En una misa solemne en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV reafirmó la centralidad de Jesucristo en la espiritualidad mariana, destacando la humildad y la ternura no como signos de debilidad, sino como la verdadera fortaleza. Su mensaje resonó en un mundo que anhela la paz y la reconciliación.
Jubileo Mariano y el mensaje de fe
El Papa León XIV celebró el Jubileo de la Espiritualidad Mariana en la Plaza de San Pedro, con la presencia de la estatua original de la Virgen de Fátima. En su homilía, enfatizó que la espiritualidad mariana tiene a Jesús como centro, sirviendo al Evangelio y guiando a los creyentes a un encuentro personal con el Resucitado.
- La estatua de la Virgen de Fátima fue llevada en procesión desde la Iglesia de Santa Maria en Traspontina hasta la Plaza de San Pedro.
- El Papa León XIV destacó que el afecto por María de Nazaret nos hace discípulos de Jesús.
Humildad y ternura: la fuerza de los fuertes
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Retomando las palabras del Papa Francisco, el Papa León XIV subrayó la importancia de la humildad y la ternura. “En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”. Este mensaje anima a los fieles a reconocer la fuerza en la mansedumbre y el cariño.
Un llamado a la paz en tiempos de conflicto
El Papa León XIV también hizo un llamado a la paz durante el rezo del ángelus, enfocándose en el conflicto entre Israel y Palestina. Animó a las partes implicadas a proseguir con valentía el camino hacia una paz justa, duradera y respetuosa.
Oración por la reconciliación
El Papa León XIV suplicó a Dios, “única Paz de la humanidad”, que cure todas las heridas y ayude a redescubrir que el otro no es un enemigo, sino un hermano.
Cercanía con el Perú
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Además, el Papa León XIV expresó su cercanía con el pueblo peruano, que vive una transición política, y rezó para que el Perú continúe por el camino de la reconciliación, del diálogo y de la unidad nacional.
En un mundo marcado por la división y el conflicto, el mensaje del Papa León XIV resuena como un faro de esperanza, recordándonos que la verdadera fuerza reside en la humildad, la ternura y la búsqueda constante de la paz. ¿Cómo podemos aplicar estas enseñanzas en nuestra vida diaria para construir un mundo más justo y reconciliado?