La nación colombiana se conmueve con la noticia. Después de 18 angustiosos días de búsqueda, el cuerpo de Valeria Afanador, una niña de 10 años con Síndrome de Down, fue hallado sin vida en el Río Frío, en Cajicá, Cundinamarca. La Fiscalía General de la Nación ha revelado la causa de su muerte, un hallazgo que intensifica el debate sobre las circunstancias de su desaparición desde su escuela.
La dolorosa búsqueda de Valeria Afanador
Valeria Afanador fue vista por última vez el 12 de agosto al interior del Colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, ubicado en la vereda del Río Frío, lugar que fue foco inicial de la búsqueda. En videos captados por una cámara de seguridad, se observa a Valeria saliendo de su escuela durante un receso. Esto ocurrió en un momento en el que no había maestros en las inmediaciones, lo que ha generado numerosas críticas hacia el colegio.
La Desaparición de la pequeña, que duró 18 días, movilizó a prácticamente toda Colombia en una ardua búsqueda. Finalmente, el pasado 29 de agosto, su cuerpo fue encontrado sin vida en el Río Frío, en Cajicá. Este lugar, cercano a su escuela, había sido uno de los primeros puntos donde se realizó la búsqueda intensiva.
Los resultados de la necropsia: Ahogamiento confirmado
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El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses dio a conocer, el lunes 1 de septiembre, los resultados de la necropsia de Valeria Afanador. Estos revelaron que la niña “aspiró e ingirió agua y residuos de pantano encontrados en su estómago y vías respiratorias”.
La Fiscalía General de la Nación, a través de un comunicado, señaló que “según las evidencias forenses, la menor de edad murió por ahogamiento o sumersión en medio líquido”. Por ello, la hipótesis apunta a que la niña posiblemente se metió o cayó al Río Frío y fue arrastrada por la corriente de agua.
Crece la polémica y críticas hacia el colegio
La difusión de los videos que muestran a Valeria saliendo de la escuela en un momento sin supervisión docente ha desatado una ola de críticas contra la institución. Entre ellas, destacan las declaraciones de los padres de Valeria.
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Manuel Afanador, padre de la niña, reitera con firmeza que “mi hija no salía sola”. Además, aseguró que la niña no tuvo un “comportamiento normal” en el momento de su desaparición y afirmó rotundamente que ella “no se iba a ir detrás de un perro o un animal”. Estas declaraciones sugieren que, para sus padres, la explicación oficial no cierra por completo el interrogante sobre las circunstancias que rodearon la tragedia.
La confirmación de la causa de muerte de Valeria Afanador cierra una parte de este doloroso capítulo, pero ¿qué interrogantes quedan pendientes sobre la responsabilidad y seguridad de los menores en las instituciones educativas?
