El diputado federal por Morena, Cuauhtémoc Blanco, se encuentra en el ojo del huracán tras una denuncia por violencia simbólica y sexual interpuesta por su correligionaria Martha Araceli Cruz Jiménez. La acusación se originó por un beso que el exgobernador envió a la diputada del Partido del Trabajo (PT). Tras el señalamiento, el actor político emitió un comunicado urgente donde articula su defensa sobre el incidente ocurrido el 26 de noviembre de 2025.
La defensa pública del ex gobernador de Morelos
Tras la formalización de la denuncia en su contra, el diputado federal por Morena, Cuauhtémoc Blanco, se pronunció públicamente. Los cargos se presentaron por violencia simbólica y sexual, derivados del gesto de enviarle un beso a Martha Araceli Cruz Jiménez, quien se desempeña como diputada federal del Partido del Trabajo (PT).
En una carta que fue publicada en sus redes sociales (Foto: @cuauhtemocb10), Blanco rechazó categóricamente que su intención hubiera sido ofender o menospreciar a la legisladora.
Un gesto aislado y sin ánimo de confrontación
El ex jugador profesional insistió en la misiva en que la acción fue malinterpretada, asegurando que se trató de un hecho sin malicia.
El diputado federal por Morena detalló en su comunicado:
- “La reacción captada en el video no tuvo intención ofensiva ni de menosprecio.”
- “Fue un gesto aislado, sin ánimo de confrontación y alejado de cualquier forma de falta de respeto.”
Cuauhtémoc Blanco reiteró su absoluto compromiso de respeto hacia las mujeres y enfatizó que la conducta en la vida pública debe estar guiada por la dignidad. Según sus palabras, toda acción debe estar marcada por “la dignidad, la mesura y el compromiso irrestricto con el respeto hacia todas las personas”.
El también ex gobernador de Morelos rechazó de manera firme que haya existido una falta de respeto o una conducta que pudiera considerarse violenta en contra de su correligionaria, insistiendo en la necesidad de guiar toda conducta pública con dignidad y mesura.
La seriedad de la violencia de género frente al debate público
Blanco no solo se defendió de las acusaciones específicas, sino que también abordó el uso del debate público y la seriedad de la lucha contra la violencia de género, señalando que esta es una realidad dolorosa.
El político señaló que el diálogo democrático debe sostenerse en pilares fundamentales:
- El respeto.
- La responsabilidad.
- La altura de miras.
Asimismo, criticó aquellas prácticas que, a su juicio, desvirtúan la seriedad de los temas. El ex jugador profesional indicó en la misiva que “Las descalificaciones personales, la provocación constante y los señalamientos sin sustento no contribuyen al diálogo democrático ni a la construcción de soluciones”.
Blanco enfatizó que esta situación no debe vincularse con una causa tan seria como la eliminación de la violencia contra las mujeres. Cuauhtémoc Blanco agregó que la violencia contra las mujeres es una realidad dolorosa que exige acciones firmes, instituciones sólidas y procesos justos.
Blanco concluyó su mensaje con una crítica contundente al uso político de esta causa: “Utilizar esta lucha contra herramienta de confrontación o disputa pública desvirtúa su importancia y lastima a quienes verdaderamente han sido víctimas y siguen esperando justicia”, por lo que reiteró su respeto hacia las mujeres, con un ejercicio público responsable y con un diálogo que “sume, nunca que enfrente”.
La controversia ha abierto nuevamente el debate sobre los límites de la interacción entre servidores públicos y el uso de gestos que pueden ser interpretados bajo el marco de la violencia simbólica. Mientras Cuauhtémoc Blanco busca deslindarse de cualquier intención ofensiva, el Partido del Trabajo y la diputada Martha Araceli Cruz Jiménez mantienen la postura de que el gesto constituye un acto denunciable. ¿Será suficiente la carta pública para mitigar las consecuencias políticas de esta controversia en el círculo rojo?




