El conocido rapero y cineasta malasio de origen chino Wee Meng Chee, mejor conocido como Namewee, ha conmocionado a la región de Asia tras entregarse voluntariamente a las autoridades de Kuala Lumpur este 5 de noviembre de 2025. La detención se relaciona con la investigación por el asesinato de la destacada influencer taiwanesa Hsieh Yu-hsin, un caso reclasificado de muerte repentina a homicidio intencional.
La intriga del caso Hsieh Yu-hsin: De muerte natural a homicidio
El rapero Namewee se encuentra envuelto en una de las investigaciones más complicadas en la capital de Malasia. La víctima, Hsieh Yu-hsin, de 31 años, era una figura prominente en redes sociales, conocida como “Nurse Goddess”, y contaba con más de medio millón de seguidores en Instagram, además de tener presencia en una plataforma de contenido para adultos.
La cronología de los hechos es crucial para entender la gravedad de la situación:
- 20 de octubre de 2025: Hsieh Yu-hsin llegó a Malasia, con la intención de permanecer en el país durante cuatro días.
- 22 de octubre de 2025: Fue encontrada muerta en la bañera de un hotel ubicado en el centro de Kuala Lumpur, en la tarde de ese día.
Inicialmente, las autoridades calificaron el caso como muerte natural o repentina. Sin embargo, la policía de Malasia reclasificó posteriormente la muerte como homicidio, tras el hallazgo de nueva evidencia que hasta el momento no se ha hecho pública. Esta reconfiguración implica un crimen bajo la sección 302 del Código Penal de Malasia, que se refiere explícitamente a una muerte intencional.
Namewee: la última persona en ver con vida a la influencer
Según fuentes locales, se reporta que Namewee fue la última persona que vio con vida a la modelo y también influencer Hsieh Yu-hsin. Este vínculo directo lo colocó en el centro de la investigación.
A primeras horas de este miércoles 5 de noviembre de 2025, Namewee se presentó en la estación de policía de Dang Wangi, ubicada en la capital de Malasia, acompañado por su abogado Joshua Tay. El rapero solicitó cooperar plenamente con la investigación.
La corte, tras su presentación, autorizó un periodo de reclusión preventiva de seis días, extendiéndose hasta el 10 de noviembre, con el objetivo de permitir que la policía complete todas sus averiguaciones.
Por su parte, el artista negó haberse dado a la fuga y enfatizó que se entregó de manera “voluntaria”. A través de su cuenta de Instagram, el músico también brindó declaraciones en donde expresó sus condolencias por el fallecimiento de Hsieh y prometió ser totalmente cooperativo: “Ahora me encuentro en la comisaría y cooperaré plenamente con la investigación policial para dar una explicación a la ciudadanía y a la familia de la fallecida. No me daré a la fuga”.
Cargos adicionales: Namewee enfrenta investigación por drogas
La investigación por homicidio no es el único frente legal que enfrenta el rapero de 42 años. De manera adicional, se dio a conocer que está siendo acusado de posesión y uso de drogas.
El 22 de octubre, coincidiendo con el día en que fue encontrada Hsieh, Namewee fue arrestado en una habitación de hotel en Kuala Lumpur. Durante el operativo, la policía encontró nueve píldoras azules que sospechaban eran éxtasis.
Los resultados de las pruebas de orina complicaron aún más su situación legal, ya que el rapero dio positivo para las siguientes sustancias:
- Anfetaminas.
- Metanfetaminas.
- Ketamina.
- THC (tetrahidrocannabinol).
En su comparecencia ante la corte, que tuvo lugar el 24 de octubre, se le ofreció una fianza de 4,000 ringgit malayos, lo que equivale aproximadamente a 950 dólares. El caso relacionado con las drogas quedó programado para una vista el 18 de diciembre.
Namewee negó categóricamente tanto las acusaciones de drogas como cualquier participación en la muerte de Hsieh Yu-hsin. Sobre los cargos de sustancias, el rapero escribió: “No he consumido ni portado drogas; simplemente he estado bebiendo más últimamente. Aunque parezca mentira, la verdad saldrá a la luz cuando se publique el informe policial, lo cual debería tardar otros dos o tres meses”.
Historial de controversias y sátira política
Namewee, conocido por su estilo provocador que mezcla el rap, el cine y la sátira política, ha sido una figura recurrente en los escándalos mediáticos de Malasia y la región asiática desde sus inicios.
Su salto a la fama se produjo en 2007, tras lanzar un video que parodiaba el himno nacional de Malasia. Este acto generó gran indignación por supuestos insultos raciales.
Posteriormente, los escándalos no cesaron, abarcando tanto su carrera musical como cinematográfica:
- 2014: Una de sus películas fue prohibida por el gobierno malasio por supuestamente retratar de forma negativa a instituciones nacionales.
- 2016: Fue interrogado tras el lanzamiento del video titulado “Oh My God”, filmado en lugares de culto y que incluía la palabra “Allah”. Si bien generó quejas de grupos islámicos malayos, Namewee defendió su contenido como una promoción activa de la tolerancia religiosa.
- 2018: Volvió a generar controversia con un video que presentaba bailarines con máscaras de perro y movimientos que las autoridades consideraron ofensivos hacia el islam. Namewee se defendió argumentando que su crítica se dirigía a la hipocresía y al abuso de poder, y no a la religión o a la raza.
Además de sus conflictos internos en Malasia, Namewee también tuvo enfrentamientos con las autoridades chinas. En 2021, lanzó una canción junto a la cantante australiana Kimberley Chen que satirizaba directamente al nacionalismo chino y abordaba la soberanía de Taiwán. La consecuencia fue el veto a ambos artistas para entrar a China y la eliminación total de la canción en todas las plataformas chinas.
La detención de Namewee no solo pone en relieve un grave caso de homicidio en Kuala Lumpur, sino que también añade una capa de complejidad debido al historial polarizante del cineasta y rapero. Su cooperación con las autoridades es un punto de partida, pero la verdad prometida por Namewee sobre las acusaciones de drogas y su vínculo con la muerte de Hsieh Yu-hsin aún está por determinarse en las próximas semanas, manteniendo en vilo al “círculo rojo” y a los seguidores de la política y el espectáculo en Asia.
