidad exacta de nieve que afectará las actividades, se refiere que las acumulaciones podrían ser menores a los 30 centímetros registrados previamente, alcanzando por mucho los 20 centímetros.
Este evento traerá consigo una irrupción de aire frío. La interacción entre ambos factores, es decir, la tormenta y el aire frío, es crucial ya que determinarán la extensión y localización precisa de las nevadas.
Existe, no obstante, un escenario alternativo. Si el aire frío avanza con demasiada fuerza hacia el noreste a finales de la semana, la tormenta podría desplazarse hacia el mar. En este caso, el sureste registraría principalmente lluvias y solo una franja estrecha en el borde norte experimentaría nieve, hielo y lluvia o nieve.
Medidas de prevención y afectaciones esperadas
Ante el peligro latente, se han lanzado alertas obligatorias para que la ciudadanía de estas demarcaciones tome sus precauciones. Las autoridades han respondido con acciones concretas, como el cierre de escuelas para proteger a las infancias y adolescencias de los peligros generados por la acumulación de nieve en las calles.
Las afectaciones se esperan tanto en el transporte público como en diversas instituciones educativas de los estados de la zona.
La vigilancia es máxima. Mientras millones enfrentan las consecuencias persistentes de la primera tormenta, la llegada de esta nueva irrupción, con el potencial de convertirse en una bomba ciclónica, subraya la creciente severidad de los fenómenos invernales. ¿Están las infraestructuras de los siete estados preparados para resistir un evento de esta magnitud?




