El caso que estremeció a la ciudad de Pilar, Argentina, se acerca a su veredicto final. Rosalía Soledad Paniagua, la empleada acusada del asesinato del empresario Roberto Worlfenson, ha sido declarada culpable. Su confesión, motivada por la vergüenza y el hallazgo de ADN, destapó una trama que involucra un celular, una supuesta instigación y una violenta confrontación doméstica.
El juicio que define el destino de Rosalía Paniagua
Rosalía Soledad Paniagua está acusada de atacar y asesinar al empresario e ingeniero Roberto Eduardo Worlfenson en la ciudad de Pilar, Argentina. Worlfenson la había contratado para servicios en el hogar, siendo la propia Rosalía quien confesó el crimen para evitar que la atrapara el hombre.
El caso, cuyos hechos datan del pasado 22 de febrero del año pasado, volvió a tomar relevancia tras la declaración de culpabilidad de la empleada. Rosalía fue declarada formalmente culpable por un juez al ser señalada como la asesina del empresario.
La acusada de homicidio enfrentará su juicio el siguiente viernes 14 de noviembre, después de haber detallado en su confesión la manera exacta en que atacó a su patrón hasta quitarle la vida.
El ADN de las uñas que forzó la verdad
El proceso judicial tomó un giro decisivo tras un hallazgo forense crucial que confirmó la presencia de la empleada en el violento altercado.
Un hallazgo de evidencia ocurrió el pasado viernes 13 de junio, cuando la policía encontró ADN de Rosalía en las uñas del cuerpo de Roberto Worlfenson.
Tras darse a conocer el contundente resultado forense, la empleada doméstica declaró sentirse profundamente avergonzada. Esta vergüenza la llevó a realizar la confesión que destapó todos los detalles del crimen, según citaron medios locales.
Su declaración ante las autoridades fue registrada textualmente:
> “Me siento avergonzada. Voy a decir la verdad. Me voy a hacer cargo de lo que hice por mis hijos; ya no viene al caso seguir mintiendo”, afirmó Rosalía Soledad Paniagua.
El celular como detonante y el papel de la esposa
La empleada doméstica reveló que el ataque contra el empresario sucedió a raíz del robo de un teléfono celular.
En su declaración, Rosalía afirmó que Graciela Orlandi, la esposa del empresario, le había solicitado tomar el celular de su marido a escondidas. El objetivo de la solicitud era obtener información sobre las actividades personales de Worlfenson. Rosalía citó la petición de Orlandi: “Quiero saber en qué anda mi marido”.
La tragedia se desencadenó cuando Rosalía fue descubierta por Roberto Worlfenson en el momento exacto en que trataba de llevarse el teléfono.
El violento relato de la pelea y el estrangulamiento
El momento del descubrimiento escaló rápidamente a una confrontación física y verbal que terminó con la vida del empresario.
“El señor me descubrió agarrando el celular y empezó la pelea, la discusión”, detalló la empleada en su confesión.
Según su testimonio, la agresión verbal del empresario fue brutal: “Me empezó a decir cosas malas: que era una desgraciada, una p*, una paraguaya ladrona y que iba a llamar a la policía”.
La situación se agravó cuando Worlfenson la agredió físicamente: “Me agarró de los pelos”.
Rosalía alegó en su defensa que no pretendía lastimarlo gravemente. “No quise lastimar al señor. Todo se me nubló cuando me dijo ‘la concha de tu madre’, y se me fue de las manos”, explicó la mujer.
Durante la pelea, la confrontación fue mutua: “Empezamos a pelear. Nos lastimamos. En algún momento me agarró del cuello, yo le pegué un cabezazo en la cara. Le pedía que me soltara para irme”, describió Rosalía.
Para detener la agresión, la empleada tuvo que apretar el cuello del empresario. Confesó que se valió del hilo de un collar que tenía una figura con el nombre de su hijo para estrangular a Roberto Worlfenson.
Será este viernes 14 de noviembre cuando se defina la situación judicial de la mujer que es señalada de asesinar al empresario en la ciudad de Pilar.
El trágico desenlace en Pilar subraya la complejidad de las relaciones laborales llevadas al límite. La combinación de acusaciones de robo, supuesta instigación conyugal y violencia descontrolada pinta un panorama sombrío que va más allá del simple hurto de un dispositivo. ¿Qué implicaciones tendrá el factor de la instigación en la sentencia final que se dictará este viernes 14 de noviembre?
