Industria de autopartes mexicanas crece sin freno. Marcelo Ebrard revela por qué México está mejor posicionado que otros países.
La industria de autopartes mexicanas crece a toda velocidad
“Estamos en mejor condición hoy que casi todos los demás países del mundo”, afirmó Marcelo Ebrard. Con esa frase lapidaria, el titular de la Secretaría de Economía encendió las alarmas y las expectativas sobre una industria que se ha convertido en piedra angular de la economía nacional: las autopartes mexicanas.
En una entrevista para Bitácora de Negocios, conducida por Mario Maldonado en El Heraldo Radio, Ebrard reveló un dato clave: el sector de autopartes no solo ha resistido las turbulencias del comercio internacional, sino que ha crecido de manera sostenida y estratégica. Y todo ello, gracias a un elemento esencial: el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La autoparte mexicana: más que una pieza, un símbolo económico
Un motor clave en la relación México-EE.UU.-Canadá
Bajo el marco del T-MEC, dos terceras partes del comercio mexicano gozan de tasa cero en aranceles. Esto ha sido vital para mantener la competitividad de las exportaciones mexicanas en el exigente mercado automotriz norteamericano.
Marcelo Ebrard lo explicó con claridad:
“Ese era el objetivo: salvaguardar la mayor parte de nuestras exportaciones de aranceles.”
Gracias a esta política, el sector de autopartes ha experimentado un auge exportador sin precedentes, generando empleos, atrayendo inversión extranjera y consolidando a México como un eslabón crucial en las cadenas de suministro globales.
¿Qué factores explican el boom?
- Proximidad geográfica con Estados Unidos, principal destino de exportaciones automotrices.
- Mano de obra calificada a menor costo comparativo.
- Infraestructura logística robusta, con clústeres industriales en estados clave como Guanajuato, Puebla, Nuevo León y Coahuila.
- Acuerdos comerciales activos que posicionan a México como hub de producción regional.
El T-MEC: escudo estratégico para el sector
Un tratado que protege, pero también exige
Estados Unidos mantiene tratados con 20 países, pero sólo el T-MEC ha logrado blindar un porcentaje tan alto del comercio bilateral con tasa cero. Esto no es menor: la industria de autopartes es intensiva en comercio y muy sensible a las tarifas.
¿Qué significa esto para México?
- Estabilidad para las inversiones automotrices.
- Previsibilidad en cadenas de suministro.
- Mayor atracción de relocalización (nearshoring) desde Asia y Europa.
¿Y qué viene con la renegociación del T-MEC?
Aunque Ebrard dejó claro que “aún no es etapa de negociación”, anticipó que el tema tomará relevancia a partir del verano. Esto abre interrogantes clave:
- ¿Se mantendrán las condiciones favorables para autopartes?
- ¿Qué ajustes podrían demandar los socios?
- ¿Cómo se prepara México ante este escenario?
Acero y aluminio: el nuevo frente de batalla comercial
La advertencia de Ebrard
El secretario fue enfático: acero y aluminio serán los temas centrales en las próximas semanas. Aunque no ofreció mayores detalles, el mensaje es claro: las reglas del juego podrían cambiar.
Este foco no es casual. Ambos insumos son cruciales para la industria automotriz, y cualquier cambio en su tratamiento comercial puede afectar los costos, los flujos logísticos y la competitividad regional.
Cita clave:
“Temas de acero y aluminio son los que más van a concentrar nuestra atención las próximas semanas.”
Implicaciones para la industria de autopartes
- Incremento de costos si hay aranceles o cuotas.
- Revisión de cadenas de suministro en busca de proveedores alternos.
- Necesidad de más diplomacia comercial técnica.
México frente al mundo: una posición privilegiada, pero desafiante
¿Por qué estamos “en mejor condición”?
Según Ebrard, el éxito no es casual. Frente a una economía global fragmentada por guerras comerciales, inflación y disrupciones logísticas, México ha logrado sostener su posición como exportador confiable de autopartes.
Factores diferenciales:
- Acceso preferencial a EE.UU. y Canadá.
- Madurez del ecosistema automotriz nacional.
- Capacidad de adaptación de las empresas mexicanas.
- Respaldo institucional desde la política comercial.
El reto ahora es mantener el ritmo
Con nuevas tecnologías en el horizonte (vehículos eléctricos, conducción autónoma, reducción de emisiones), el sector de autopartes mexicanas debe evolucionar.
¿Qué puede hacer el país para no perder su ventaja?
- Invertir en capacitación técnica especializada.
- Fomentar la innovación en materiales y procesos.
- Impulsar la transición hacia autopartes sostenibles.
La próxima gran autoparte podría ser mexicana
La historia de la industria de autopartes mexicanas es una de resiliencia, estrategia y visión de largo plazo. Lo que parecía un sector auxiliar se ha transformado en un motor económico de primer orden.
¿El mayor riesgo? Dormirse en los laureles.
Si México mantiene su enfoque en acuerdos comerciales sólidos, innovación y diplomacia económica inteligente, podría liderar el próximo gran salto del sector automotriz mundial.La pregunta clave ahora es:
¿Estamos listos para fabricar no sólo autopartes, sino el futuro de la movilidad global?