Ecuador se encuentra conmocionado por la trágica serie de muertes de recién nacidos en el Hospital Universitario de Guayaquil. Ante esta grave situación, Jimmy Martin, ministro de Salud, anunció la apertura de una investigación y la solicitud de renuncia del gerente del centro hospitalario, confirmando hasta el momento el fallecimiento de al menos 12 bebés.
Medidas urgentes del ministro de salud
El ministro de Salud, Jimmy Martin, informó sobre la apertura de una carpeta de investigación en el Hospital Universitario de Guayaquil, tras los reportes del fallecimiento de menores de edad por la propagación de una bacteria. El funcionario ecuatoriano, quien además solicitó la renuncia del gerente del hospital, aseguró que se brindará atención psicológica a los padres de familia.
A través de sus redes sociales, el ministro Martin expresó el 10 de agosto de 2025: “La vida de nuestros Niños está por encima de todo y de todos”. Asimismo, detalló las acciones solicitadas ante lo sucedido en el Hospital Universitario de Guayaquil:
- La renuncia del gerente del hospital.
- El despliegue de un equipo de especialistas en el lugar para iniciar un proceso de investigación sobre el caso.
- Brindar atención psicológica a las familias afectadas.
Martin lamentó la situación y se solidarizó con las familias que perdieron a sus recién nacidos, comprometiéndose a que “esto, en la medida en que sea prevenible, no vuelva a ocurrir”.
La versión oficial y las acciones del hospital
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Aquiles Alvarez, alcalde de Guayaquil, también condenó las múltiples muertes de los infantes y criticó que el Hospital no haya garantizado insumos médicos básicos, como cánulas nasales, para asegurar la oxigenación de los bebés. “No cuestan más de cuatro dólares”, sentenció el alcalde.
Por su parte, el Ministerio de Salud compartió un comunicado oficial sobre los resultados microbiológicos y los protocolos médicos implementados tras el fallecimiento de los pequeños, atribuyendo las muertes a “causas multifactoriales”. De acuerdo con el hospital, varios de los recién nacidos fallecidos atravesaron un nacimiento prematuro o muy prematuro.
Tras la Tragedia, el Hospital Universitario de Guayaquil determinó una serie de medidas:
- La reubicación de los recién nacidos.
- La desinfección terminal completa de la unidad.
- El procesamiento de muestras.
- La activación de un especialista en infectología para manejar la propagación de la bacteria.
En este sentido, las autoridades hospitalarias desmintieron las versiones sobre la supuesta reutilización de insumos médicos y exhortaron a los pacientes y a la ciudadanía a informarse exclusivamente a través de fuentes oficiales.
Acusaciones y la polémica sobre la negligencia
Según información del medio digital La Posta, el número de muertes de menores asciende a 18 casos. Este medio señala que la presunta falta de insumos médicos habría obligado al personal a reutilizar cánulas nasales, lo que ocasionó la propagación de la bacteria Klebsiella pneumoniae, conocida por causar neumonía y abscesos pulmonares.
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Además, ante la difusión de los fallecimientos, usuarios de redes sociales expusieron mensajes de texto supuestamente enviados por Karla Mishell, coordinadora zonal del Hospital. Se le acusa de minimizar la tragedia y de exigir a su personal médico que defendiera la imagen del hospital en redes sociales, a través de la difusión del comunicado del Ministerio de Salud.
Contexto: La reducción presupuestaria en salud
Es importante mencionar que el Ministerio de Salud ha sido duramente criticado por la significativa reducción de su presupuesto para el año 2025. Los fondos destinados a insumos y medicinas pasaron de 438 millones de dólares a 336 millones de dólares, una medida que, según expertos, ha desatado un aumento en enfermedades crónicas y deficiencias sanitarias en todo el Ecuador, un contexto que agrava la tragedia actual.
La conmoción por las muertes de recién nacidos en Guayaquil destapa no solo una crisis en un hospital específico, sino que también pone en el punto de mira las políticas de salud pública y la asignación de recursos que, en última instancia, tienen un impacto directo en la vida de los ciudadanos más vulnerables. La exigencia de transparencia y rendición de cuentas se vuelve imperativa para garantizar que una tragedia como esta no se repita.