Felipe Calderón viajó a Lima y compartió una foto con Dina Boluarte. El gesto, aparentemente diplomático, provocó una tormenta política en redes.
Un seminario que desató más que ideas
El expresidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa visitó Perú durante la primera semana de abril de 2025. Su participación en un seminario académico parecía rutinaria hasta que publicó una fotografía con la presidenta Dina Boluarte, reactivando viejas heridas políticas en ambos países.
¿Qué hacía Calderón en Lima?
Calderón fue invitado por la Universidad de San Martín de Porres, en colaboración con el Instituto Adam Smith de la Libertad Económica y la Universidad Internacional de Florida.
“Estoy en Lima, Perú. Participo en un seminario sobre políticas públicas”, publicó Calderón en la red social X.
El seminario abordó temas sobre gestión pública y fortalecimiento democrático en América Latina, pero el centro de atención rápidamente viró hacia la imagen que lo mostraba junto a la cuestionada mandataria peruana.
Una foto, mil críticas: el revuelo en redes sociales
El encuentro, aunque breve y privado, fue interpretado como un gesto de solidaridad política entre figuras señaladas por la opinión pública.
Acusaciones que los persiguen
Ambos personajes han sido blanco de acusaciones:
- Felipe Calderón: cuestionado por su llegada al poder en 2006, presunto fraude electoral y vínculos indirectos con el narcotráfico durante su sexenio.
- Dina Boluarte: enfrenta críticas por la forma en que asumió el poder, tras la destitución de Pedro Castillo, en lo que muchos llaman un “golpe institucional”.
Las redes no tardaron en reaccionar:
“Dos espurios, fascistas y golpistas”, “Ambos deberían estar en prisión”, fueron algunos de los mensajes más virales.
Lo simbólico detrás del saludo
En política, una imagen puede pesar más que una ley. El encuentro fue visto por muchos como una validación mutua entre mandatarios acusados de autoritarismo, represión y corrupción.
¿Por qué causa tanto malestar esta imagen?
En América Latina, las heridas por gobiernos autoritarios, fraudes electorales y violaciones de derechos humanos están lejos de cerrarse.
Historias paralelas: Calderón y Boluarte
Ambos comparten:
- Llegadas al poder cuestionadas
- Protestas masivas en su contra
- Señalamientos por uso excesivo de la fuerza pública
- Acusaciones de colusión con intereses oscuros
Estos paralelismos explican por qué la fotografía fue vista como una provocación más que como un simple acto diplomático.
El peligro de normalizar figuras controvertidas
Este tipo de encuentros, aunque se justifiquen por razones académicas o diplomáticas, pueden legitimar liderazgos erosionados por la falta de confianza ciudadana.
¿Qué dice esto sobre la región?
Refleja un fenómeno regional preocupante:
- Desgaste democrático
- Déficit de rendición de cuentas
- Conexiones transnacionales entre élites políticas con pasados oscuros
¿Hasta qué punto debe tolerarse la diplomacia entre políticos cuestionados? En tiempos donde la confianza pública se encuentra fracturada, cada gesto importa. América Latina necesita menos retratos entre polémicos y más justicia histórica.