El fin del “carrusel maldito” en Francia tras dos muertes fatales

La montaña rusa Fórmula 1 en Francia será demolida tras dos muertes. Exclusivo: las fallas de seguridad que llevaron a imputación por homicidio involuntario.

AL MOMENTO

El Parque Saint-Paul en el departamento de Oise, Francia, arrastró durante más de una década una sombra que lo marcó: su atracción insignia, la montaña rusa Fórmula 1, quedó asociada a dos tragedias fatales. La reciente orden de demolición de la máquina pone fin a un debate sobre la responsabilidad empresarial y la seguridad en parques de diversiones, tras un complejo proceso judicial que expuso graves fallas.

Cronología de una tragedia anunciada en el Parque Saint-Paul

El parque de atracciones, situado cerca de Beauvais, fue escenario de dos accidentes en circunstancias dramáticamente similares, separados por once años. La repetición de la fatalidad generó una crisis de confianza y una profunda investigación judicial.

El primer accidente y las falsas garantías

El primer incidente ocurrió en 2009. Una mujer de 35 años cayó al vacío tras ser expulsada del vagón mientras el recorrido realizaba un giro. Pese a la rápida intervención de los servicios de emergencia, la víctima no pudo ser salvada.

Este episodio obligó a la administración del parque a tomar medidas, supuestamente rigurosas, que incluyeron:

  • Modificar los sistemas de seguridad de la montaña rusa.
  • Someter la atracción de Fórmula 1 a nuevas verificaciones técnicas.

La tragedia de 2020 que selló el destino de la atracción

Sin embargo, las tragedias volvieron a repetirse. Once años después, el 4 de julio de 2020, una visitante de 32 años fue eyectada del ‘manège’ mientras se encontraba en funcionamiento. Los intentos de reanimación fueron en vano y la muerte fue confirmada en el lugar del accidente.

La policía y los servicios técnicos sellaron inmediatamente la atracción, mientras que la justicia de Francia abrió una investigación penal formal.

Investigaciones, responsabilidades y fallas de seguridad

Tras el accidente de 2020, la justicia avanzó sobre el entonces presidente del parque, Gilles Campion, quien fue imputado por homicidio involuntario. Los peritajes revelaron elementos comprometedores que indicaban una negligencia grave en el mantenimiento y la operación de la montaña rusa.

Los expertos señalaron fallas críticas en los sistemas de sujeción:

  • Retiro de cinturones de seguridad: Los cinturones, instalados tras la muerte de 2009, habían sido retirados previo a la reapertura del parque en 2020.
  • Modificación de barras: Se determinó que el primer nivel de las barras de sujeción del juego estaba limado.
  • Riesgo inaceptable: Esta modificación podía impedir que ciertas personas quedaran correctamente aseguradas, un factor clave en el accidente.

Los peritos también indicaron que la administración del parque de diversiones, además de estas modificaciones no autorizadas, exigía un nuevo control técnico oficial, algo que, presuntamente, no se habría solicitado. Las conclusiones reforzaron la idea de que la atracción presentaba un riesgo inaceptable para los visitantes. Desde entonces, la montaña rusa Fórmula 1 permaneció bajo sello judicial, sin posibilidad de volver a funcionar.

La decisión final: Desmantelamiento y transición del Saint-Paul

Cuatro años después del último accidente, y ante la imposibilidad de reabrir la atracción con garantías de seguridad, las autoridades locales y los administradores confirmaron la decisión final: el carrusel, apodado por el público como el “maldito”, será desmantelado y destruido.

La estructura permaneció inmóvil desde 2020, aislada del público y convertida en un símbolo del debate sobre la supervisión, el mantenimiento y la responsabilidad empresarial en los centros de ocio.

El caso de la montaña rusa de Fórmula 1 coincidió con cambios profundos en el Saint-Paul. En 2025, la conducción del establecimiento varió, ya que el parque fue adquirido por un nuevo grupo europeo especializado en ocio. La nueva administración busca reconstruir la confianza de los visitantes y renovar equipamientos, con el objetivo de dejar atrás la sombra que dejó la atracción. El desmantelamiento representa un cierre forzado, pero necesario, para iniciar la reconstrucción del parque.

La destrucción de la montaña rusa Fórmula 1 en el Parque Saint-Paul no es solo una medida técnica, sino la admisión tácita de que la acumulación de fallas humanas y estructurales creó un peligro latente. La imputación de homicidio involuntario y la evidencia de modificaciones no reguladas plantean una pregunta fundamental: ¿Cuántas vidas se deben perder para que la responsabilidad empresarial prime sobre la economía de la seguridad?

InternacionalEl fin del "carrusel maldito" en Francia tras dos muertes fatales
Redacción Noticias Activas
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