El crimen organizado en México ya controla agua y alimentos. Una nueva forma de poder avanza, y no se trata solo de drogas.
Mientras muchos aún asocian al crimen organizado con el narcotráfico, en comunidades rurales de México, el verdadero terror llega con la sequía y el hambre. El control del agua y los alimentos ya no es una predicción: es la nueva realidad.
La quinta ola del crimen organizado ya llegó
Del narcotráfico al control de recursos
Según el informe The Fifth Wave: Organized Crime in 2040, firmado por el académico Phil Williams, las organizaciones criminales del futuro se moverán hacia sectores estratégicos como el agua y los alimentos. Pero en México, este escenario ya está ocurriendo.
El crimen organizado ha dejado atrás su dependencia del narcotráfico. Hoy diversifica su poder económico y territorial mediante la captura de recursos esenciales para la vida: agua, alimentos, energía y tierras productivas.
Los estados bajo asedio alimentario
En 2022, la Confederación de Cámaras Industriales alertó sobre el control del crimen en precios y distribución de alimentos en siete estados: Guerrero, México, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.
Los grupos criminales:
- Imponen precios
- Controlan rutas de distribución
- Amenazan a transportistas
- Deciden quién vende o compra aguacate, limón o pollo
Aguacates, granos y tortillerías en la mira
El caso del aguacate: oro verde bajo fuego
La industria del aguacate, valuada en 3 mil millones de dólares anuales, ha sido cooptada por grupos delictivos. Según Peter Appleby (2024), estos grupos no sólo extorsionan, sino que provocan deforestación ilegal para expandir cultivos, desplazando comunidades y comprando autoridades.
El maíz: control desde el gas hasta el grano
Un reportaje de The Washington Post (mayo 2024) reveló que 1 de cada 7 tortillerías en México paga extorsión. Desde el gas para cocinar hasta el transporte del grano, todo está bajo dominio criminal.
En Sinaloa, incluso el acceso al agua para sembrar maíz es condicionado. Quien no paga, no cultiva.
El agua: el nuevo fentanilo del crimen
Redes criminales hídricas en Chihuahua
En plena sequía, una célula del Cártel de Sinaloa desvió agua de ríos en la Sierra Tarahumara con cisternas y kilómetros de tuberías para cultivos ilícitos, según reveló Luis Chaparro para Vice News (2024).
Los campesinos deben pedir “permiso” para usar agua. Incluso hoteles pagan por el suministro bajo control criminal.
La frontera de Chiapas: castigo por desobedecer
En Bella Vista y La Grandeza, Chiapas, presuntos criminales cortaron agua, luz e internet a comunidades que no colaboraron en bloqueos carreteros. También realizaron censos familiares para controlar a la población, según reportó Ángeles Mariscal para Aristegui Noticias.
El papel oscuro de las grandes empresas
Colusión y concesiones
La expansión criminal no sería posible sin la corrupción. Como denunció J. Jesús Lemus en Los Angeles Times en Español (2020), grandes corporativos concentran concesiones de agua mientras comunidades enteras carecen del recurso.
Empresas mencionadas:
- Grupo México
- Goldcorp Inc.
- Cemex
- Frisco
Algunas incluso usan células criminales para intimidar movimientos sociales.
¿Un Estado capturado?
Gobernanza fallida y crimen híbrido
El control criminal sobre recursos vitales refleja una profunda falla institucional. En muchos territorios, el Estado ya no garantiza derechos básicos. El crimen híbrido mezcla de crimen organizado y actores legales domina sin resistencia.
Esta situación erosiona la democracia y debilita la seguridad alimentaria e hídrica nacional.
¿Qué futuro nos espera?
La pregunta no es si el crimen organizado capturará el agua o los alimentos. La pregunta es cuánto más podrá avanzar antes de que se imponga un freno real. Mientras tanto, miles de comunidades ya viven bajo una nueva forma de sometimiento: la sed y el hambre impuestas por el narco.