Centros de rehabilitación en México: Bajo fuego del narco tras la fractura del Cártel de Sinaloa

Centros de rehabilitación en México sufren ataques del narco. La fractura del Cártel de Sinaloa agrava la violencia. ¿Qué está ocurriendo?

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Centros de rehabilitación en México sufren ataques del narco. La fractura del Cártel de Sinaloa agrava la violencia. ¿Qué está ocurriendo?

En las últimas semanas, los centros de rehabilitación en México han pasado de ser refugios de esperanza a escenarios de muerte. Los ataques perpetrados por cárteles del narcotráfico en lugares como Sinaloa y Guanajuato revelan una nueva y brutal guerra silenciosa, con una palabra clave al centro: rehabilitación.

La guerra que nadie ve: rehabilitación en la mira del narco

¿Por qué el narco ataca a los centros de rehabilitación?

En una lógica perversa, los cárteles ven a estos espacios como una amenaza. Cada paciente que logra desintoxicarse representa un consumidor menos, un sicario menos, un soldado menos. Las clínicas y anexos no solo ofrecen recuperación: en los ojos del crimen organizado, significan deserción y traición.

“Durante su tiempo en el narco, eran forzados a consumir cristal y cocaína para cometer crímenes. Salirse de eso es rebelarse”, explicó una fuente federal.

Además, estos centros también son vistos como escondites o puntos de paso para exintegrantes del crimen organizado. Cuando alguien decide abandonar la vida criminal, los anexos se convierten en su primer refugio y a la vez en su punto más vulnerable.

Culiacán: la masacre que encendió las alarmas

El caso del anexo “Shaddai”

La madrugada del 8 de abril, el horror se desató en Colinas de San Miguel, una zona residencial de alto nivel en Culiacán. Un grupo armado ingresó al anexo “Shaddai” buscando a supuestos internos vinculados con “El Mayo” Zambada.

El saldo fue brutal: nueve muertos, entre ellos el director y subdirector del centro, además de varios heridos.

“Nos tiraron al suelo y empezaron a apuntarnos. Yo sólo pensaba en mi familia”, declaró un sobreviviente.

Uno de los agresores, según testigos, detuvo la masacre solo porque su arma se encasquilló. De no haber ocurrido, el número de víctimas habría sido aún más alto.

Horas después, el dueño del centro fue secuestrado en su propio domicilio. La Fiscalía de Sinaloa ya investiga el hecho como homicidio múltiple y privación ilegal de la libertad.

Fragmentación criminal: la raíz de la violencia

¿Qué pasa dentro del Cártel de Sinaloa?

La explicación más contundente de este repunte violento se encuentra dentro del mismo Cártel de Sinaloa. Tras la extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán y el reciente secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, el grupo criminal más poderoso de México está partido.

Los bandos de “Los Chapitos” y “Los Mayos” se disputan el control del territorio con una ferocidad pocas veces vista.

Esta fractura ha generado “levantones” de pacientes en anexos, como medida de reclutamiento forzado. Según fuentes militares, más de 40 pacientes han sido obligados a sumarse a las filas del narco desde 2019, mientras que el número de víctimas mortales asciende a 125.

El Bajío también sangra: el estilo del CJNG y Santa Rosa de Lima

Guanajuato: otro epicentro del terror

En el estado de Guanajuato, la violencia en centros de rehabilitación también ha aumentado. La guerra entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima ha convertido al estado en un campo minado.

Según informes del diario Reforma, han surgido nuevos “puntos rojos” en el Bajío donde los anexos han sido blanco de ataques.

La lógica es similar: el narco castiga la rehabilitación porque representa una fuga de recursos humanos y una amenaza al control del territorio.

¿Cómo operan estos ataques?

Tácticas de terror y reclutamiento forzado

  1. Identificación previa de internos con pasado criminal o conexiones familiares.
  2. Irrupción violenta durante la madrugada, aprovechando la vulnerabilidad de los pacientes.
  3. Selección de objetivos mediante interrogatorios rápidos y amenazas.
  4. Levantones o ejecuciones sumarias, como represalia o método de “limpieza”.

Estas acciones generan pánico no solo en los pacientes, sino en la comunidad que ve en estos centros su única opción de recuperación.

Rehabilitación bajo fuego: víctimas de una guerra invisible

¿Qué dice el Estado?

A pesar del creciente número de muertos y desaparecidos, la respuesta institucional ha sido limitada. Salvo comunicados oficiales y la apertura de carpetas de investigación, no existen medidas reales de protección para estos centros.

El problema se agrava porque muchos anexos operan sin registro oficial, lo que los deja completamente indefensos.

¿Qué está en juego?

  1. La salud mental y física de cientos de personas que buscan salir de las adicciones.
  2. La seguridad de comunidades enteras, atrapadas entre la rehabilitación y el crimen.
  3. La legitimidad del Estado, incapaz de proteger espacios dedicados a la reintegración social.

El dilema ético: ¿es la rehabilitación un acto de valentía?

Buscar ayuda para dejar una adicción en México se ha convertido en un acto valiente y peligroso. Cada paciente que cruza la puerta de un anexo hoy se arriesga no solo a enfrentar su enfermedad, sino a convertirse en objetivo del narco.

La violencia contra los centros de rehabilitación en México plantea una pregunta profunda: ¿qué tan enferma está una sociedad donde curarse puede costarte la vida?Si el crimen organizado ha decidido castigar la recuperación, entonces la guerra no es solo por el control de la droga, sino del alma misma de las comunidades. El futuro dependerá de si el Estado puede o no proteger a quienes ya decidieron cambiar.

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