Volcán en Michoacán: el surgimiento de vapor en El Zapién revive el temor del Paricutín. ¿Podría estar naciendo un nuevo coloso?
Un resurgir que despierta viejos miedos
La tierra tiembla en silencio. En El Zapién, Michoacán, brota vapor ardiente del suelo agrícola, y los ecos del Paricutín de 1943 parecen volver. ¿Otro volcán?
El despertar del suelo: qué ocurrió en El Zapién
Un fenómeno que estremece a la región
Habitantes del ejido El Zapién, en el municipio de Uruapan, despertaron a una escena surreal: vapor y agua hirviendo emergiendo del subsuelo, en plena parcela de cultivo. Las imágenes, rápidamente viralizadas, muestran a un campesino removiendo la tierra, liberando una columna de vapor que crece en intensidad conforme se excava.
El temor no es nuevo. A pocos kilómetros, el 20 de febrero de 1943, el campesino Dionisio Pulido fue testigo del nacimiento del volcán Paricutín. En cuestión de horas, su milpa se convirtió en un cráter activo. Hoy, ese recuerdo resucita con fuerza.
Reacción inmediata: científicos en alerta
Primeras investigaciones y medidas preventivas
Ante la viralización del fenómeno, especialistas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y del Instituto de Geofísica de la UNAM acudieron de inmediato. Su objetivo: analizar si el brote indica una nueva actividad volcánica o si tiene otra causa.
La Coordinación Estatal de Protección Civil activó una alerta preventiva. “Pedimos a la población mantenerse alejada de la zona mientras se realizan las investigaciones científicas”, declaró su portavoz.
¿Un nuevo volcán o una falsa alarma?
Datos iniciales descartan erupción inminente
El ingeniero Esteban Brito, uno de los primeros en llegar al sitio, explicó que los registros térmicos no apuntan por ahora a una actividad volcánica clara.
“A nivel superficial, alcanzamos los 50℃. A 40 cm de profundidad, solo entre 22 y 24℃. Si excavamos tres metros y la temperatura baja, podemos estar tranquilos”, dijo Brito.
También mencionó otras posibilidades, como fugas de tuberías subterráneas o reacciones químicas con materiales inflamables.
El factor humano no se descarta
Trabajadores de la huerta de aguacates donde se detectó el fenómeno reportaron que utilizaron hasta 18 mil litros de agua para intentar enfriar la zona. El calor comenzó a dañar árboles y frutos. Esto sugiere una fuente de calor persistente, aunque aún no se define si es natural o provocada.
Paricutín: el antecedente que nunca se olvida
Una historia que marcó a México
El Paricutín no fue un volcán cualquiera. Fue el primero documentado desde su nacimiento hasta su extinción. Durante nueve años, su erupción transformó el paisaje y destruyó pueblos enteros.
Las ruinas de la iglesia de San Juan Parangaricutiro son hoy un símbolo del poder de la tierra y la fragilidad humana.
“Fue un laboratorio natural irrepetible”, señalan geólogos de la UNAM.
Y ahora, cualquier señal en Michoacán se mira con lupa.
El contexto geológico: una zona sísmica y volcánica activa
La amenaza bajo nuestros pies
El Zapién está enclavado en el campo volcánico Michoacán-Guanajuato, una región con más de 1,200 volcanes monogenéticos. La presencia de fallas y magma en movimiento ha sido estudiada durante décadas.
“En los últimos 25 años, se han registrado seis enjambres sísmicos entre Tancítaro y Paricutín”, explica Denis Legrand, del Instituto de Geofísica.
Estos enjambres son señales de magma moviéndose a profundidades de entre 8 y 15 km. Si el magma asciende por debajo de los 8 km, existe riesgo real de erupción, advierten los expertos.
¿Qué es un volcán monogenético?
Los volcanes como el Paricutín son monogenéticos, es decir, solo hacen erupción una vez en su historia geológica. No hay reactivación posterior. Pero el nacimiento de uno nuevo puede surgir en cualquier momento en esta región, sin previo aviso.
La ciencia como guardiana del territorio
Las universidades y centros de investigación han instalado estaciones sismológicas en puntos estratégicos. Gracias a ellas, hoy se puede detectar actividad sísmica milimétrica. Pero aún con esta tecnología, predecir el nacimiento de un volcán sigue siendo una tarea compleja e incierta.
Escenarios posibles para El Zapién
1. Falla geotérmica leve
Podría tratarse de una fuga de calor superficial sin conexión profunda. En este caso, el fenómeno sería puntual y no representaría un riesgo mayor.
2. Fuga humana o industrial
Si se detecta alguna tubería rota o reacción química en el subsuelo, el fenómeno tendría un origen artificial. Aun así, requeriría intervención para evitar daños agrícolas.
3. Formación volcánica temprana
Si los análisis revelan gases, temperaturas crecientes y actividad sísmica ascendente, podríamos estar ante el inicio de un nuevo volcán, con implicaciones para toda la región.
La incertidumbre como única certeza
Por ahora, las investigaciones continúan. Las próximas semanas serán clave para definir si el suelo de El Zapién solo está liberando presión o si se está gestando algo mucho más profundo.
Lo cierto es que Michoacán vive sobre fuego dormido, y cualquier despertar, por mínimo que parezca, activa las alarmas de científicos, autoridades y pobladores.
Entre la ciencia y la memoria
El miedo al Paricutín no es solo una herida del pasado: es un recordatorio del poder de la tierra y de lo poco que aún comprendemos de sus ciclos. Hoy, la vigilancia científica es la única herramienta para anticipar lo impredecible.
¿Estamos listos para enfrentar el nacimiento de otro coloso?