Los narcocorridos no mueren: La estrategia de karaoke con la que Los Alegres del Barranco desafían la ley

Los Alegres del Barranco usan karaokes masivos para eludir la censura de narcocorridos. Su caso desata un debate legal inédito en México.

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Los Alegres del Barranco usan karaokes masivos para eludir la censura de narcocorridos. Su caso desata un debate legal inédito en México.

En un país donde cantar puede convertirse en delito, Los Alegres del Barranco encontraron una grieta legal: el karaoke. Mientras crece la censura a los narcocorridos, su público ahora canta lo que ellos ya no pueden.

El regreso del corrido prohibido: karaoke masivo como acto de resistencia

Una estrategia ensayada, pero ahora potenciada

El sábado 3 de mayo en Cihuatlán y el domingo 4 en Tequila, Jalisco, Los Alegres del Barranco tocaron sin cantar. Las letras de sus temas “El del Palenque” y “El Doble R” aparecían proyectadas en pantallas gigantes, mientras el público se convertía en vocalista. La banda solo ejecutó la música, sin emitir una sola palabra.

Este recurso no es nuevo: Alfredo Olivas ya lo había implementado. Pero ahora cobra un nuevo significado ante el acoso legal y la vigilancia estatal.

No cantan, pero provocan

  • No usaron imágenes de los criminales.
  • No vocalizaron los nombres.
  • Pero facilitaron que el público lo hiciera.

“El Mencho” y “El Doble R” resonaron por miles de gargantas. El resultado fue viral: videos circularon en redes mostrando a la audiencia coreando nombres de los capos con énfasis, euforia y sin censura.

El vacío legal que abre un dilema judicial

¿Apología del delito o libertad de expresión?

La Fiscalía General del Estado de Jalisco (FGE) mantiene una investigación abierta desde el concierto del 29 de marzo en el Auditorio Telmex. En ese evento, sí proyectaron imágenes de “El Mencho”.

  • Los músicos se acogieron a su derecho a no declarar el 17 de abril.
  • Podrían ser citados de nuevo el lunes 5 de mayo.
  • Si no comparecen, podría haber órdenes de aprehensión.

“No está prohibido que toque ningún grupo en Jalisco. Lo que estamos proponiendo que se prohíba es que se haga apología del delito”, dijo el gobernador Pablo Lemus.

Un terreno gris sin precedente

No existe un criterio legal uniforme que determine si lo que hizo el grupo constituye delito:

  • No cantan.
  • No muestran imágenes.
  • Pero proyectan letras con nombres de criminales.

En palabras simples: el grupo suministra el discurso, pero el público lo ejecuta vocalmente.

Narcocultura y censura: un espejo de la violencia social

Cantar al crimen organizado: ¿glorificación o crónica musical?

Los corridos han sido por décadas una forma de contar la historia del narco en México. Pero el paso del tiempo los volvió más que relatos: ahora son himnos de lealtad, identidad y poder.

  • “El del Palenque”: dedicado a Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del CJNG.
  • “El Doble R”: referencia a Ricardo Ruiz Velasco, presunto jefe criminal en Jalisco, Michoacán y Colima.

Ambos corridos están prohibidos en algunas estaciones de radio, pero siguen vivos en conciertos, redes sociales y playlists clandestinas.

Estados Unidos reacciona: sin visa, sin escenario

Tras la polémica, el gobierno estadounidense revocó las visas de los integrantes de Los Alegres del Barranco. El mensaje es claro: la narrativa del narco tiene consecuencias internacionales.

El dilema de las autoridades: regular sin censurar

La línea delgada entre cultura y delito

El gobierno de Jalisco insiste en que no busca vetar artistas, sino restringir los mensajes que enaltezcan al crimen. Pero el contexto es complejo:

  • El público corea nombres de narcos como si fueran héroes.
  • Las canciones no cambian; solo se adaptan para evitar sanciones.
  • La censura puede generar efecto inverso, aumentando la fama de los artistas.

Censura como gasolina para la popularidad

Los artistas saben que ser perseguidos por el Estado aumenta su capital simbólico:

  • Más visualizaciones.
  • Más entradas vendidas.
  • Más reproducciones en plataformas.

Un debate abierto en los tribunales y en la sociedad

Lo que está en juego: libertad, censura y narrativa del poder

El karaoke masivo no es solo una estrategia musical: es una declaración de guerra simbólica.

  • El público se convierte en cómplice y protagonista.
  • La ley se ve forzada a reinterpretarse.
  • El Estado enfrenta una narrativa que se reinventa más rápido que su capacidad de controlarla.

“Cantar no debería ser delito. Pero cantar sobre criminales en contextos donde el narco domina, también es un acto político”. —Especialista en cultura popular

En medio de un México polarizado por la violencia y la cultura narco, el escenario se convierte en trinchera. Los Alegres del Barranco no solo desafían a las leyes, sino que evidencian sus grietas. La pregunta ya no es si está bien cantar sobre criminales, sino quién tiene el derecho de decidir lo que se puede cantar.

¿Está el Estado preparado para enfrentar el poder simbólico de la música? El karaoke del narco ya comenzó. Y miles lo corean.

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