El 19 de diciembre de 2025, la carretera Buga–Buenaventura, en el Valle del Cauca, se convirtió en escenario de una tragedia que cobró la vida de Diego Fernando Suárez y Lina Marcela Díaz. En medio del siniestro, la milagrosa supervivencia de su hijo, Julio, ha conmocionado al país, reabriendo el debate urgente sobre el riesgo en las vías y la atención integral a las víctimas.
El siniestro que acabó con una familia en el Valle del Cauca
El grave accidente de tránsito ocurrió el 19 de diciembre de 2025 en un tramo de la vía Buga–Buenaventura, afectando a una pareja y sus dos hijos que se desplazaban en un vehículo particular. Diego Fernando Suárez y Lina Marcela Díaz fueron las víctimas fatales del choque, el cual se registró en una zona con congestión vehicular.
El automóvil particular, que transportaba a la familia, fue impactado violentamente por un camión de carga. Como resultado de la colisión, el vehículo pequeño quedó completamente comprimido.
Como consecuencia directa del choque:
- Ambos adultos, Diego Fernando Suárez y Lina Marcela Díaz, fallecieron en el lugar de los hechos.
- El suceso conmocionó al país debido a las circunstancias de la tragedia familiar.
La pareja fallecida era ampliamente reconocida en el corregimiento de Córdoba, cercano a Buenaventura, donde mantenían un establecimiento comercial. Tras conocerse la tragedia, la comunidad expresó inmediatamente su solidaridad y apoyo a los menores supervivientes.
La insólita razón detrás de la supervivencia del hijo mayor
La clave de la supervivencia del hijo mayor, identificado como Julio, ocurrió en un lapso de tiempo fugaz, justo antes de que el vehículo fuera impactado.
Según se documentó en los reportes del accidente, Julio logró salvar su vida porque:
- Momentos antes del siniestro, se bajó del automóvil.
- La razón de la detención fue para atender una necesidad a un costado de la carretera.
- El menor aprovechó el trancón que se había generado en la vía.
Fue precisamente en ese breve lapso fuera del vehículo que ocurrió el impacto mortal. El menor sobrevivió ileso, un hecho milagroso que, según la información disponible, quedó documentado en un video grabado por la propia familia minutos antes de la tragedia.
El destino de los menores y las versiones en redes sociales
Respecto al hermano menor, la información principal reporta que también logró sobrevivir al accidente, a pesar de permanecer dentro del automóvil al momento de ser embestido. Este menor fue trasladado por equipos de emergencia a un centro asistencial en Buenaventura, donde recibió atención médica y fue reportado en condición estable.
Acompañamiento y disparidad en reportes
Testigos del accidente, según videos que circulan en redes sociales, relataron que habitantes del sector acompañaron a Julio inmediatamente después del choque, protegiéndolo del impacto emocional y permaneciendo con él hasta la llegada de los organismos de socorro y autoridades.
Según recogió el medio La Kalle, el niño fue entregado a personal autorizado y llevado a un centro asistencial para recibir una evaluación médica y acompañamiento psicológico. Los menores quedaron bajo la protección y acompañamiento de familiares y entidades competentes.
No obstante, las redes sociales circularon versiones que contenían elementos contradictorios con el informe de supervivencia del hermano menor. Un mensaje difundido en X (anteriormente Twitter) mencionaba a un niño llamado Diego Fernando (nombre idéntico al del padre fallecido, Diego Fernando Suárez) quien, presuntamente, “presenció la muerte de sus padres y hermano tras un choque”, pidiendo angustiosamente que rescataran a sus padres.
Debate nacional por la seguridad vial
Este trágico suceso reabrió el debate sobre la seguridad vial en Colombia y la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de protección y atención integral para niños que enfrentan pérdidas familiares en hechos de tránsito. La comunidad y las autoridades insisten en la importancia de establecer medidas de apoyo efectivas para los niños que, como Julio y su hermano, deben enfrentar pérdidas familiares devastadoras.
La historia de Julio y su hermano es un doloroso testimonio de cómo un lapso de segundos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Mientras la comunidad de Córdoba se une en apoyo a los niños, el país debe enfocarse en la responsabilidad de garantizar que la carretera Buga-Buenaventura, y todas las vías nacionales, dejen de ser un escenario recurrente de tragedias evitables y se fortalezcan los protocolos de atención post-traumática.




