Trump sube aranceles a China al 104%. Tensión global, mercados en vilo y respuesta firme de Beijing agravan la guerra comercial.
Cuando parecía que la tensión comercial se estabilizaba, Trump volvió a sacudir los mercados: los aranceles a China podrían llegar al 104%, con impacto global.
Una ofensiva arancelaria sin freno
Donald Trump dejó claro que no habrá pausa en la aplicación de aranceles, pese al desplome en Wall Street. El presidente estadounidense amenaza con gravámenes adicionales de 50% a China, acumulando una carga total del 104%.
“¡No sean panican!”, escribió en Truth Social, en un mensaje que mezcló ironía y advertencia.
La intención, según él, es corregir décadas de políticas permisivas:
“Estados Unidos tiene la oportunidad de hacer algo que debería haberse hecho hace décadas”.
China responde con firmeza
La embajada china en Washington fue clara:
“Presionar o amenazar a China no es la manera correcta de tratar con nosotros”.
China impuso un arancel de represalia del 34% y advirtió que protegerá sus intereses con firmeza. Si EE. UU. cumple su amenaza para el 9 de abril, los productos chinos podrían encarecerse al doble.
Negociaciones bloqueadas y tensiones globales
Países en busca de acuerdos
Según el secretario del Tesoro, Scott Bessent, hasta 70 países han buscado contacto con EE. UU. para negociar exenciones:
- La Unión Europea ofreció un pacto recíproco sin aranceles.
- Bangladesh solicitó una moratoria de 3 meses.
- Israel, aliado estratégico, prometió eliminar sus barreras comerciales.
“Literalmente todos los países quieren negociar”, aseguró Trump desde el Despacho Oval.
¿Y China? Reunión descartada
Trump cerró la puerta a un encuentro con autoridades chinas. Aunque se mostró abierto a negociar con otros países, Beijing quedó fuera de su agenda inmediata.
Impacto en mercados y comercio global
Los efectos se sienten en todos los frentes:
- Wall Street reaccionó con caídas ante la incertidumbre.
- Las bolsas asiáticas y europeas replicaron el nerviosismo.
- Grandes cadenas de suministro enfrentan disrupciones.
Las tarifas afectan desde componentes tecnológicos hasta ropa, golpeando directamente a consumidores y fabricantes.
Un “Estados Unidos primero” con consecuencias globales
Trump no oculta su enfoque:
“Esto es ‘Estados Unidos primero’. Lograremos un acuerdo beneficioso para EE. UU., no para los demás”.
Con una deuda pública de 36 billones de dólares, justifica la ofensiva como una vía para restablecer el equilibrio comercial.
Pero ¿hasta dónde puede escalar esta guerra sin control?
La escalada arancelaria no solo redefine la relación entre las dos mayores economías del mundo: marca un nuevo capítulo de tensiones geopolíticas. Si los aranceles se mantienen por meses, como advierte el Tesoro, el impacto económico será profundo. La gran pregunta es: ¿resistirá el mundo una guerra comercial prolongada en plena era de interdependencia global?