El cometa interestelar 3I/ATLAS (C/2025 N1) se ha transformado en un fenómeno único en el Sistema Solar. Justo antes de su máximo acercamiento a la Tierra en diciembre de 2025, nuevas y cruciales observaciones en luz visible y rayos X revelan una composición “exótica” y un comportamiento químico cambiante.
3I/ATLAS: Un objeto forastero con actividad inesperada
El cometa interestelar 3I/ATLAS ha captado la atención de la comunidad científica. Su condición de viajero interestelar —originado fuera del Sistema Solar— lo convierte en un portador de pistas sobre la formación de mundos lejanos. Fue descubierto el 1 de julio de 2025 por la red ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en Río Hurtado, Chile.
El objeto ha sido rastreado por astrónomos de todo el mundo y su órbita es confirmadamente hiperbólica, lo que valida su origen externo. Durante su paso por el Sistema Solar interior, el cometa, cuyo núcleo se estima entre diez y 30 kilómetros de diámetro, viaja a una velocidad superior a los 68 kilómetros por segundo (unos 245.000 kilómetros por hora).
Las observaciones recientes, fechadas el 12 de diciembre de 2025, confirman que el objeto no solo sigue activo, sino que está evolucionando de aspecto y comportamiento.
- Acercamientos clave registrados:
- 3 de octubre: Máximo acercamiento a Marte (a 29 millones de kilómetros).
- 29 de octubre: Máximo acercamiento al Sol (a 203 millones de kilómetros).
- 19 de diciembre: Máximo acercamiento a la Tierra.
La inédita emisión de rayos x y gases exóticos
El 12 de diciembre de 2025, la Agencia Espacial Europea (ESA) reveló una imagen inédita captada por el observatorio espacial de rayos X XMM-Newton, utilizando la cámara EPIC-pn, su detector más sensible. La observación se realizó el 3 de diciembre durante casi 20 horas, cuando 3I/ATLAS se encontraba a unos 280 millones de kilómetros de la nave.
Aunque la emisión de rayos X de baja energía por cometas no es sorprendente —ocurre por el proceso de intercambio de carga al interactuar los gases liberados con el viento solar—, en el caso de 3I/ATLAS, esto es crucial. Al tratarse de un cometa interestelar, los datos en rayos X permiten:
- Detectar gases difíciles de medir con telescopios ópticos o ultravioletas.
- Explorar composiciones “exóticas”, como el hidrógeno molecular o el nitrógeno.
Estos datos complementan las mediciones realizadas por otros instrumentos como el Telescopio Espacial James Webb y la misión SPHEREx de la NASA, que ya han identificado vapor de agua, dióxido de carbono y monóxido de carbono en el cometa. De hecho, observaciones anteriores realizadas a finales de agosto por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA/ESA/CSA ya habían revelado la liberación de dióxido de carbono, agua, monóxido de carbono, sulfuro de carbonilo y hielo de agua en el halo que rodeaba al cometa.
El cambio de color: De rojizo a un tenue verde
Las sorpresas químicas se extienden al espectro visible. Imágenes recientes, captadas por el telescopio Gemini North en Hawái el 26 de noviembre de 2025, muestran que el cometa ha adquirido un tenue brillo verdoso.
Los astrónomos explican que este color verde procede de la emisión de gases, específicamente del carbono diatómico (C₂), un rasgo común cuando los cometas del Sistema Solar se activan. El interés radica en que observaciones previas mostraban a 3I/ATLAS con un tono más rojizo, lo que sugiere que:
- Su química está cambiando.
- El ritmo de liberación de gases está evolucionando.
Este fenómeno podría deberse a que el calor solar está penetrando en capas más profundas de hielo y polvo, lo que provoca que el cometa “reaccione con retraso” y active nuevas emisiones conforme se aleja de su paso más cercano al Sol.
La defensa planetaria y el rechazo a las especulaciones
El 19 de diciembre, 3I/ATLAS alcanzará su mínima distancia a la Tierra: alrededor de 1,8 unidades astronómicas, lo que equivale a unos 270 millones de kilómetros. Los astrónomos insisten en que, aunque se hable de un “paso cercano”, esta distancia es más de 700 veces la que separa a la Tierra de la Luna. El cometa no representa peligro para nuestro planeta ni para ningún otro planeta del Sistema Solar.
A pesar de la claridad científica, han surgido especulaciones en torno al origen del cometa. El director de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, zanjó estas teorías en una entrevista:
> “Lo hemos observado muy bien y puedo asegurar que no son alienígenas, no es lo que algunas especulaciones creen que es. Es un cometa que se mueve a muy alta velocidad y está pasando por nuestro sistema solar. Lo hemos medido, lo estamos observando y sabemos muy bien lo que pasa.”
La Oficina de Defensa Planetaria de la ESA está rastreando la trayectoria del cometa. El equipo de defensa utilizó datos del Orbitador de Gases Traza ExoMars de la ESA recopilados a principios de octubre para mejorar la ubicación prevista del cometa en un factor de diez. Esto es parte de la misión de la ESA para detectar, rastrear y caracterizar objetos cercanos a la Tierra, si bien 3I/ATLAS no califica como tal debido a su distancia.
- Esfuerzos de la ESA en materia de cometas:
- La agencia rechazó enviar una sonda al 3I/ATLAS debido a su velocidad excesiva.
- Está desarrollando la misión Comet Interceptor, la próxima generación para la observación de cometas, que buscará visitar un cometa de las regiones exteriores del Sol o, potencialmente, otro cometa interestelar.
Guía para intentar observar al visitante interestelar
Debido a su distancia, el cometa no será visible a simple vista. Los expertos recomiendan moderar las expectativas y seguir las siguientes pautas para quienes deseen observarlo:
- Usar binoculares potentes o, preferiblemente, un telescopio con al menos 30 centímetros de apertura.
- Buscar cielos oscuros y con mínima contaminación lumínica.
- Las mejores oportunidades de observación se darán antes del amanecer, mirando hacia el este o el noreste.
- Alrededor de la noche del 18 al 19 de diciembre, el cometa aparecerá cerca de la estrella Regulus, en la constelación de Leo.
La activación de 3I/ATLAS, manifestada por su brillo en rayos X y su cambio de coloración, subraya la importancia de este tercer visitante interestelar confirmado. Las revelaciones sobre su composición química, inaccesibles en el caso de ‘Oumuamua, ofrecen una ventana sin precedentes a los materiales formativos de otros sistemas estelares. Si la verdad sobre la política es esquiva, la verdad sobre el universo exige una instrumentación y un rigor que, en este caso, han desvelado que nuestro sistema ha sido brevemente tocado por un fragmento de otro mundo.




