Un impactante caso de fraude millonario ha sacudido al Reino Unido, donde el cirujano Neil Hopper fue declarado culpable de engañar a varias aseguradoras médicas. Argumentando una falsa sepsis, El galeno se amputó las piernas, revelándose durante el juicio un oscuro motivo detrás de su extrema decisión, más allá del lucro.
El millonario fraude y un inesperado motivo
Neil Hopper fue declarado culpable de un fraude millonario al llevar a cabo la amputación de sus propias piernas. El cirujano alegó que la intervención fue necesaria debido a una sepsis que le impidió conservar sus extremidades, defraudando casi 12,000,000 de pesos a varias aseguradoras médicas.
Durante la audiencia, la defensa de Hopper afirmó que el proceso dejó en *shock* a su cliente, quien padecía desde la infancia una severa dismorfia corporal. Esta condición lo llevó a considerar sus pies como “un extra no deseado” y una “molestia perpetua”. Dicha situación se evidenció cuando el galeno se arrepintió por engañar a sus familiares, colegas médicos y a las aseguradoras, pero no así por su deseo de mutilarse.
El fetiche sexual detrás de la autoamputación
Sin embargo, el juicio reveló un motivo aún más perturbador. Aunque era un secreto a voces, se confirmó que la amputación de las extremidades que se hizo el médico fue por un fetiche sexual. El cirujano tuvo otro motivo, aunado a la necesidad de llevar a cabo el fraude a las compañías de seguros médicos.
Este deseo se originó al ver un sitio web dedicado a mutilaciones y otros fetiches. La autoamputación fue el método extremo que utilizó para conseguir su objetivo, lo que convirtió su caso en mediático.
Las excéntricas adquisiciones del cirujano
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Durante el juicio celebrado la semana pasada, los jueces expusieron los objetos que el hombre de 49 años adquirió con el dinero defraudado. Lejos de cubrir necesidades básicas, las compras fueron para la comodidad personal de Hopper, quien dejó de ejercer la medicina.
Los artículos que el cirujano Neil Hopper compró con los casi 12,000,000 de pesos robados fueron:
- Una autocaravana.
- Un jacuzzi.
- Una estufa de leña.
- Obras de construcción.
Sentencia y repercusiones
Neil Hopper recibió una condena de 32 meses en prisión tras declararse culpable de dos cargos de fraude por falsa representación. Esta sentencia se dictó por mentir sobre la causa de la amputación de sus piernas, afirmando que fue por sepsis y no autoinfligida.
Adicionalmente, el juez impuso una orden de prevención de daños sexuales por 10 años. También se fijó un plazo de investigación sobre el producto del delito con el fin de recuperar parte de los fondos obtenidos mediante el fraude a las aseguradoras médicas, según informó *The Guardian*.
Un portavoz del Servicio Nacional de Salud (NHS) de los Hospitales Royal Cornwall señaló que “los cargos no se relacionan con la conducta profesional del señor Hopper y no hay pruebas que sugieran ningún riesgo para los pacientes”. Se acotó que el señor Hopper trabajó en los Hospitales Royal Cornwall desde 2013 hasta su suspensión del servicio en marzo de 2023, tras su arresto inicial.
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De candidato a paraastronauta a fraude mediático
Antes de la revelación del fraude, Neil Hopper gozó de un momento de lucidez y calidez del público. Expuso su historia y acudió a medios de comunicación nacionales en el Reino Unido, lo que le valió ser considerado candidato a paraastronauta de la Agencia Espacial Europea en 2021.
Sin embargo, su popularidad decayó al perder el puesto de paraastronauta contra el atleta paralímpico británico John McFall. Posteriormente, el descubrimiento del fraude y la impactante forma en que se amputó las piernas para un deseo sexual llevaron su historia a un oscuro giro. Su caso de fraude se volvió mediático, y el tema creció aunado a otras acusaciones de las que fue señalado al descubrir que tenía vínculos con la posesión de pornografía extrema.
El caso de Neil Hopper no solo revela una intrincada red de engaño financiero, sino también la perturbadora dualidad de una mente que, entre la dismorfia y el fetiche, encontró en la mutilación una vía para su deseo. ¿Qué tan lejos puede llegar la psique humana en la búsqueda de la satisfacción personal, incluso a costa de la ley y la verdad?
