El 2 de diciembre de 2025, el mundo político se vio sacudido tras las explosivas declaraciones del presidente Donald Trump durante el evento “Trump Accounts”. El mandatario de Estados Unidos anunció que los ataques militares en Venezuela comenzarán “muy pronto” por tierra, mientras lanzaba una dura advertencia a Colombia y a cualquier país productor de cocaína, marcando un punto de inflexión en las operaciones terrestres Venezuela 2025 en la región.
Trump advierte a Colombia y anuncia ataques por tierra en Venezuela
En una reunión con su gabinete, el presidente Donald Trump aseguró que las operaciones por tierra contra Venezuela son inminentes, argumentando que este método presenta una facilidad operativa superior al resto.
“Vamos a empezar a realizar esos ataques también por tierra… es mucho más fácil. Conocemos las rutas que toman. Lo sabemos todo sobre ellos. Sabemos dónde viven. Sabemos dónde viven los malos y vamos a empezar con eso muy pronto”, declaró el mandatario.
La justificación de los ataques terrestres
Trump justificó la inminente acción militar acusando a presuntos narcotraficantes de la región de haber causado la muerte de más de 200 mil personas el año anterior. Es importante señalar que el mandatario lanzó esta grave acusación sin presentar pruebas explícitas que la sustentaran.
Frente a los periodistas, el presidente declaró de manera contundente:
- “Esta gente ha matado a más de 200 mil personas el año pasado…”
- “Vamos a acabar con esos hijos de puta.”
Acusaciones de narcotráfico y la advertencia directa a países productores
La retórica de Donald Trump se extendió más allá de Venezuela para incluir a Colombia y a cualquier nación que se dedique a la producción y tráfico de drogas hacia Estados Unidos. El presidente advirtió que dichas naciones podrían ser objetivo de ataques.
“Escuché que Colombia está produciendo cocaína. Ellos tienen plantas para producir cocaína y luego nos la venden (…) pero cualquier que esté haciendo eso y vendiéndolo en nuestro país, puede ser atacado”, aseveró Trump.
Estas declaraciones se suman al contexto de seguridad en la región, donde recientemente se había reportado una pausa en las acciones, aunque el analista Hegseth comentó que “apenas empiezan los ataques a ‘narcolanchas’”.
El rechazo internacional y el freno legislativo en Estados Unidos
Las amenazas de acción militar provocaron reacciones inmediatas en la esfera internacional y en el propio Congreso de Estados Unidos.
La postura del presidente Gustavo Petro
El primer presidente de izquierda en Colombia, Gustavo Petro, reaccionó de inmediato a los amagos de Donald Trump, pidiendo que no se “amenace” la soberanía de Colombia y rechazando el despliegue militar en aguas del Caribe. Petro ha sido un actor político que previamente se ha mostrado crítico tanto de la política migratoria de Donald Trump como de sus estrategias de seguridad regional.
El freno legislativo en Estados Unidos
Desde el Capitolio en Washington, el Senador Chuck Schumer anunció que el Senado de Estados Unidos frenará cualquier acción militar que se pretenda implementar contra Venezuela, indicando la existencia de una resistencia legislativa a los planes del ejecutivo.
Otros frentes abiertos: De Somalia a Ucrania
Paralelamente a las tensiones en Sudamérica, la administración de Donald Trump mantiene otros frentes polémicos abiertos:
- Ataque contra migrantes somalíes: Donald Trump explotó de nuevo y arremetió contra los migrantes somalíes, declarando: “No los queremos” y que “no contribuyen en nada”. Este comentario se dio en medio de un escándalo de desfalco de mil millones de dólares en Minnesota.
- Conversaciones sobre Ucrania: El presidente ruso, Vladimir Putin, recibió a enviados de Donald Trump, Steve Witkoff y Jared Kushner, para discutir ajustes al plan de paz sobre Ucrania. Sin embargo, la reunión de casi cinco horas concluyó sin que se registraran avances sustanciales.
El anuncio de inminentes operaciones terrestres del presidente Donald Trump, sustentado en la lucha contra el narcotráfico y dirigido específicamente a la región andina, plantea interrogantes cruciales sobre los límites de la soberanía nacional y la aplicación de la política exterior estadounidense. ¿Podrá el freno del Senado detener una escalada militar que el mandatario considera “más fácil” y necesaria para cumplir su agenda regional?




